Además de estudiar los nombres de pateadores...

El entrenamiento oculto y exitoso de Leo Burián

Tiene que ver con la modificación desde julio de este año de la Ley 14 de la International Board de FIFA. “Se le exigirá al arquero que tenga un pie en la línea de gol cuando el penalti sea lanzado” exigen. Así trabaja “Cachorro”.

Darío Pignata

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¿Qué se esconde detrás de este arquero, que es una maravilla y ataja penales sin estar sentado en una silla?. “Ojalá no vayamos a los penales, lo conozco”, me había dicho Diego Dabove, el entrenador de Argentinos que los sufrió en La Paternal. Se sabe, Dabove lo había disfrutado a “Cachorro” en esa gran campaña donde Godoy Cruz peleó el campeonato.

Los once penales “manoteados” pueden hablar de muchas cosas. Pero, a esta altura, no se puede hablar de simple casualidad en “Cachorro”. Además que ataja siempre un penal cada vez que hay definición copera, lo de Burián es imponente. Por eso el otro día bajó de las colmadas tribunas sabaleras del Presbítero Grella ese emocionante viejo y nuevo grito de guerra sangre y luto: “Uruguayo...uruguayo”. Hizo acordar a esos tiempos tiernos de Orlando Medina. Y más acá Saralegui o Chevantón.

Cuando “Cachorro” se fue de vacaciones en el receso, no estaba del todo cómodo. “Necesito hablar con el presi”, le dijo a Lavallén. En realidad, estaba buscando una caricia el golero uruguayo: acordó su contrato y se mudó de un country a la zona del Puerto. Ese mano a mano con Vignatti alcanzó y sobra. Claro que, al demorarse, no pudo ir a la pretemporada en los cerros de Salta. Por ese entonces, todos los días sonaba un arquero distinto en el Mundo Colón.

Rápidamente, con entrenamientos particulares de doble turno, recuperó su forma. Para Lavallén era una de las piedras fundamentales a la hora de construir su equipo. De atrás para adelante.

¿Quién es Franco Saita?

Pablo Lavallén tenía pensado desembarcar en Santa Fe con Javier Sodero como entrenador de arqueros, algo que nunca se pudo solucionar por cuestiones familiares del ex golero de River Plate. Entonces, el entrenador jefe incorporó a Franco Saita para el trabajo específico con los goleros: Leo Burián, Ignacio Chicco, Fabricio Hass.

¿Quién es Franco Saita, el partner de Leo Burián? Es un profe de educación física que se fue volcando a los goleros. Hizo la “Colimba” en el club, entrenando arqueros de 4ta. y 5ta. de AFA. Así, llegó hasta la reserva sabalera de AFA.

Cuando llega Ronald Paolo Montero hizo el trabajo con los goleros del plantel superior, hasta que el uruguayo sumó al suyo. Ahí, Franco Saita vuelve a la reserva. Al llegar el “Barba” Eduardo Domínguez, empezó a colaborar con el “Chavo” Torrico. Subió con el interinato de Esteban Oscar Fuertes por decisión de “Bichi”. Y en medio de la improvisación total de Julio Avelino Comesaña (vino prácticamente sin cuerpo técnico), fue el entrenador de arqueros en la mini-era del colombiano. Cuando Javier Sodero dijo no, Lavallén lo subió al comando técnico.

El scouting y el “elástico”

Está claro que Franco Saita, con el aval de Lavallén, empezó a realizar el seguimiento, scouting y estudio de los posibles pateadores de los rivales de Leo Burián. Ejemplo: Leandro Díaz, diez penales pateados con cuatro a la izquierda, cuatro a la derecha y dos al medio. Todo estudiado, en base a videos y buscadores. Eso es algo que no solo hace Franco Saita con Leo Burián; lo hacen casi todos.

Pero lo silencioso y sorprendente fue el famoso ensayo con “el elástico” de sostén en la cintura. ¿A qué se debe esta idea?: por un lado al estilo personal de Leo Burián, que siempre daba un par de saltitos cortitos cuando el pateador tomaba carrera. Había que sacarle ese “vicio”. ¿Por qué?: ahí va la explicación.

Hubo cambios en el reglamento de fútbol que entraron en vigencia desde junio. La International Football Association Board (IFAB) realizó algunas modificaciones en las sustituciones, los saques de arco, las barreras en los tiros libres y lo que pasa si la pelota pega en el árbitro, entre otras.

En cuanto a los penales, los arqueros deberán tener, por lo menos, un pie apoyado sobre la línea de gol y no podrán estar ni atrás ni delante de la misma en el momento de la ejecución del remate.

Y luego, la FIFA aclaró: “El único cambio de la Ley 14 aprobada en la 133 Asamblea Anual celebrada el pasado sábado es que al portero ahora tan solo se le exigirá que tenga un pie en la línea de gol cuando el penalti sea lanzado”.

Así las cosas, había que sacarle a “Cachorro” esa costumbre de los famosos “saltitos”. Para éso, comenzaron a trabajar con un elástico de sostén con dos “pinches”, lo que sólo obliga —sí o sí— a Burián apoyar un pie en la vieja línea de cal. Así, de a poco, se fue quitando el “vicio” y empezó a apoyar un pie en la línea de gol como exige la FIFA desde el mes de julio. Algo que era determinante.

“Se puede trabajar con drones, cambiar la alimentación, incorporar tecnología pero no nos desviamos de lo más importante: define siempre el jugador en el césped”, me decía el otro día Fernando Signorini —PF de Maradona— en Radio Gol 96.7.

Burián tiene su propio instinto, más allá del scouting. “Está muy rápido de piernas, más que antes, como nunca”, cuenta su amigo Héctor. Pero el trabajo silencioso y el entrenamiento oculto con Franco Saita es para aplaudir. Muchas veces, fuera de horario e incluso en doble turno en un gimnasio privado. Después, claro está, todo queda en manos de Burián (y también en su velocidad de piernas).

7.690 pesos

Es el costo de los guantes importados, de la marca Reusch, que elige Leo Burián para atajar en Colón. El otro día, en la consagración en el Grella, optó por los colores azules. “Son los mismos que usan Armani, Marchesín, la mayoría de los arqueros”, comentaron Hernán y Héctor Bar —titulares de HB Sport— ante la consulta de El Litoral. Ayer, casualmente, Leo Burián se cruzó con “Cacho” Deicas, la voz de “Los Palmeras”, que es fanático de Colón.