Ricardo Alfonsín

“Hay que nacionalizar la experiencia Santa Fe”

  • El dirigente rescató el funcionamiento del Frente Progresista como ámbito de convivencia política, en un momento en que la sociedad reclama consensos. “Al contrario de lo que pasa en Cambiemos, en un frente fortalecido como el de Santa Fe se escucha al que no piensa igual”, argumentó.
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Apoyo. Alfonsín fue invitado a Santa Fe por el candidato a senador por La Capital, Jorge Henn. Ambos recorrieron las obras que llevó a cabo el gobierno provincial y realizaron un conversatorio abierto en el Teatro Luz y Fuerza, buscando dar el envión final de cara a las elecciones provinciales. Foto: Luis Cetraro

 

Mauro L. Muñoz

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—¿Cuánto se pone en juego en las elecciones provinciales del próximo domingo?

—Se juega algo muy importante. Para mí, las competencias electorales, sus formaciones, su calidad y su transparencia tienen una gran influencia en la posibilidad de resolver o no los problemas. Pero cuando las fuerzas que son parecidas compiten entre sí, se confunde el adversario, pasando a ser el que piensa igual y no el que piensa diferente.

Esta provincia ha sido capaz de superar esa patología que existe en gran parte del país, demostrando que pueden convivir sectores progresistas, socialdemócratas, de centro-izquierda, o como lo quieran llamar. Suponiendo un procedimiento que resulta funcional a la toma de decisiones acertadas. Sin que ello implique que ninguna de las fuerzas esté obligada a callarse la boca y decir a todo que sí.

Entonces, la mejor manera de acercarse a lo correcto es escuchando al diferente. Y, al contrario de lo que pasa en Cambiemos, en un frente fortalecido como el de Santa Fe, se escucha al que no piensa igual.

—De todas formas, el del radicalismo santafesino es un caso particular porque está atravesado por estos dos frentes. ¿Cómo influye esto en las elecciones?

—Creo que la fractura de la UCR santafesina, a mediados del año pasado, tiene más que ver con la cuestión nacional. De todas maneras, mi paso por Santa Fe es para recargar pilas y acompañar al Frente Progresista Cívico y Social, donde se encuentra la mayoría del partido. Por lo que espero que, ante la creciente polarización Bonfatti-Perotti, todos acompañen al Frente y a nuestros candidatos, como es el caso de Jorge Henn.

Además, tengo que decir que el de Santa Fe es un ejemplo de que se puede reunir la sensibilidad social y la racionalidad en el ejercicio del poder, el control de las cuentas fiscales y la inversión en salud pública. Jorge (por Henn) me llevó a visitar el Nuevo Hospital Iturraspe. Es extraordinario. ¿Ustedes creen que muchas provincias construyen nuevos hospitales?

Acá se garantizó la salud de aquellos que necesitan que el Estado les asegure ese derecho porque no tienen plata para proveérselo por ellos mismos. El caso de los medicamentos que fabrica el LIF es otro ejemplo. Son remedios estatales para que, incluso, los compren desde otras provincias, tal como me lo han confirmado médicos amigos. No se crean que a menudo se ven cosas como éstas.

Y no hay que olvidarse que, con todo lo que se hizo, Santa Fe es de las provincias con menor endeudamiento del país. Y fue así pese a no contar con una herramienta financiera propia. Porque no hay que olvidar que, en tiempos en que se importaba la revolución neoliberal a la Argentina, se privatizó el Banco de Santa Fe.

—Sin embargo, como usted dijo, hay una creciente polarización con el peronismo provincial. ¿Cree que no se valora lo suficiente lo hecho por el Frente?

—Las sociedades siempre reclaman más. Habría que ver qué es lo que han hecho desde el otro lado, para lograr adhesiones mayores que las que tuvo en tiempos pasados.

Espero que el votante accione pensando en lo que cree mejor para Santa Fe, que tenga memoria de lo que ha ocurrido durante los años del gobierno progresista y los compare con los anteriores. Pero, en definitiva, creo que la sociedad no se pega un tiro en los pies.

—El gobernador Miguel Lifschitz lo acompañó en el armado de una alternativa nacional ¿En qué estado se encuentra ello?

—Yo soy un convencido de que hay que nacionalizar la experiencia de Santa Fe. Sigo trabajando en eso, aunque sin demasiado éxito.

Por decisión mayoritaria, mi partido tomó otra decisión, pero llegará el día en que haya que redefinir las políticas de alianzas. En ese momento, espero que se haga lo que hay que hacer. Sucede que en la Argentina, a veces, hacemos al revés, y para competir nos reunimos entre los que pensamos diferente. Cuando, como dije, lo normal es que se reúnan las fuerzas que piensan igual.

¿Macri o Lavagna?

—Y entre aquellos que piensan igual, qué nombres se acercan más a sus ideas ¿Macri o Lavagna?

—Yo digo que, un día, el partido debería reunirse con fuerzas afines como el Socialismo y el GEN. Incluso, hay sectores del peronismo con los que tenemos coincidencias. Y tenemos que hacerlo para defender a los sectores del trabajo, a la clase media, a la pequeña y mediana empresa, que son los que sufren la concentración.

Pero tengamos cuidado, nosotros somos fuerzas distintas con el PRO. A pesar de esas diferencias, nos reunimos en 2015 porque la mayoría del partido consideró que se había registrado un proceso de degradación de la República que había que detener. Y era un argumento atendible.

El problema es que gobernar no es sólo ser respetuoso de las instituciones. No alcanza sólo con eso, porque igual se le puede hacer mucho daño al país. Se puede ser muy republicano, muy honesto, y abrir la economía de par en par, arancelar la universidad o decidir que la Argentina tiene que ser solamente productor de materias primas. Eso sí, de manera muy republicana y muy honesta.