Fiestas regionales

Gran cena bailable para poner en valor el templo San Agustín

  • Será el próximo sábado 31 de agosto, desde las 21.30, en las instalaciones de la Sociedad Italiana del pueblo homónimo. Lo recaudado será destinado a las tareas de mantenimiento de la iglesia levantada en honor al santo patrono, y para la construcción de las salas de catequesis.
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TODA UNA REFERENCIA. El esbelto templo de San Agustín se sitúa frente a la plaza San Martín. No pasa desparecido por aquellos visitantes que transitan el lugar.

Foto:Archivo

 

Luis Amsler

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El próximo sábado 31 de agosto, se llevará a cabo la gran cena bailable del santo patrono de San Agustín. Será desde las 21.30 en la sede de la Sociedad Italiana de este pueblo del departamento Las Colonias. Como ya ocurrió en otras oportunidades, lo recaudado será destinado a la puesta en valor del templo erigido en honor a esta figura religiosa, situado al sur de la plaza San Martín. Se trata de una estructura de 145 años de vida, que a lo largo de su historia sufrió modificaciones. La capilla de San Agustín fue culminada en 1874. Fue teniendo ampliaciones hasta llegar a constituirse como la gran iglesia del poblado, aunque todavía enfrenta las adversidades y consecuencias propias del paso del tiempo. Justamente debido a esto, el objetivo es seguir con las tareas para restituir todo lo que sea necesario y así lucir de buena manera.

Además se destinará parte de los fondos a la construcción de las salitas de catequesis. El evento es organizado por el Consejo Pastoral y auspiciado por la Asociación Familias Piamontesas y Otras Regiones de Italia. En la ocasión se ofrecerá un menú para chuparse los dedos. Habrá chorizos criollos, cerdo a la mostaza, carne de ternera, ensalada tricolor, pan y postre helado. De sobremesa se servirá variedad de tortas para todos los paladares. Después de medianoche habrá pizzas para degustar. Se montará un buffet que expenderá todo tipo de bebidas alcohólicas y gaseosas. Se solicita a los presentes llevar enseres (plato, vaso, cubiertos y servilletas). En la velada se abrirá el telón para el show musical de Germán Vega y la onda cuartetera.

Estructura emblemática

Haciendo un breve viaje al pasado de la obra, vale la pena recordar que la primitiva primera capilla -muy rudimentaria-, se terminó de construir el 14 de agosto de 1874, en el predio que hoy ocupa el patio parroquial, precisamente en la esquina de Sarmiento y General San Martín. Estaba orientada de norte a sur y medía 6 metros de ancho por 10 metros de largo. Las paredes eran de ladrillos asentados en barro y su techo de paja. El primer sacerdote a cargo fue Rosalbo Scafarelli, que a la vez se desempeñó como maestro de enseñanza elemental. Trece años más tarde, comenzó la construcción del nuevo templo. Su piedra fundamental fue colocada el 24 de agosto de 1887, hace 132 años.

El arquitecto Ángel Tetamanti efectuó los planos de la obra. Hacia 1923 se realizaron las terminaciones de estucos exteriores en símil piedra. La construcción tardó aproximadamente cuarenta años, hasta que se pudo habitar para los oficios religiosos. La feligresía, con el deseo de hacer el mantenimiento y hermosear el edificio y de esa forma expresar el sentido religioso por un lado, y por el otro el progreso de la localidad, fueron haciéndole sucesivas reformas.

Crisol de razas

La colonia de San Agustín fue fundada en 1870 por el entonces gobernador de Santa Fe, Mariano Cabal. En un principio, el lugar contaba con una población de criollos que llevaban 300 años habitando las cercanías de la ciudad de Santa Fe, e inmigrantes italianos. Una década después, fueron sumándose más italianos, además de franceses, alemanes, españoles y afro descendientes. La principal fuente de economía era la producción agrícola ganadera, lo que permitía originariamente una vasta cantidad de habitantes en la zona rural. Predominaba la religión católica. En sus albores recibieron atención espiritual de parte de los párrocos de San Carlos Centro. Con ellos compartían metas a lograr, procedencia europea, parentescos y el idioma italiano que facilitaba las relaciones interpersonales.

Tal como contó oportunamente a este medio la presidente de la Asociación Museo Histórico Regional de San Agustín y Equipo, Aurora Beltramino de Marzioni, los recién llegados trajeron consigo una idiosincrasia europeizante que confrontaba con la vida de los nativos, ya sean indios o gauchos. Cuando los trataban con respeto, los llamaban “merican” (por decirles americanos). En tanto ellos, los aborígenes “montaraces”, dejaron de transitar su terruño con libertad. Se resguardaron en un poblado de chozas en la zona suroeste del distrito, en la cañada de Periotti, entre montes y el arroyo, en un sector que no era apto para el cultivo. Allí encontraban protección pero los alimentos eran escasos. Esta situación redujo su territorio y los llevó a aprovisionarse en las chacras de los inmigrantes. Esta triste realidad debe ser tenida en cuenta para comprender la gran cantidad de hechos generados por la acción depredadora que efectuaron en distintas poblaciones.

Esto les costó cruentas persecuciones y pérdidas de vidas, principalmente en los enfrentamientos con la Comandancia Militar de San Jerónimo del Sauce. La población masculina compuesta por adultos y jóvenes eran enviados a guerrear, razón por la cual estaba habitada por mujeres y niños en su mayoría, comandados por una “cacica” llamada Doña Eloísa, según cuenta la tradición oral. Los gauchos corrieron mejor suerte, puesto que los fueron reclutando para cumplimentar tareas rurales donde ellos eran “baqueanos” desempeñándose como troperos, domadores de potros, ladrilleros, conductores de carruajes, en yerras, carneadas, cosechas y ocupados como mano de obra para los menesteres propios de la colonización. Por su parte, las mujeres se desempeñaban en tareas domésticas. Con el correr del tiempo se fueron formando familias entre criollos y europeos o sus descendientes. Cabe destacar que este humilde Centro de Evangelización, hoy Capilla de San Agustín, cobijó desde aquel tiempo a argentinos, extranjeros, militares y particulares. En sus libros se anotaron bautismos, confirmaciones, casamientos y defunciones, sin diferenciar grupos étnicos.

Entradas

Las entradas para asistir a la gran cena bailable del santo patrono de San Agustín, tendrán un costo de $450 para los mayores y $250 para los menores. Se pueden reservar a los teléfonos (342) 4907138, 4907015, 4907144, 5478435 y 4742013.