Mauricio Baldasarre, aquel “pibito” que debutó a los 16 años en Colón...

“Los sabaleros somos más hinchas de la hinchada que de los logros”

El “Mono” Olivares lo aventaja por unos poquitos meses, pero igual su nombre está ligado a la historia del club y es difícil de igualar. El Litoral lo encontró en Porto Alegre, alentando a la selección junto a su hijo y algunos amigos. Habló de aquellos tiempos en los que “concentrábamos en el Regimiento en Santo Tomé”.

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Mauricio Baldasarre y su hijo en Porto Alegre.

Foto: El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Porto Alegre, Brasil)

Por pocos meses no tiene un record: el de ser el jugador más joven en debutar en Colón en toda la historia. Sólo lo aventaja el recordado Daniel Ernesto Olivares. El “Mono” lo hizo con 16 años y poco más de 3 meses. Mauricio Baldasarre estuvo muy cerca: nació el 12 de enero de 1971 y Victorio Nicolás Cocco lo hizo debutar el 5 de setiembre de 1987, con 16 años y algo más de 7 meses. A Olivares y a Baldasarre será muy difícil igualarlos. Y hasta podría decirse que ambos marchan a contramano de lo que marca la historia: se afirma que ahora los jugadores debutan más rápido en Primera que antes, pero acá estamos mencionando a un jugador que debutó hace 47 años (Olivares, en 1972) y otro que lo hizo hace 32 años (Baldasarre). Fueron grandes excepciones a una regla que indicaba que no se llegaba con tanta facilidad a jugar en Primera a semejante edad, cuando todavía queda un camino de formación por recorrer. Pero ambos lo hicieron.

El encuentro con Baldasarre en Porto Alegre fue sorpresivo. Acompañado de su hijo y algunos amigos, parecía un hincha más de la selección enfundado en la celeste y blanca. Pasó el tiempo y posiblemente ese apellido no le resulte familiar a muchos hinchas de Colón, pero de ninguna manera se lo puede apartar de la letra firme de la historia por aquello de que con apenas 16 años y algunos meses, ya estaba poniéndose la rojinegra de Colón en tiempos muy duros, de desilusiones deportivas y en los que la moneda escaseaba.

—Pasó el tiempo pero parece que fue ayer, Mauricio...

—¡Sí, claro...! Fue en el año ‘87, con Victorio Nicolás Cocco de entrenador. Yo tenía tan sólo 16 años, era muy joven. Con el tiempo me di cuenta de que en ese momento no estaba preparado para debutar y a eso lo noté mucho cuando enseguida me llevó Independiente.

—¿Por qué?

—Porque en ese momento, Colón no jugaba en inferiores de Afa y todo eso yo no lo viví. Entonces, cuando llegué a Independiente fue todo diferente y me sirvió mucho para el momento del regreso a Colón, que fue un par de años más tarde, en la temporada 90-91.

—¿Qué era Colón en ese momento?

—Era significativo el cambio de jugar de inferiores a Primera. No sólo que no teníamos inferiores de Afa sino que tampoco jugábamos en reserva, así que el paso era directo a la primera. Colón estaba en la B Nacional y siempre le digo a mi hijo, que tiene 18 años y que jugó en las inferiores de Colón, que daría cualquier cosa por estar en esta época, de jugar en las inferiores de Afa, en la reserva, y así poder crecer como jugador. Lamentablemente, a todo eso no lo viví. Ni tampoco contábamos con la infraestructura que hoy tiene el club.

—¿Cómo era en tu época?

—En inferiores, entrenábamos en lo que hoy es el estacionamiento, que era una cancha de tierra. Y salíamos a correr por el Parque Sur y entrenábamos en la olla, enfrente de Cilsa. Después, cuando llegamos a Primera, entrenábamos en el Regimiento de Santo Tomé o en el de avenida Freyre. Y al no tener un predio, las inferiores jugaban en el estadio, así que imagináte cómo estaba esa cancha. ¡Cientos de partidos se jugaban ahí...! Pero gracias a Colón pude ir a una preselección juvenil en ese momento.

—¿Te acordás del debut?

—Con Cipolleti... Yo venía bien, haciendo muchos goles en inferiores y como el equipo no tenía gol, Victorio me citó para concentrar y no lo podía creer. Fuimos al Regimiento de Santo Tomé, al edificio del Ejército, donde dormían los oficiales y suboficiales, que era de buen nivel. No lo podía creer. Y después, cuando estaba en Independiente y Cabrero le dijo a los dirigentes que me necesitaba, no dudé en volver. Yo podría haberme quedado en Independiente, pero mi sueño era jugar en Colón.

—Y en Independiente habrás compartido plantel con Bochini, me imagino...

—Eran sus últimos años, yo tenía edad de juvenil y entrenábamos con ellos. Fue el año que Independiente salió campeón con el Indio Solari. Jugaban el Bocha, Alfaro Moreno, Insúa, el “Chaucha” Bianco, Reggiardo... Un equipazo. Daba gusto ver jugar a ese equipo. Yo vivía en la pensión y como Independiente jugaba la Libertadores, los de la reserva jugaban el torneo local y nosotros, los de quinta y cuarta, jugábamos en reserva.

—¿Te retiraste joven?

—Sí. Cuando se fue Cabrero y vino Miguel Juárez, llegaron varios jugadores y ahí nos dimos cuenta los chicos del club que no íbamos a tener muchas posibilidades. Me habló Jorge Griffa para ir a Newell’s. En realidad, Griffa me habló cuando estaba en Independiente y allí le dije que prefería volver a Colón. El me pidió que si alguna vez me iba del club, que no deje de llamarlo. Y así fue, cuando salí de Colón lo hablé y me fui a Newell’s un año. Esa fue otra experiencia hermosa porque entrené con el plantel superior, que dirigía Bielsa.

—Otro equipazo...

—Sí, otro equipazo con el Tata Martino, el Chocho Llop, Pocchettino, Berizzo... Una camada de jugadores extraordinaria. El problema ahí fue que estaba en reserva y ellos me tenían que hacer contrato porque había jugado varios partidos en Colón. Para colmo me lesioné, tuve pubialgia y eso determinó que pensara en dejar el fútbol porque ya la había tenido antes, cuando estaba en Colón. Además, había empezado a estudiar y se me presentó la ocasión de trabajar y en todo ese combo, tomé la decisión de dejar el fútbol profesional. Y empecé a jugar en clubes del interior de la provincia.

—¿De qué te recibiste?

—De analista de administración bancaria y comercio exterior, entré en el Bica de Rosario y hoy estoy en el ICBC. Hace 25 años que estoy en esto y la verdad que me gusta.

—¿Cómo ves a Colón, a la selección y al fútbol argentino?

—La base del fútbol argentino son las inferiores, por eso me gustaría que Colón arme un verdadero proyecto, que se respete, que lo consolide y que invierta ahí, en un buen coordinador y con buenos entrenadores, trabajando a cuatro o cinco años que es lo que considero que se necesita para que un trabajo de base rinda frutos. Y en cuanto a la primera, Colón no puede competir con los presupuestos de los equipos grandes, entonces a veces nos ilusionamos con los refuerzos que se traen y no siempre se pueden traer jugadores que sean desequilibrantes o distintos. Como siempre digo, los colonistas somos más orgullosos e hinchas de nuestra propia hinchada que de los logros que, lamentablemente, no llegan.

—¿Y respecto de la selección?

—Siempre digo que le doy gracias a Dios de haber sido contemporáneo de Maradona y de Messi, porque son dos jugadores como nunca se vieron en este país. Al igual que en Colón, hay que hacer un proyecto a varios años y mantenerlo. Llama la atención que los mejores técnicos de la Argentina no quieran agarrar la selección y eso quiere decir que algo se está haciendo mal a nivel dirigencial. Por eso hay que armar un proyecto a largo plazo y convencer a los mejores entrenadores para que se hagan cargo.

—¿Quiénes, por ejemplo?

—Gallardo, el Cholo Simeone, Bielsa... Y sin desmerecer a los entrenadores que se hicieron cargo en estos últimos años, la realidad es que no estuvieron a la altura del cargo.

  • Cuando estaba en inferiores, entrenábamos en la cancha auxiliar, la del estacionamiento, que era de tierra o si no, en la olla, enfrente de Cilsa. Y salíamos a dar la vuelta al lago”.

Mauricio Baldasarre

Ex jugador de Colón

“Será difícil parar a Messi”

El defensor Luis Mago y el mediocampista Jefferson Savarino, integrantes del seleccionado venezolano, admitieron ayer que será “difícil parar a Lionel Messi”, capitán de Argentina, en el partido del próximo viernes, en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, por los cuartos de final de la Copa América. “Messi es el mejor jugador del mundo y debemos cuidarnos mucho. Trataremos de hacer lo mejor para pararlo”, expresó Jefferson Savarino, mediocampista de la “vinotinto”, en rueda de prensa luego del segundo entrenamiento en Río de Janeiro.

Su compañero, el defensor Luis Mago, coincidió que “será muy difícil parar” a Messi y al resto de las “individualidades muy buenas” que tiene el equipo argentino pero aseguró que confía en el “orden táctico” que demostró Venezuela durante el torneo. “El orden táctico nos dio buen funcionamiento. Debemos mantener el arco en cero y aprovechar nuestras ocasiones”, analizó Mago, habitual lateral izquierdo en el equipo dirigido por Rafael Dudamel. El defensor de Palestino de Chile también calificó como “un plus mental” el partido amistoso que Venezuela le ganó a Argentina (3-1) en marzo pasado en España. “El buen funcionamiento que tuvimos en España nos permitirá salir con mentalidad positiva”, remarcó.

Parecía un “9” brasileño

Por Gustavo Marín (x)

De La Salle pasé a Boca y de ahí a Colón, cuando llegué había dos o tres joyitas en el club: el zurdito Verdirame, el Pájaro Búttera y Mauricio Baldasarre. Era un “9” de físico privilegiado, parecía brasileño porque a pesar de su estatura tenía mucha técnica para recibir de espaldas y devolver a un toque y un dribbling mano a mano muy bueno, que lo convertía en complicado para los centrales.

Es un gran amigo y su hijo juega en Colón con características muy parecidas al padre, tanto que siempre le digo “hijo de tigre”. Mauricio era muy completo, muy atleta y tenía un buen cabezazo. A mí no me sorprende que Victorio lo haya hecho debutar tan temprano, a tan corta edad porque realmente se destacaba.

Para mí fue un privilegio haber compartido ese equipo que se denominaba “volante” de Colón. Como no había reserva, el equipo “volante” era el que jugaba a veces los preliminares, cuando nos conseguían rivales o salíamos a jugar por los pueblos, como nos gustaba decir a nosotros. Mauricio tuvo un paso rasante, fugaz por ese equipo porque era obvio que no podía permanecer mucho ahí, ya que se veía venir que en cualquier momento lo iban a llevar a la primera, como lo hizo Cocco.

Pero más allá del privilegio deportivo, de haber compartido el plantel, para mí también fue una alegría haber cosechado con él una muy linda relación. Mauricio es una gran persona y así lo teníamos, como gran jugador y gran persona.

(x) Fue compañero de Baldasarre en las inferiores de Colón. Luego fue entrenador de inferiores en la institución.