Cambio de hábitos

Alertan por una fuerte caída en el consumo de carne vacuna

 

Redacción de El Litoral

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El consumo de carne vacuna en Argentina se encuentra en franca caída. Sin embargo, sostiene la Bolsa de Comercio de Rosario, “si observamos la evolución del consumo total de carnes en los últimos 20 años, notamos que -a excepción de los años afectados por la crisis de 2001/02- el número no ha variado sustancialmente sino que ha estado ubicado dentro del rango de los 100 a 115 kg por habitante por año, aunque con cambios en su integración”.

Durante la primera década analizada 2000-2009, el consumo de carne vacuna representaba en promedio el 67% del total consumido por los argentinos mientras que en el segundo período -de 2010 a la actualidad- su participación promedio ha descendido al 52%, cayendo a su mínimo histórico del 42%, en los primeros siete meses de este año.

En lo que va del año, el consumo aparente de carne vacuna se contrajo cerca de un 12% respecto de igual período de 2018, pasando de 58,7 kg a 51,8 kgs per cápita.

Sin embargo, el consumo de los otros dos sustitutos -cerdo y pollo- prácticamente no sufrió alteración. Diferente fue la situación vista en 2001-2003, cuando a raíz de una profunda crisis económica con caída real del salario, el consumo de carnes se vio fuertemente restringido en los tres tipos de carne y, una vez recuperado el nivel salarial, volvió a estabilizarse en torno a los niveles actuales.

Desde el 2009 hasta el presente, consigna el informe, el consumo total de carnes es exactamente el mismo, 110 kg por habitante por año. Sucede que de ese entonces a la fecha se dio una transferencia de casi 17 kg de la carne vacuna hacia el pollo y el cerdo, que sumaron 10 kg y 7 kg a su consumo per cápita, respectivamente. En la actualidad, el consumo de estas dos carnes combinadas (58 kg) supera en 7 kg el consumo de carne vacuna (52 kg).

Argentina siempre fue considerado un consumidor tradicional de carne vacuna. Es por ello que este cambio de tendencia, en cierto modo, pone en alerta al sector. Sin embargo, analizando la integración del consumo en otros países, se observa una situación más equilibrada dentro de las principales carnes rojas, a excepción de Uruguay, con quien compartimos una cultura gastronómica similar.