El tractor, en marcha

Esta semana se conocieron las cifras de la actualidad macroeconómica de mayo. El dato más trascendente, más allá de la leve recuperación de algunos índices, volvió a ser el enorme impacto del campo en la economía argentina.

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Luego de la feroz sequía del año pasado, fue la actividad que más creció (casi un 50 %). El Estimador Mensual de la Actividad subió en el quinto mes del año un 0,2% con respecto a abril y un 2,6% contra mayo del 2018. La suba se da después de 12 meses seguidos de contracciones en la comparación interanual, que se suman al de abril del año pasado, cuando el EMAE había quedado exactamente igual que en el mismo mes del 2017.

El informe enfatiza que el crecimiento interanual se registró casi exclusivamente por el impulso del campo: “la actividad de Agricultura, ganadería, caza y silvicultura creció en mayo un 49,5% con respecto al mismo mes del 2018, cuando, por otra parte, ya se veía fuertemente afectada por la peor sequía en más de 70 años”, destaca el informe. “Más allá de eso -y de que, por estacionalidad, mayo es cada año el de mayor actividad del agro-, el quinto mes de este año mostró el mayor nivel de actividad del campo por lo menos desde que asumió Macri”, agrega.

Dentro de las actividades que también mostraron alzas interanuales, se destacan transporte y comunicaciones (1,8%); explotación de minas y canteras (1,3%); impuestos netos de subsidios (1,2%); enseñanza (0,8%) y Administración pública (0,2%). En cambio, todavía siguen para atrás la intermediación financiera (-16%); el comercio (-11,4%); la industria manufacturera (-6,5%); la construcción (-3,1%); y otras actividades.

Es fundamental que el clima siga acompañando como lo hizo con la campaña gruesa. Como destacamos en este número, el trigo está volviendo a ser un componente fundamental en el planteo agrícola anual, y representa de nuevo algo de oxígeno financiero para el bolsillo de los productores a fin de año. Las reglas de juego, ya son otro tema.