Experiencia integradora que suma adeptos día a día

El box crece como medio de inclusión y de prevención contra las adicciones

En menos de dos años, el deporte de los puños se convirtió en la principal disciplina del Centro Cultural y Deportivo “Ni un pibe menos por la droga”, dentro de las múltiples y variadas que allí se desarrollan. Todas las semanas, unos 70 jóvenes, entre mujeres y varones, acuden a la Escuela de Boxeo que forma parte del espacio de contención e integración.

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En plena labor. El profesor Bernardino González realizando trabajo con las manoplas junto a Exequiel Montenegro. Esta es una parte importante de la rutina que se ejercita en la Escuela de Boxeo del Centro Cultural y Deportivo “Ni un pibe menos por la droga”.

 

Sergio Ferrer

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De los 135 chicos inscriptos actualmente en las distintas actividades libres y gratuitas que se realizan en el Centro Cultural y Deportivo para la Prevención de Adicciones “Ni un pibe menos por la droga” (CCyDPA), 70 acuden a la Escuela de Boxeo que está a cargo del ex púgil Bernardino González. Más de la mitad. El dato no es menor y marca, desde un principio, la trascendencia del deporte en general y el de los puños en particular, como herramientas de prevención e inclusión social. Además, en cierta medida, refleja el rol que la disciplina deportiva puede cumplir en la conducta de los adolescentes, fundamentalmente por su importancia en superación personal y el fortalecimiento de la autoestima. La Escuela de Boxeo va a cumplir dos años, tiempo en el que se ha convertido en uno de los principales atractivos del CCyDPA, que tiene su sede y sus instalaciones en Av. Freyre 2421.

A propósito de esta particularidad, El Litoral dialogó con la psicóloga social Soledad Peralta Roa, integrante del equipo de trabajo del CCyDPA, para saber cuál fue el motivo por el que el boxeo fue sumado a esta propuesta institucional y a qué adjudican su éxito, a tal punto que lo consideran parte esencial del proyecto de la entidad. “El boxeo es un deporte que atrae muchísimo a los jóvenes, les llama mucho la atención, además de darles una mayor autoestima y seguridad personal, sin olvidar que es muy completo a nivel deportivo”, destacó Soledad. También equilibra emociones, dijo, y “los ayuda a que puedan poner en palabras lo que a veces no se animan a expresar, como la necesidad de salir de la exclusión, que es una de las causas principales por la que eligen al boxeo como actividad en el centro cultural”.

Cuando se le preguntó si la mayoría de los chicos pasaron por la experiencia de la droga, o tuvieron algún tipo de contacto con ella, Soledad aclaró que “algunos han pasado y otros no”, pero “muchos han tenido un acercamiento, o conocen a alguien al que le han ofrecido drogas, porque ésa es la triste realidad”. “Por eso creemos que es una problemática social de la que hay que hablar mucho más, partiendo de la base de que el tema de la prevención en las escuelas tiene que ser materia obligatoria y que, quizás, haya que capacitar a los docentes, porque es una problemática que muchas veces no se sabe cómo abordar”, aclaró. Los jóvenes, enfatizó, hoy tienen mucha facilidad de acceso al consumo de drogas y no así a la otra parte, es decir hacerles saber y advertirles el daño que eso le hace a su cuerpo y a su familia, porque la droga les va dañando su persona, su entorno más cercano y hasta su contexto social.

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Una de las claves. Soledad Peralta Roa y Bernardino González brindaron pormenores de la tarea integral que se realiza en la institución. El aporte del boxeo es fundamental.

Aliados del mejor amigo

Bernardino González tiene 39 años y fue pupilo de Amílcar Brusa. Como pugilista hizo campaña profesional entre 2004 y 2014, sumando unas 40 peleas en dicho terreno. Debutó como rentado frente a Lucas Matthysse y a partir de allí cosechó una nutrida experiencia sobre el ring, escenario donde supo aguantarle la mano (como se dice en la jerga boxística) y durarle toda la distancia pactada a muchos de los más duros pegadores de aquellos años. Siempre hizo de la fuerza de voluntad y el esfuerzo una bandera, sus grandes virtudes.

Ahora, con los jóvenes, Bernardino trabaja con el mismo empeño y las mismas ganas que lo distinguieron en su época de boxeador. Además, como buen discípulo de don Amílcar, aprendió del recordado maestro una línea de trabajo que no falla: “Hay que hacerse amigo del gimnasio, como decía Brusa. Si vos te hacés amigo del gimnasio, éste nunca te falla y más te devuelve, nunca te abandona”.

“Esas son las cosas que uno trata de enseñarles a los chicos”, agrega con orgullo, “porque lo más lindo es poder inculcar las enseñanzas cosechadas junto al más grande, es algo muy fuerte”. Por otra parte, Bernardino define su labor en el CCyDPA como una experiencia en la que el aprendizaje es mutuo: “Siempre se aprende algo, y se puede aportar un granito de arena al anhelo que traen los más jóvenes, que acá tienen la posibilidad de concretar el sueño que tienen”. ¿Y cuál es ese sueño? Ser boxeadores. “Varios de ellos están en un grado avanzado de aprendizaje y hasta tienen peleas como amateurs”, aclaró Bernardino. Son chicos que en algún momento expresaron al profesor sus ganas de pelear “en serio”, tener su experiencia sobre el ring. “Les dije que tuvieran paciencia, que supieran esperar, y lo hicieron, esperaron el tiempo suficiente, crecieron, se esforzaron y pudieron tener la oportunidad”, acotó.

“Ellos vienen con las ganas y la intención de aprender. Por eso los empezamos a observar de otra manera y a darles otra clase de guanteo, por ejemplo, pasando del recreativo al competitivo”, añadió. Luego pasan a entrenarse con gente de otro gimnasio, con otro rigor. Algunos ya tienen peleas (como Exequiel Montenegro, que ya hizo tres) y otros están a punto de debutar. “Estamos firmes con ese plan, porque los vemos con gran futuro y porque están muy enfocados, con un hambre de gloria tremendo”, redondeó Bernardino, quien para estos casos se apoya en la ayuda del conocido director técnico santotomesino Ángel Fernández. Bernardino sube al rincón como asistente del entrenador (que supo dirigirlo cuando peleaba) y de esa forma acompaña a los chicos surgidos de la Escuela de Boxeo en su experiencia sobre el cuadrilátero.

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Ecuación adictiva. La información y la educación sobre la problemática de las adicciones a las drogas es otro de los aspectos que se trabaja en el Centro Cultural y Deportivo.

Días y horarios

Las clases de la Escuela de Boxeo del CCyDPA se desarrollan los siguientes días: miércoles, de 10 a 11, 18 a 19, 19 a 20; viernes, de 10 a 11; sábados, de 18 a 19 y 19 a 20. Las inscripciones se realizan presentando el certificado de actitud física y la autorización del adulto responsable en caso de ser menor de 18 años. El trabajo se inicia con unos 8 minutos de soga, sigue con trote por espacio de 15 minutos (cumpliendo un circuito aeróbico armado en el gimnasio), 10 minutos de gimnasia con aparatos, pesas y complementos, elípticos, bolsas, manopleo y algo de trabajo anaeróbico, hasta completar la hora.

Al profesor Bernardino González lo asiste David Zapata. Trabajan con unos 15 alumnos por turno, aproximadamente. Los asistentes tienen entre 15 y 23 años, si bien se han acercado también chicos de 14. Los otros talleres que se realizan en la entidad son: radio (sale al aire por Internet), ritmos latinos (baile), ajedrez, serigrafía, manicuría, teatro, circo, electricidad, apoyo escolar, música y pintura artística. En casi todos los casos, la franja etaria cubierta es de 12 a 25 años.

Más detalles

El CCyDPA “Ni un pibe menos por la droga” tiene como coordinadora general a Gisela Scotta. Es una casa de asistencia y acompañamiento comunitario que cuenta con convenios con la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) y la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod, provincial). Su plantel de profesionales está compuesto por dos psicólogas, dos psicólogos sociales y una trabajadora social.

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Circuito aeróbico. Durante cada turno de práctica, que se extiende por espacio de una hora, los alumnos llevan adelante una rutina similar a la de cualquier gimnasio de boxeo.

Fotos: Luis Cetraro

“Toda actividad física es antagónica al consumo”

“Hemos construido un proyecto que se transformó en un dispositivo de abordaje centrado en la prevención de los consumos problemáticos de sustancias y las adicciones”, expresó a este medio el dirigente social Pablo Landó, impulsor y referente del CCyDPA. También puso énfasis en que el trabajo de la institución “intenta hacer foco” en la necesidad de “evitar que los jóvenes y adolescentes entren en contacto con las drogas”. Y en poder hacer ese trabajo preventivo, “a partir de la construcción de un espacio de posibilidades, en el que se brinde de manera libre y gratuita el acceso a los jóvenes y adolescentes de las barriadas de la ciudad”.

La mayoría de ellos, acotó Pablo, por razones económicas y porque faltan políticas estructurales de Estado en los barrios, están imposibilitados de acceder al deporte, a la cultura, o a la recreación, y a través de ello a la construcción de nuevos espacios de encuentro, de amistad y de vínculos. Luego recordó que la Escuela de Boxeo “es una herramienta fundamental” del CCyDPA, porque los chicos ingresan a este espacio para practicar una actividad deportiva, pero en el recorrido que emprenden terminan encontrándose prácticamente un proyecto nuevo para sus vidas. “Un proyecto que les permite asentarse en una realidad distinta, a partir de la construcción de nuevas amistades, o de la aparición de referentes positivos, como puede ser el profesor de boxeo”, explicó.

A partir de una disciplina como el boxeo -acotó-, logran construir en su propia personalidad y en su conducta disciplina y respeto, consignas que ayudan a no agredir al otro. “A pesar de ser un deporte de contacto, que lleva a estar a una distancia tan cercana, frente a frente y con guantes en las manos, no se agreden, no se lastiman, se respetan”, continuó. A la par de lo que significa el boxeo en la formación de esa conducta y esa disciplina, también incorpora conceptos como los de sacrificio y práctica colectiva. Y a ellos, agregó, le incorpora el propio esfuerzo físico. Esto es muy importante, completó, “porque toda actividad física es antagónica al consumo, sea de alcohol, droga o hasta tabaco”.