Se había varado por la bajante del río

Se hundió la casa flotante que estaba amarrada en el Dique II

Uno de los posibles motivos del accidente fue que al encallar se inclinó e ingresó agua por el baño de la embarcación. El siniestro tuvo lugar el viernes al mediodía. Prefectura y el Ente Administrador del Puerto ya habían advertido al propietario por el riesgo de naufragio de la unidad.

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Viernes. Estaba amarrada a un pequeño muelle del Dique II. Con la bajante del río el cabo de amarre comenzó a hacer fuerza e inclinó la casa hasta tumbarla parcialmente. Foto: Manuel Fabatía

 

Redacción El Litoral

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La casa flotante que estaba amarrada en el Dique II del Puerto de Santa Fe se hundió este viernes al mediodía. Según supo El Litoral, la embarcación estaba deshabitada hace un año por lo que no se lamentó ningún herido por el naufragio. Tampoco se observó que se derrame líquido alguno que ponga en riesgo ambiental al río.

Las primeras hipótesis que se sostienen por comentarios de nautas que frecuentaban el lugar y observaban desde hace tiempo que la casa se había varado por la bajante del río (registra este sábado 2,55 metros de altura, la más baja de los últimos 6 meses), y que ingresó agua por el sector del baño, producto de la escora —inclinación— de la casa. “Hace tiempo que el cabo de amarre estaba tenso y tardaron en aflojar la amarra para que no haga fuerza y se escore”, admitieron testigos a este medio.

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Antes. La casa se había terminado de construir en 2007.

Foto: fLAVIO RAINA aRCHIVO El Litoral

Antecedente

En una de las frecuentes crecidas del Paraná, la casa se soltó de su amarra y navegó por la braveza de la corriente del Canal de Derivación Norte hasta la altura de los elevadores de granos del Puerto, donde fue rescatada por la Prefectura, que la trasladó a remolque hasta el Dique II, donde permanecía amarrada (a la altura del Molino Marconetti).

A partir de ese momento, tanto desde Prefectura como del Ente Administrador del Puerto de Santa Fe (EAPSF) se solicitó al titular de la casa-embarcación que la retire de ahí porque la flotabilidad no era segura e implicaba un riesgo (además, aparentemente no había una habilitación o permiso para el amarre).

Desde el EAPSF admitieron que desde comienzos de este año se intensificaron los pedidos para que la unidad sea retirada por las altas posibilidades de naufragio, hubo conversaciones frecuentes con el propietario, pero la situación no se modificó.

Ante esta situación “el EAPSF tomó las medidas de seguridad pertinentes con boyarines y luces, y se informó a los usuarios. Se trata de un artefacto encallado, y dependiendo de las disposiciones de Prefectura, veremos cómo se retira”, operación que, reconocieron, “será muy costosa”.

Un proyecto santafesino

Esta casa flotante, fue diseñada y construida por el arquitecto Jorge Rico en el 2000 y la construcción del prototipo de casa flotante comenzó en 2004 y finalizó en el 2007. En un primer momento estuvo amarrada frente al Yacht Club y hace al menos tres años fue trasladada al Dique II.

Este hogar acuático fue parte de un proyecto de Flotek, una empresa incubada por la UNL dedicada a la construcción de estas viviendas con la principal utilidad por su flotabilidad, puede adaptarse a lugares secos pero que se inundan, es decir, espacios típicos de nuestra geografía.

En la cuestión legal, desde el 2015 la Prefectura Naval empezó a reconocer las construcciones flotantes como “artefactos navales no propulsados”. Esto refiere a que pueden flotar pero deben estar fijos en un lugar, es decir no tienen permitida la navegación.

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Ahora. La embarcación comenzó a hundirse al mediodía del viernes. Este sábado se observaba a flote, menos de la mitad de la construcción. Foto: El Litoral

Características

La casa flotante, de la que sólo queda una cuarta parte a flote, tiene unos 110 metros cuadrados en tres niveles: el primero es una caja de flotación hueca hecha de hormigón armado, que pesa 50 toneladas y tiene 35 m2 (es el nivel que previo al hundimiento estaba sumergido y hacía posible su flotación y la estabilidad de la estructura. Una escalera la comunica con el nivel superior.

Entre otras cualidades, contaba en su base superior la losa sobre la que se construyó el segundo nivel (planta baja). Ahí están el comedor-cocina, el baño y un pequeño living. En el tercer nivel (planta alta) hay dos dormitorios, con dos balcones, uno de proa y otro de popa. Las paredes de la casa son estructuras de madera con un panel externo, en el medio un material de aislación térmica, acústica e hídrica, y en el interior el revestimiento de durlock. Las aberturas cuentan con un doble vidriado hermético que permite “atrapar” el calor evitando el padecimiento de los arduos veranos santafesinos. Y, en invierno, el doble vidriado hace que el calor solar se retenga en el interior.