Llegan cartas

Acerca de una carta del 3 de septiembre 

Ing. Civil María E. Cano Bagur

La presente nota es una reflexión sobre la carta que el 3 de septiembre de 2019 publicó en el correo de lectores el Sr. Aldo Esteban Ducrano C. No he leído la carta del 30 de agosto de 2019 que Ud. menciona, de modo que solo responderé a su carta del 3 de setiembre de 2019.

Ud. dice entre otras cosas:

“... nos pagan para no trabajar, no estudiar, no luchar por los verdaderos valores... valernos de marchas... desnutrición... vivimos desagradecidos... destruyendo la paz... haciendo la vista gorda a la justicia... reventemos al país... que salte la banca... abajo los que no opinan como yo...”.

Son acusaciones muy graves las que Ud. hace. Tiene una visión pésima del pueblo argentino a quien ve como animales que solo quieren que les den de comer y beber. A ese pueblo, pertenecemos todos, incluidos Ud. y yo.

Me pregunto ¿Dónde vive Ud.?

¿Sabe que en los últimos 3 años cerraron más de 25.000 empresas medianas, chicas y grandes y más de 18.000 kioscos a lo largo y ancho del país?

¿Sabe Ud. que en estos años han quedado sin trabajo unos 2.000.000 de personas y otro tanto ha quedado en la pobreza?

¿Sabe que estos son datos que ha publicado la AFIP?

¿Le parece digno de un ser humano que a los 104 años deba trabajar para poder vivir?

¿Sabe Ud. que debemos al FMI más de 180.000 millones de dólares y que nadie sabe que se hizo con ese dinero?

¿Sabe Ud. que terminamos el año con una inflación del 53/55% anual cuando el Congreso votó el 23%?

¿Se dio cuenta que más de la mitad del pueblo, ese pueblo que Ud. describe tan despectivamente, tiene una visión muy diferente de la suya?

Se acerca

Raquel S. Martínez

¡2020 se acerca! Ya ha pasado mucho tiempo y todo ha cambiado. Todo. Y lo ha hecho a velocidades asombrosas. Otros han cambiado a paso de tortuga, despacito muy despacito y por lo tanto se han quedado. No pretendo grandes cambios sino simplemente volver a los viejos tiempos andados. Volvamos a la palabra de esperanza que nos dejó Cristo en su momento. Él fue capaz de producir un sismo dentro del judaísmo. Él nos llevó por una nueva senda, no por medio de la fuerza, sino con palabras válidas y verdaderas. Esa es vuestra misión. Sacar de la gente, que son sus seguidores, las desesperanzas y darle esperanza. No de una nueva vida en el más allá, sino esperanza de un día mejor mañana o mejor hoy. Eso es lo que la gente está buscando. ¿Por qué la gente hace cola en las Embajadas? Porque ya no tienen esperanzas de que esto mejore. De la misma manera la gente hará cola frente a templos en que le ofrezcan algo más que himnos, palabras pasadas de moda y reconocer mea culpa de cosas hechas. La gente quiere oír cantos de sirenas que, aunque lo lleven a la ruina, le dé esperanzas en el día de hoy. Así es como obran los políticos y llevan gente hacia su redil. Lleven a la gente a su redil que no está contaminado (o sí) por la política, las ambiciones y las necesidades materialistas del mundo globalizado.

Y tendría más para comentar, pero estoy ya cansada, desesperanzada de la inercia de la gente y no tengo deseos de continuar en una lucha estéril y escribir solamente para satisfacer a mi ego.

¿Quién soy? Nadie. Pero para protestar, debo dar a conocer mis ideas, aunque a nadie le interese.