“LULY COMEDY STAR”

Lo cotidiano se vuelve risa

El actor Pablo Angeli llegará a Santa Fe con Luly, el personaje que le otorgó gran repercusión en redes sociales con sus monólogos de humor. La función será el sábado 3 de agosto, a las 21, en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457). “Creo que con Luly encontré una forma diferente de hacer humor”, comentó Angeli a El Litoral.

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Luly, creación de Pablo Angeli, genera furor: el público además de reír con ella, grita desenfrenado cada vez que la ve salir al escenario para desarrollar su propuesta de Stand up.

Fotos: Gentileza producción

 

Juan Ignacio Novak

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A través de Luly, su personaje, el actor Pablo Angeli logró definir un formato humorístico muy particular que fue aceptado por el público: a la repercusión en las redes sociales (en especial Instagram, a través de los videos) se sumó el éxito en los teatros, donde llenó salas de todo el país. El próximo sábado 3 de agosto, a las 21, el comediante llegará a Santa Fe para presentar en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457) su nuevo espectáculo “Luly Comedy Star”, que incluye monólogos, sketchs y “mucho power”. En los días previos a su escala por la capital provincial, charló con El Litoral sobre su flamante show, la fidelidad a un esquema de trabajo, el valor de mantener intacta la esencia del personaje a través del tiempo y las cosas que hacen reír a los argentinos.

—¿Qué características tiene el espectáculo que vas a presentar en Santa Fe, que según comentaste es mucho más “electrónico y tecnológico”?

—Es un espectáculo del personaje que hago en Instagram, Luly, donde propongo diferentes monólogos que remiten a diferentes situaciones y hay música electrónica, acompañada con imágenes. Es una como una gran fiesta electrónica donde se van intercalando los monólogos. Tiene una cosa muy arriba, muy de fiesta. Es un condimento que le quería dar al show. La gente ya adoptó al personaje de Luly, le festeja todo y se le suma este toque de energía bien arriba.

—Luly nació en el under pero se masificó a partir de las redes sociales ¿Lograste mantener la esencia del personaje?

—Sí, obviamente. Y es lo que a la gente le produce esa sensación cuando me va a ver al teatro. La mayoría no me conoce, de donde vengo, conoce el personaje por Instagram. Y cuando van al teatro no se encuentran con un tipo que hace un año y medio está pegando en las redes sociales, sino con un actor que hace años que hace espectáculos de humor. Y Luly tiene todo ese backup en el teatro. La gente sale realmente sorprendida por eso, porque no se imaginaba que atrás de esa cuenta en Instagram había toda una historia y una carrera de un actor del under. Creo que eso es una de las cosas que me diferencian del resto de los Instagramer, que hicieron la carrera al revés. Primero la pegan en la red y después se ponen a estudiar teatro para poder llevar todo eso a un escenario y comercializarlo. En mi caso, estuve muchos años laburando en el teatro, en sótanos de club de comedia y hoy Luly sale a teatros de 600 personas con ese poderío. Y para la gente es como un doble flash: ve el Instagram y después otra cosa en el teatro. Como artista me gusta eso, darle a la gente algo diferente cuando viene al teatro.

—¿Imaginaste, cuando empezaste ese caminito en las redes sociales, que Luly se iba a convertir en el fenómeno que finalmente fue?

—Sinceramente no. Siempre soñé, como todo artista, en tener un día grandes audiencias. Pero no me lo esperaba. De hecho, cuando empecé a hacerlo, pensé que Instagram era para un público más joven. Estoy hablando de jóvenes y adolescentes, no trato de viejo a nadie. Pero pensé que las redes sociales pegaban en chicos de 18, 20 años. Pero no, es un prejuicio que con el tiempo la red social rompió. Me di cuenta que hay público de todas las edades, para todos los mercados y los diferentes temas. Y Luly captó al público femenino, que apuesta a la pareja pero no le va bien.

Historias

—Contaste alguna vez que te nutrís mucho de intercambios con la gente para construir los monólogos. Pero obviamente pondrás cierto filtro ¿Qué historias te interesan más?

—Luly está puesta muy bien en esta época, en donde la mujer está intentando tener un rol más protagónico. Si bien Luly no es un espectáculo feminista, si es un espectáculo que le hace ver a los hombres como realmente sufre una mujer. Como una mujer padece la soledad. Siento que la mujer es mucho más enamoradiza que el hombre. Entonces Luly, sin atacar al hombre, si le hace ver como el hombre es en una relación. Y ese es un poco el enganche que tiene Luly. Si bien es un hombre haciendo de mujer, no ofende para nada a la mujer, confirmado por la misma audiencia. Todo lo contrario, les gusta que sea el aporte de un hombre a la lucha de la mujer en estos días, sin ser feminista atacadora, que es lo que yo no comparto. Les encanta, además de reírse, irse también con un mensaje de reflexión.

Carcajadas argentinas

—¿Cuáles son los humoristas con los cuales te sentís más identificado?

—Soy una persona muy abierta al humor. Por lo general, me río de casi todo lo que está bueno. Tengo muchos extremos. Hay dos humores a los que tengo como los “mejores”, que son el humor judío y el humor de transformista, si bien mi espectáculo no tiene nada que ver con el transformista. Creo que nunca nadie me hizo reír tanto como con un transformista o un judío. No sé por qué. Es algo que me pasa a mí. El humor negro inglés me mata. Y por otro lado, el stand up americano, que es el que usamos nosotros me gusta mucho. Y hoy en día me está gustando mucho el stand up hecho por una mujer. Me parece muy piola, en el sentido de que le compite al hombre de igual a igual. Igualmente estoy muy orgulloso del humor que se hace en Argentina. No tiene nada que envidiarle a un país potente en el humor como Estados Unidos, Inglaterra o España. Admiro a mucho gente, no doy nombres, porque si doy uno, tengo que dar el de todos. Pero la verdad es que me gusta mucho el humor nacional actual. Vivir en Argentina está bueno si te dedicás al humor, porque competís de una manera tan potente que crecés mucho.

—¿Si tuvieras que hacer un punteo de las cosas qué más hacen reír a los argentinos, o al menos los que integran tu público, cuáles serían?

—Las cosas que pasan en pareja las pondría en el punto uno. Todo lo que sea humor cotidiano nos hace reír mucho a los argentinos. Las cosas que pasan en el laburo, las relaciones familiares. Creo que son las cosas que más hacen reír. En el caso del humor político, que fue como un pilar hasta hace poco en la Argentina, la gente está un poco cansada. Se ríe si alguien lo hace bien, pero los políticos han fallado tanto en este país, que mucha gente no tiene ni gana de cargarlos. Tiene ganas de que se los saquen un poco de la cabeza, a todos, de un bando y otro. Creo que la gente piensa: “No quiero reírme más de ellos, quiero que hagan las cosas bien”. Creo que el humor cotidiano sirve más para transformar más a una sociedad que el humor político.

Una especie de homenaje

—¿Cuáles sentís, al menos intuitivamente, que son las claves del éxito del personaje y el hecho de que haya gente que incluso grita desenfrenada con el personaje?

—Yo creo que con Luly encontré una forma diferente de hacer humor, haciendo un personaje de mujer. Es un hombre que no se viste de mujer para hacer quedar mal a la mujer, sino que es un hombre que está entendiendo lo que la mujer padece. Es como una especie de homenaje a la mujer en lugar de una ridiculización. Insisto: no es un personaje de militancia feminista, no va por ahí. También respeta al hombre, en su forma. Es una nueva manera de hacer humor. Eso lo dicen las fans, que pueden reírse de cosas que les permiten encarar sus relaciones con los hombres de modo diferente.

Sin cambios

—El personaje de Luly empieza a ser conocido en países como España, Estados Unidos, Paraguay y Uruguay. ¿Pensás en algún momento en adaptarlo a la idiosincrasia de esos países y seguirá igual?

—No. Nunca hay que hacer eso. Si acá viene un colombiano o un español a hacerse el pibe de barrio, no me coparía. No hay que intentar captar así al público. Es un error.

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“Soy una persona muy abierta al humor. Por lo general, me río de casi todo lo que está bueno. Tengo muchos extremos”, dice el actor.