El viernes será clave para Lavallén

Que la Copa no maree: pensar en el promedio

Es cierto que el entrenador avanzó hasta los cuartos de final en la Sudamericana. Pero no puede ganar en la Superliga donde debe sumar para no sufrir con los descensos.

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Una derrota dolorosa. El momento en el cual Chimino, tirándose al piso, se anticipa a Gastón Díaz y evita el cierre de Olivera, ante la atenta mirada de Leo Burián que nada puede hacer. Fue el 1 a 0 de Patronato que no se modificaría más, ni siquiera con un hombre de más para Colón. Para colmo, los de la zona baja del promedio sumaron casi todos.

Foto: Marcelo Miño / El Diario de Paraná.

 

De la Redacción de El Litoral

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Desde que se fue Eduardo Domínguez —quedó el recuerdo increíble en ese final del grito “cagones” en la cancha de Huracán—, Colón en el torneo local AFA/Superliga ganó un solo partido de 16 que jugó. Y cosechó 10 puntos sobre 48 posible. Sin dudas, una proyección que preocupa y mucho en el Mundo Colón.

Uno ganado, 7 empatados y 8 perdidos, con 10 goles a favor y 21 goles en contra. Eso da apenas un 20.83 de efectividad. Y en el caso puntual de Pablo Lavallén, su asterisco se llama Copa Sudamericana, donde logró ir pasando etapas hasta llegar a los cuartos de final (mañana martes se podrá saber si el rival es Zulia de Venezuela o Sporting Cristal de Perú).

Pero el actual entrenador sabalero tiene números en rojo en el contexto de la Superliga, donde directamente no ganó, con tres empates (San Juan, San Lorenzo y Tigre) y cuatro derrotas (Aldosivi, Gimnasia, Tigre y Patronato). Sacó 3 puntos de 21 que puso en juego. O sea el 14.29 de los puntos que puso en juego.

La derrota con Patronato no fue una más. Dolió y mucho. Hasta el mismo entrenador dijo no encontrar explicación. Pero, además, se dieron cosas que no suman: la reacción de Chancalay cuando es reemplazado, la mirada desafiante del entrenador a la platea cuando la gente le recriminaba cosas y hasta alguna reacción desubicado de un jugador destrozando algo del propio vestuario.

La semana que se inicia es recontra-corta: Colón debe subirse al micro el jueves y el viernes a la noche —horario de las 21— visitar a Huracán en el estadio Tomás A. Ducó de Parque Patricios. Otra vez, pondrá en juego tres puntos determinantes de Superliga. Una vez que pase el partido ante el “Globo”, habrá un parate por las elecciones del domingo 11 de agosto. Y cuando se reanude, se vendrá todo encima: una “final” con Gimnasia por el promedio en Santa Fe y los cruces coperos de la Sudamericana con el Zulia de Venezuela o el Sporting Cristal de Perú (se resuelve el martes en Lima, ganaron los caribeños 1-0 la ida).

Es por eso que los 90 minutos de este mismo viernes a la noche en el Tomás A. Ducó serán “muy importantes”, no sólo para el promedio de Colón sino para el propio entrenador que deberá empezar a sumar en el marco de la Superliga, donde ganó Patronato (se les puso a dos), sumó Gimnasia, ganó Newell’s y todos están mezclados en la zona baja de los promedios.

Los dirigentes, en la charla que mantuvieron con el entrenador, le hicieron saber de esta necesidad de sumar en Superliga. Mientras Lavallén podrá recuperar a Alex Vigo (lesionado), Rodrigo Aliendro (estaba suspendido) y Luis Miguel Rodríguez (también lesionada la “Pulga”), es casi un hecho que debutará Federico Lértora —el refuerzo más importante como titular.

Al mismo tiempo, los dirigentes tienen una carrera contra el reloj, porque el jueves cerrará el libro de pases en la Superliga. Lavallén dijo que quiere “un 9 grandote que aguante la pelota” y tanto el presidente Vignatti como el mánager “Pancho” Ferraro se están moviendo en consecuencia.

En principio, además del cierre del libro de pases de Superliga, Colón tendría plazo hasta el 5 de septiembre para sumar un refuerzo más, porque es uno de los clubes que transfirió a un futbolista propio al exterior (es el caso del “Chino” Cristian Guanca) en este receso.