INUNDACIONES EN SANTA FE Y LA PLATA

“La comunicación pública es clave en la gestión del riesgo”

La tesis elaborada para una maestría revela cómo operó la comunicación pública en tres catástrofes hídricas. El rol de los medios. El protagonismo de las universidades y los cambios en nuestra ciudad a partir de 2008.

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“La comunicación pública tiene que ser capaz de enhebrar el saber vulgar y el saber técnico”, afirma Juan Manuel Cozzi.

Foto:Mauricio Garín

 

Nancy Balza

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“Capacidad de estar presente en todas partes al mismo tiempo”. Así se define ubicuidad. Para Juan Manuel Cozzi, director de la Universidad de Concepción del Uruguay y especialista en Comunicación Política, el riesgo entraña esa misma condición. Y lo dice a propósito de las inundaciones de Santa Fe (2003 y 2007) y de La Plata (2013), las dos catástrofes que puso bajo la lupa para la tesis que elaboró para su maestría en Gestión de la Comunicación en las Organizaciones (Universidad Austral).

Ese mismo concepto, el de ubicuidad del riesgo, será recuperado para la edición de su investigación en formato libro, que espera tener entre manos en la segunda mitad del año.

—¿Por qué decidiste trabajar en este tema?

—Primero, por todo lo que sufrimos los santafesinos, en particular con la inundación de 2003 que es un parteaguas entre las contingencias que atravesó la ciudad vinculadas con la crecida de los ríos y desnudó un grado muy alto de imprevisión en este tipo de catástrofes. Por otro lado, desde 2013 soy profesor visitante y dicto un seminario sobre Comunicación y Gestión de Crisis en la Universidad Rovira i Virgili en Tarragona (España), en el Master en Comunicación Estratégica para la Sociedad del Riesgo. Allí vienen trabajando estas problemáticas: no debemos olvidarnos de lo que pasó en Chernobyl en su momento y la mirada de sociólogos como Beck, Luhmann, Giddens y Bauman que comienzan a estudiar las cuestiones que traen aparejadas la modernidad tardía, la modernidad reflexiva en cuanto a los avances desde el punto de vista tecnológico y también la posibilidad de riesgo que eso implicaba. Si bien en la mirada de ellos el riesgo tiene que ver con lo tecnológico o nuclear, este trabajo se enfoca en una mirada que tiene que ver con Latinoamérica y las experiencias que sufrimos con las inundaciones.

—¿Qué encontraste en común en las tres catástrofes que analizás: 2003 y 2007 en Santa Fe, y 2013 en La Plata?

—Hago un paralelo entre 2003 en Santa Fe y lo que les pasó a los ciudadanos de La Plata en el año 2013. Los escenarios son muy parecidos porque hay una falta total de previsión en la gestión de riesgo aparte de que falta infraestructura, no se desarrollan las obras necesarias y aquellas cuestiones que tenían que ver con disminuir las posibilidades de riesgo no estaban terminadas. Además, faltaba planificación urbanística, y esto hizo que hubiera una construcción indiscriminada que afectó el escurrimiento en los suelos. Por otro lado, hubo una ausencia de roles definidos en cuanto a la contención y el manejo de riesgo, sin áreas especificas o especializadas. Y desde el punto de vista de la comunicación pública ocurre, en un primer estadío, la quita de responsabilidades entre unos y otros, la falta de coordinación; ninguno asume la responsabilidad y la ciudadanía queda en manos de nadie. Todo eso llevó a que la población tratara de salvarse de la mejor manera posible.

— ¿Qué rol cumplieron los medios de comunicación en ese momento?

—En todos estos desastres cumplieron un papel importantísimo en tratar de llevar calma e información prudente y necesaria a los sectores afectados. También prestaron su labor para hacer escuchar las voces de los afectados, que estaban invisibilizadas. Esto también nos tiene que llevar a reflexionar que hoy las redacciones periodísticas tienen que tener periodistas capacitados en estas tareas: en general, el primero que llega a cubrir una noticia de estas características es un movilero que no tiene, en al mayoría de los casos, la preparación adecuada. Lo primero que tiene que hacer es no despertar alarma innecesaria o que la población entre en una situación de pánico, ni aumentar la confusión sobre una situación ya confusa. Los medios tendrían que trabajar en una capacitación específica para las personas que cubren estas noticias.

Esto me lleva a otra reflexión y no me puedo apartar de mi actividad con la educación: el tema de la gestión de riesgo en una ciudad y una provincia como Santa Fe tendría que estar incorporado en las currículas de estudio.

—¿Cambió la situación desde 2003 hasta ahora en Santa Fe, y desde 2013 en La Plata?

—Si, en Santa Fe hay un cambio muy claro a partir del año 2008. Se trabaja fundamentalmente sobre las políticas de gestión de riesgo, de mitigación y sobre la palabra resiliencia, es decir, cómo se sale de estos procesos traumáticos y se incorpora a la agenda pública la gestión de riesgo. Para eso necesitamos estar preparados y trabajar sobre el tema de las alarmas innecesarias. Se recibe una información que dice que empieza a crecer el agua, y la persona que sufrió la inundación vuelve a ese escenario de 2003 ó 2007.

—Sumale las fake news.

—Por supuesto. Tenemos, por un lado, el avance de las tecnologías de la comunicación que son muy válidas. Si tendría que decir en qué contexto comunicacional estamos hoy, diría que es de la sociedad digital, de una comunicación en red. Esto es muy bueno porque permite generar colectivos y compartir mucho más. Pero, por otro lado, tenés el tema de las fake news que afecta muchísimo. El big data puede funcionar para esto porque podemos tener información más temprana y dar pasos en consecuencia. Volviendo a tu pregunta, la ciudad está mucho mejor preparada que en 2003 y 2007, pero tenemos que seguir dando pasos porque como sociedad estamos expuestos a un sinnúmero de riesgos. Hoy la omnipresencia del riesgo es total, lo tenemos que tener en cuenta para nuestra familia, nuestros hijos e cualquier parte y, en esta parte del mundo donde estamos expuestos a desastres naturales.

“La comunicación pública es clave en la gestión del riesgo”

La falta de previsión es uno de los puntos en común entre las inundaciones de 2003 y 2007 en Santa Fe, y en 2013 en La Plata, analizados para una tesis de Comunicación.

Foto: Archivo El Litoral/Amancio Alem

LOS CAMBIOS

Entre las coincidencias con las catástrofes de Santa Fe y La Plata, Cozzi menciona la participación de las universidades: “Fue la primera vez que intervinieron directamente y fueron determinantes al momento de establecer responsabilidades”. También estos desastres dieron lugar a nuevas formas de participación ciudadana, como la Carpa Negra, la Marcha de las Antorchas (en Santa Fe) y la Marcha de los Paraguas (en La Plata). “En muchos casos, a medida que empieza a bajar la espuma de todo esto, se van perdiendo pero sirven para alimentar la memoria de lo que aconteció y no volver a pasar por lo mismo”.

Cozzi destaca, además, otra etapa del desastre que es el momento posterior al retiro del agua y la discusión sobre cuándo volver a ocupar el terreno y qué hacer con los objetos cotidianos que quedaron convertidos en basura. “Son cuestiones para las que no estábamos preparados. Por eso destaco la importancia de haber empezado a trabajar, desde 2008, en la resiliencia y en la mitigación”.

—Volviendo al principio, ¿cuál fue el objetivo de tu investigación y a qué conclusión llegaste?

—El propósito general del trabajo fue reflexionar acerca de la gestión de riesgo de desastres y catástrofes y el rol que juegan las políticas de Estado, entre las cuales se destacan las estrategias de comunicación para la prevención, la información y la intervención en este tipo de situaciones. Por otro lado, el trabajo se encarga de revisar aciertos y errores en las estrategias llevadas adelante, de estudiar el problema de la gestión del riesgo y pone de manera relevante la posición que ocupa la comunicación pública y la participación ciudadana al momento de la elaboración de planes de gestión de riesgo. La conclusión final es que la comunicación pública no tiene que estar disociada en ningún momento del proceso de gestión de riesgo. Es fundamental para llevar a la población mensajes concretos y directos, que a su vez sean compartidos por entidades que componen esa comunidad.

PERFIL

Juan Manuel Cozzi es director de la Universidad de Concepción del Uruguay, rector del IES y especialista en comunicación política. Politólogo “de base”, estudió esa carrera en la Universidad Nacional de Rosario y se especializó en Flacso en Opinión Pública y Comunicación. En la Universidad Austral cursó la maestría en Gestión de la Comunicación, dirige la especialización de Comunicación Corporativa e Institucional de la UCU y tiene a cargo un seminario sobre Comunicación en situaciones de crisis.

CAMBIO DE PARADIGMA

¿Qué hace un decisor político o un agente gubernamental cuando tiene un presupuesto escaso, a qué lo destina? La pregunta surge en paneles y debates, asegura Juan Manuel Cozzi, para quien la respuesta es que “primero tenemos que trabajar sobre prevención del riesgo, ser conscientes de que hay situaciones de peligro, sobre todo en una ciudad como Santa Fe que está rodeada de ríos”. Y recupera el concepto de Zygmunt Bauman sobre “modernidad líquida”, en cuanto a “ser capaces de admitir que hasta lo que parece imposible se puede transformar en posible, para resolver de la mejor manera la ecuación potencial para clasificar a una situación de peligro como incógnitas desconocidas a incógnitas conocidas. Esto no nos va a dar una certeza absoluta pero nos prepara para la contingencia”.