ADAPTABILIDAD, ESTABILIDAD EMOCIONAL Y EMPATÍA
ADAPTABILIDAD, ESTABILIDAD EMOCIONAL Y EMPATÍA
Competencias “blandas”: claves para la inserción en el trabajo del futuro
Un informe de la Universidad Siglo 21 revela la alta valoración que tienen trabajadores sobre las habilidades sociales en sus tareas cotidianas. Su importancia en contextos de incertidumbre. Formación integral en los espacios educativos.
Foto: Gentileza Daniel Colombo
Redacción de El Litoral
“La tecnología modificó todo aspecto de nuestras vidas. En este marco, las industrias y el mundo productivo exigen nuevos perfiles”. Así arranca el informe elaborado por la Universidad Siglo 21 centrado en las habilidades necesarias para afrontar estas transformaciones: las competencias socioemocionales.
El World Economic Forum (2016) identifica una serie de capacidades o competencias que serán altamente demandadas a partir de 2022. En este informe se analiza cómo son demandadas en el presente, en el contexto laboral argentino.
“Pocas generaciones han vivido cambios tan drásticos como la actual. La globalización, los avances científicos y tecnológicos han generado incuestionables oportunidades en todos los campos, pero también retos y desafíos, tanto para las empresas como para la propia sociedad. El futuro del trabajo trae consigo el interrogante sobre su impacto en el desempleo, la exclusión social y la desigualdad. La educación y el desarrollo de competencias profesionales se posicionan como un factor de crucial importancia y necesidad para garantizar la empleabilidad”, expone la investigación. Ésta fue liderada por el Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales, a cargo de Andrés Pallaro, y se realizó en base a 1.050 consultas telefónicas a hombres y mujeres, de entre 18 y 65 años, residentes en Rosario, Ciudad de Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Corrientes, Mendoza y San Miguel de Tucumán.
Con los datos obtenidos, se concluyó -entre otros temas- en que “las habilidades blandas son el complemento perfecto de los conocimientos teóricos, que, en conjunto, generan un verdadero impacto en el ámbito laboral”.
LOS DATOS
Algunas de las conclusiones que arrojó el estudio:
- Más del 81% de los trabajadores argentinos señala que la capacidad para adaptarse al cambio, mantener estabilidad emocional y empatía son competencias altamente necesarias.
- Casi 9 de cada 10 encuestados indica que la adaptabilidad a los cambios es altamente necesaria para su labor diaria.
- 7 de cada 10 creen que conservar la calma en circunstancias tensas es una competencia diariamente demandada.
- Más del 40% considera indispensable para su actividad laboral tener cierta capacidad para predecir la ocurrencia de escenarios contingentes.
- Aproximadamente 2 de cada 3 evalúan el aprendizaje para nuevas modalidades como indispensable a la hora de enfrentar una alteración en las condiciones laborales.
- 3 de cada 4 consideran indispensable para sus actividades contar con capacidades empáticas.
“Una consecuencia inmediata de no disponer de estas competencias será el aumento de los problemas de estrés en los trabajadores; ya que este aparece como consecuencia de un desbalance entre las demandas y los recursos para hacer frente a las mismas”, concluye el trabajo.
LA INSTITUCIÓN
Universidad Siglo 21 fue creada en 1995 por la familia Rabbat en la provincia de Córdoba. Su rectora es la Mgter. María Belén Mendé. Tiene sede en la ciudad de Córdoba y presencia en las 23 provincias argentinas, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Antártida Argentina (Base Orcadas), a través de más de 350 Centros de Aprendizaje Universitario (CAUs). De gestión privada, estudian allí más de 65.000 alumnos y cuenta con más de 28.000 egresados.
“La creatividad y la flexibilidad se aprenden”
“Hay una base en la generación Z y entre millennials, una inclinación hacia este tipo de habilidades blandas”, expresó Andrés Pallaro, de Universidad Siglo 21.
Foto: Gentileza
Andrés Pallaro es director del Observatorio del Futuro de la Universidad Siglo 21 y, en diálogo con este diario, expuso algunos detalles del informe presentado días atrás.
—¿Es la primera vez que se hace un estudio de estas características?
—Es la primera vez que se hace acerca de este tema, pero está dentro de los estudios que habitualmente realiza el Observatorio de Tendencias de la Secretaría de Investigación de la Universidad que hace un trabajo meteorológico telefónico, con muestras que intentan representar el conjunto de la población en varias provincias considerando variables de género, edad y situación socioeconómica. En este caso, fueron 1.050 casos, entre 18 y 65 años de edad, con el objetivo de establecer el nivel de conocimiento de trabajadores argentinos acerca de las competencias que se proponen y se anuncian como claves para el trabajo de hoy y del futuro, es decir, las llamadas competencias blandas.
—¿Por qué se enfocaron en este tema?
—El Observatorio trabaja sobre organizaciones saludables y prevención de la salud a partir de las cuestiones emocionales, sobre todo vinculadas con estrés, burnout y tensión emocional en distintos ámbitos y es donde se dio la conexión con el mundo del empleo. En general, aparece una situación de estrés cuando hay un desbalance entre los recursos que una persona tiene para trabajar y la carga de trabajo. A partir de esta situación, que tenemos medida, conocemos qué percibe la gente como nuevas habilidades: empatía, equilibrio emocional, resolución de conflictos. Todo lo que se pone en la mesa como habilidades más demandadas.
—¿Consideran que las nuevas generaciones se están formando en estas competencias blandas para el mundo del trabajo?
—Hay una base en la generación Z y entre millennials, una inclinación hacia este tipo de habilidades blandas, de mayor flexibilidad, con mayor predisposición al trabajo en equipo. Es más difícil en generaciones mayores que no han sido habituadas a un trabajo con estas características. Pero todo el mundo tiene que formarse porque la creatividad se desarrolla, la flexibilidad también y todo esto se puede aprender con técnicas pedagógicas.
— En un escenario de tanta incertidumbre como el argentino, y particularmente en este momento, ¿cómo se ponderan estas habilidades? ¿Adquieren más importancia todavía o pasan a tener mayor relevancia otras cuestiones?
—Las coyunturas argentinas, y ni hablar la de estos días, siempre ponen un poco de distancia respecto de estos temas más de fondo. Siempre sentimos que cuando estudiamos un tema de perspectiva, del mundo del trabajo y luego bajamos a la realidad argentina, hay que hacer una consideración al respecto. Hoy es mucho más difícil que una persona, una empresa, una pyme esté poniendo esto en agenda como tema prioritario cuando está preocupada por la tasa de interés y la situación del dólar. Pero creemos que las coyunturas pasan y en la medida en que se ponga el foco de atención en los temas de fondo bienvenido sea para cuando el ciclo cambie y empiece una curva ascendente. Allí, las empresas y las personas mejor preparadas serán las que más rápidamente se van a insertar.