Después del gran respaldo societario a Luis Spahn...

Continuidad, Madelón y desafío

La gente eligió el modelo actual, donde lo que mejor funcionó fue lo que se vio adentro de la cancha. Ahora tiene el desafío de cumplir con lo prometido y de transformar en luces, aquéllas sombras que ha tenido su gestión.

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Luis Spahn recibió un contundente respaldo de los socios en las urnas.

Foto: Mauricio Garín

 

Enrique Cruz (h)

El socio de Unión respaldó con contundencia en las urnas a Luis Spahn y esto es lo objetivo. El resultado deportivo de los últimos dos años, las dos clasificaciones consecutivas para la Sudamericana y ese “anuncio” del arreglo con Leonardo Madelón —luego confirmado por Cristian Bragarnik, su representante—, más la idea demasiado instalada en la gente de que es imprescindible la chequera para gobernar el club, fueron determinantes en esta elección a la que concurrió menos de la mitad de los socios habilitados para votar.

Luis Spahn se desafió a sí mismo y al inevitable desgaste de diez años al frente del club. Va por los 13, lo cual se constituirá en un verdadero récord. En la historia de Unión, ni hablar. Y en el fútbol argentino, no deben abundar los casos de tantos años de permanencia como presidente de una institución en la que es determinante si la pelota entra o no.

Pero más allá de eso, los tres años que le quedan por delante luego de este triunfo electoral (la primera vez que Spahn se somete a los rigores de una elección, pues hacía 12 años que no se votaba en Unión) lo ponen frente a un gran desafío que irremediablemente deberá afrontar, más allá de esa confianza depositada en las urnas. Su gobierno tuvo luces, pero también ha tenido muchas sombras. Y si bien el socio le ha dado un gran respaldo, tendrá que llenarse de energía para que en estos tres años se puedan concretar promesas que no se cumplieron y elaborar políticas que conviertan en más sustentable la economía del club, llámese terminar con las malas ventas de los jugadores que asoman la cabeza con condiciones, otros jugadores que se terminan yendo y que significan una pérdida deportiva y patrimonial y una situación que necesita aclararse debidamente como es la de la deuda por esos aportes que realizó y que, según él, superan los 5 millones de dólares pero que no se reflejan en el máximo elemento que tienen los socios para observar cómo están los números del club: el balance.

También hay un gran desafío desde lo edilicio. Está claro que la idea del “estadio de la gente” ha quedado definitivamente guardado en un cajón y será imposible, al menos para estas generaciones, poder concretarlo: en más de siete años (fue presentado en noviembre de 2011) no se pudo ni siquiera terminar con el 25 por ciento de lo que se había proyectado y prometido. Y a eso se le suma la falta de infraestructura deportiva para los tiempos que se viven en el fútbol de hoy: buena parte de los equipos que militan en la primera categoría del fútbol argentino tienen su predio, su lugar de concentración y comodidades para el desarrollo de las divisiones inferiores, que Unión no tiene.

Sin dudas que todo esto se podría haber conseguido si se aprovechaba el éxito deportivo y se generaban buenos negocios con la venta de los jugadores. A ninguno de los clubes que cuentan con predio, vino un enviado del cielo a darles el dinero. Hubo una planificación deportiva y económica que les habrá permitido generar esos recursos, que uno entiende que no son fáciles de conseguir, pero que el fútbol de hoy en día reclama para no caer en la trampa y el peligro del atraso.

Spahn mismo confesó que el año pasado sentía la necesidad de “irse a casa”. Diez años bajo presión constante quitan energías. Por eso, deberá necesariamente “reinventarse” y contar con una comisión directiva que trabaje en pos de atacar decididamente los puntos flojos que viene teniendo su mandato. Su falta de roce y presencia en los niveles de decisiones del fútbol —algo que sí ocurría con otros presidentes que desbordaban fútbol por los poros— fue disimulada en estos últimos tiempos por dirigentes que supieron “cuidarle las espaldas”, más allá de que luego tuvo enfrentamientos con ellos.

El poder desgasta y a eso lo sabemos todos. Hace poco, Matías Lammens —dirigente recontra exitoso en San Lorenzo— lo reconoció. Y hasta tuvo que someterse a las duras críticas y descontento de la gente ante una mala campaña. Por eso, el desafío de Spahn con el amplio voto de confianza del socio, es y debe ser doble. No solamente porque tenga una oposición, sino porque debe darle respuestas institucionales a esa misma gente que lo eligió y que le ha dado respaldo y confianza. Si se queda con esto último, con el hecho de haber ganado una elección, se equivoca.

Su primer acto de gobierno será el de rubricar en los papeles el arreglo de palabra al que arribó con Madelón y que fue confirmado por Cristian Bragarnik. Su segundo acto, intentar el salto de calidad. Se habló de pensar en una clasificación para la Libertadores, pero también se deben mejorar las estructuras del fútbol de Unión. Martín Zuccarelli lo confió en una nota que hizo con este diario el jueves: “Quiero y debo ocuparme un poco más de las inferiores”, señaló. Se hicieron cosas buenas en los últimos dos años, nadie las discute. Siempre se dijo que lo mejor de Unión era lo que ocurría dentro de los 105 metros por 70 (o sea adentro de la cancha). Se valorizaron jugadores por más que luego no se cristalice esa plusvalía en los ingresos al club. Y se formó un plantel compacto, consecuente con la ideología del entrenador y muy competitivo, que pudo llegar más arriba en todo (las eliminaciones en la Copa Sudamericana y la Copa de la Superliga dolieron por la forma en que se produjeron).

Ese proceso deportivo con Madelón desde principios de 2014 —interrumpido por varios meses de manera poco entendible— fue lo mejor que le ha pasado a Unión en todo este tiempo y seguramente lo que le ha dado mucha fuerza al presidente y conformismo a la gente.

“Convocaré a todos”

El presidente de Unión, Luis Spahn, fue escueto en sus declaraciones luego de conocida la victoria y dijo que “sabíamos que íbamos a estar entre el 55 y el 70 por ciento, aproximadamente”.

Señaló que “convocaré a todos para que vengan a aportar sus ganas y sus ideas”, dijo que estaba feliz “porque fue un día de orgullo para los unionistas, que pudieron elegir sus autoridades”, e insistió en que “me hubiese gustado un proceso más tranquilo y sin tantas acusaciones y desvalorizaciones”.

El presidente esperó el resultado en un comedor cercano a la institución junto a buena parte de su nueva comisión directiva, incluido Jorge Molina, que iniciará sus funciones como síndico y señaló que “la gente le dio un voto de confianza a Luis y reconoció todo lo que viene haciendo por el club”.

  • Esto es sólo el comienzo, no me apartaré, somos la primera minoría y, como tal, vamos a ‘contarle las costillas’ a la nueva comisión. Espero que el presidente haga una apertura amplia, nosotros vamos a acompañar y ojalá que el presidente, ahora, cumpla con lo que prometió y traiga a Madelón. Queremos que haya proximidad con el socio y nos pondremos a disposición para cotejar proyectos”.

Rodrigo Villarreal

Candidato por Triunfo Tatengue

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La foto que se viene: Spahn le indica a Madelón el lugar en el que debe sentarse. Hay un acuerdo de palabra que se rubricará en los papeles y el 12 de junio comenzará el trabajo con el plantel, según lo que prometió el presidente durante la campaña.

Foto: Guillermo Di Salvatore

El paso al costado de Decoud

Rubén Decoud fue contundente y ratificó este domingo con El Litoral lo que señaló una vez conocido el veredicto de los socios.

“No soy un tipo de hablar en caliente, cualquiera puede pensarlo. Pero yo hice una previsión de todos los escenarios posibles y tenía totalmente decidido qué es lo que iba a decir si ganaba, si salía segundo o si salía tercero. Esto último me llevó a decir que realmente siento vergüenza y que veremos, dentro de tres años, si el socio acertó o se equivocó con el voto. Pero lo que más me duele es que la gente reclama pertenencia y proyecto, reclama que haya gente capacitada y nosotros teníamos, para las actividades deportivas, a un hombre reconocido a nivel nacional. Pero el socio votó otra cosa. Por eso, he decidido personalmente dar un paso al costado como cabeza y darle paso a la gente nueva”.

También dijo que “es inexplicable lo que pasó, pero cada uno es artífice de su destino. Esta elección no es para los próximos 3 años, sino que puede tener incidencia hasta para más tiempo hacia adelante. Es un excesivo premio para una persona que malvende jugadores, que tiene abandonadas las instalaciones del club y que dice que Unión le debe más de 5 millones de dólares y no los comprueba”.

“Mucha gente me dice que somos el pasado, pero ojalá en el día de mañana podamos llamarnos Glorioso 2020 porque salimos campeones. Y aprendí una cosa: hay muchos más mentirosos de los que yo creo. Puedo pecar de boludo en la vida pero no de mentiroso. Muchísima gente me dijo que éramos la mejor opción y que nos íban a votar, pero sólo fueron 363. Y te los podría mencionar con nombre y apellido”, dijo Decoud.

Con el 10 por ciento, cree que no tiene sustento para ser oposición, pero dijo que “si podría, sugeriría reformar el estatuto para que no perdamos tiempo. ¿Qué haría?, que se elija sólo presidente y que luego, el elegido arme la lista a su gusto”.

3.409 votantes

Concurrieron a las urnas. Spahn logró 2.201, Villarreal 820, Decoud 363 y hubo 24 votos en blanco. Así lo consigna el acta oficial. La suma da 3.408 por lo que se desprende que uno de ellos fue anulado.

¿Y Zabala?

Cristian Bragarnik admitió que el uruguayo Diego Zabala le ha manifestado reiteradamente sus deseos de aprovechar una oferta superadora para ser transferido.

Su contrato con el club vence el 30 de junio del año que viene y Unión tiene la mitad del pase. Hay un interés concreto de Rosario Central (que también quiere a Damián Martínez) y otras del exterior, según manifestó el propio representante.

Porcentajes

Estos son los porcentajes oficiales de los comicios de este sábado en Unión: Todos por Unión 64,7 %; Triunfo Tatengue 24 %; Glorioso ‘89 10,6 %; Blancos: 0,7 %; Nulos: 0,3 %.