Macri ensaya una nueva “bala de plata”

¿Otro shock al dólar?

La Argentina afronta una nueva dramática semana financiera. El gobierno busca que el tipo de cambio no se escape más. El Banco Central venderá reservas mientras espera el nuevo -incierto- desembolso del FMI.

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Guido Sandleris procura alquimias en la Argentina dolarizada. Un drama clásico que se repite.

Foto: Archivo El Litoral

 

Redacción de El Litoral

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NA/Télam

El Banco Central vendió más de 1.200 millones para calmar un dólar que trepó por encima de $ 62. Además ordenó que las exportadoras no podrán tomar créditos por más de $1.500 millones y les prohibió a los bancos girar utilidades sin autorización. Fueron los pasos complementarios tras la postergación hasta en 60 días del pago de deuda “corta” (Lecap, Lete, Lecer y Lelink) y en la antesala de una renegociación de plazos con el FMI y el proyecto de ley para “reperfilar” deuda privada bajo ley argentina.

Luego de una semana frenética para los mercados, el Banco Central analiza profundizar su estrategia para intentar poner un freno a la escalada del dólar, que finalizó agosto por encima de los $62 y con un incremento acumulado de casi 38%.

Mientras el gobierno espera el desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI), estudia diferentes maneras de alcanzar la estabilidad en la plaza cambiaria en medio de un momento de incertidumbre y nerviosismo.

En ese escenario, trascendió que el presidente Mauricio Macri mantuvo una conversación telefónica con su par de los Estados Unidos, Donald Trump, para analizar las medidas anunciadas respecto de la intención de “reperfilar” la deuda con el FMI.

Al país llegarán en los próximos días la hija del mandatario norteamericano Ivanka Trump junto al vicesecretario de Estado, John Sullivan, con lo que las expectativas estarán en las eventuales declaraciones sobre la economía que puedan hacer como representantes de los Estados Unidos.

Mientras tanto, la autoridad monetaria prepara una nueva estrategia para intentar llevar calma a los mercados y estudia la posibilidad de elevar la oferta para moderar la creciente demanda por cobertura registrada especialmente luego de las elecciones primarias.

Un accionar similar había puesto en marcha el ex presidente del Banco Central Federico Sturzenegger, quien llegó a poner a disposición unos 5.000 millones de dólares a diario.

Algunos analistas critican ese esquema al argumentar que impacta de manera negativa en las reservas, que solo el viernes experimentaron una marcada caída de casi U$S 1.000 millones.

Frente a la disparada del dólar, dirigentes radicales e integrantes del gobierno propusieron a Macri llevar a cabo un control de cambios. El senador oficialista Julio Cobos admitió que si las medidas para “reperfilar” la deuda de corto plazo no funcionan, el gobierno no tendrá otra “alternativa” que establecer el control de cambios.

En ese escenario, el Banco Central dio a conocer antes del fin de semana una disposición mediante la cual las entidades financieras deberán contar con su autorización al momento de girar utilidades, con el fin de que “la liquidez del sistema sea mayor para evitar cualquier tipo de falta de dinero”. Pese a ello, funcionarios del equipo económico evalúan la posibilidad de implementar iniciativas más restrictivas.

El Banco Central, además, decidió limitar los créditos que las entidades financieras otorgan a las empresas exportadoras con el fin de que se vean obligadas a liquidar divisas y promover una mayor oferta que en el último período fue muy limitada por parte del sector privado.

A su vez, en las últimas jornadas la autoridad monetaria no solo vendió reservas, sino que también elevó la tasa de política monetaria por encima del 83% e intervino en futuros para contener la expectativa.

Proyecto de ley de canje de deuda

El proyecto de ley de canje de deuda impulsado por el gobierno será enviado en las próximas horas al Congreso de la Nación. Federico Pinedo, titular provisional del Senado, dijo que “se está trabajando en la letra chica este fin de semana. Es para una parte de la deuda” sometida -en caso de diferencias entre el Estado que la emite y los tenedores- a tribunales argentinos.

Pinedo sostuvo que se trata de “una herramienta más para quien gane la elección, sea el presidente Macri o quien sea, no creo que alguien se oponga a tener una herramienta más”.

El senador nacional de Cambiemos, Julio Cobos, dijo el viernes que si no funcionan las medidas “no habrá más remedio” que intervenir en el tipo de cambio.

Billetes

Hay dólares en los bancos para responder a la demanda de los clientes. En sintonía con la estrategia oficial de llevar tranquilidad al tipo de cambio, al menos en la city porteña las entidades financieras reforzaron el stock de dólares en sucursales. Esas divisas se contabilizan como parte de las reservas del BCRA pero son dólares depositados en el sistema por los ahorristas. El sistema sabe que cuando el cliente solicita sus billetes y hay demoras, se acelera la incertidumbre. El sistema financiero -empezando por la autoridad monetaria- buscaría que eso no suceda.

Sin plan

Roberto Cachanosky advirtió que “vendiendo más dólares” no se va a “resolver” la crisis cambiaria. Alertó sobre la “ausencia de plan económico” en el país. “A esta altura del partido, lo único que pueden hacer es ofrecer más dólares por día y tampoco creo que sea la solución”, consideró ante la posibilidad de que el Banco Central ponga en marcha a partir del lunes políticas más agresivas para intentar poner un freno a la escalada del tipo de cambio; la entidad ya ordenó a los bancos no liquidar divisas al exterior “mandando una señal de por ahí te pongo un cepo a vos también”.

Cuidar reservas

La estrategia de Alberto Fernández es clara: que los costos los pague Macri y que queden reservas en el Banco Central. El candidato del Frente de Todos acusó en los últimos días al FMI de ser “culpable” de financiar una campaña política de Macri, mientras se “fugan” divisas. La oposición promovió rumores de adelanto de elecciones y de una postergación en la ayuda pendiente -U$S 5.400 millones- del FMI. Hubo enojos en Casa Rosada, pero el oficialismo prefirió esta vez no responder directamente para concentrarse en los mercados.