Llegan cartas

Respuesta

Aldo E. Ducrano

A la Ing. Civil María E. Cano Bagur su nota del 06/09/19-: Estimada señora, si en algo la he ofendido, debo pedir disculpas; pero me interesa saber en qué, porque el opinar distinto que ud. no me hace su enemigo, a no ser que piense como “en la década ganada y exitosa”... “si no piensa como yo, es mi enemigo”...

Lamento que con la capacidad intelectual a nivel universitario que ud. tiene, pueda opinar sobre mis consideraciones. Si no ha leído lo que dio inicio a mi respuesta; la invito a que ingrese a la página de “EL LITORAL” www.ellitoral.com y cliquee sobre la lupa que le mostrará la imagen, dentro del casillero siguiente a la palabra “buscar”, escriba buzón 30 de agosto de 2019; le mostrará la nota de “María de Ciudadela, titulada: Marchas”.

A esa nota respondí y adherí, y, sigo adhiriendo.

Para opinar, hay que realizar primero: lectura del texto, luego interpretación del texto, y más tarde contextualizarlo, para poder opinar sobre el mismo. Cosa que veo que ud. ha obviado, al menos en los dos últimos pasos.

Es real, quiero creer, lo que ud. menciona en cada sentencia del “¿sabe ud.?...”, ya que no me dan los tiempos para estar tan informado como ud., pero, veo que no se ha preguntado “¿cuál fue la causa por lo que se llegó a ello...; de dónde surge la necesidad de tapar los agujeros encontrados... quién/es fue/ron el/los que la provocaron...?”, dejando la República en y al rojo vivo.

No justifico, yo también reclamo, pero, no como vidrio...

Se nota que Ud. no hizo bien la lectura, ni interpretación, ni la contextualización, del texto de mi nota, porque: “el ser humano que trabajó hasta los 104 años”, no lo hizo por necesidad, sino porque el trabajo era el oxígeno que fructificó su vida, y su lamento era porque los argentinos no saben amar ni defender el rico suelo que tienen -que tenemos-; fue la abuela de mi esposa; alegremente se levantaba a las 7 de la mañana, atendía su casa y su quinta, vivía sola -su esposo y dos hijas habían muerto; los otros cinco hijos o nietos la visitaban a diario-; su alegría era el trabajo; le escandalizaba y dolía la cantidad de argentinos vagos y pendientes solo de mamar la teta de la vaca del Estado...

¿Dónde vivo?, en esta bendita ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, tengo 70 años, estoy jubilado, y trabajo, con alegría, desde que tuve 9 años; comí muchas veces lo que me regalaban para el perro; y nos desalojaron cinco veces, cuando mi padre -pintor- no tenía trabajo; pero, ¡¡¡nunca!!! pedí/mos subsidios, dádivas, o ayudas “extras”; no uso ni usaré celulares, mucho menos los que usan comprados con los subsidios nacionales para alimento, educación y/o parto de los hijos; mi casa, mi familia, la sostengo con dignidad, estudio y trabajo; amo a mi Patria, no soy gorila, ni de derecha, ni de izquierda, tampoco del centro o zurdo, ni milico, ni subversivo, solo soy un ciudadano que como el Gral. Belgrano repito una y otra vez “¡¡¡pobre Patria mía!!!...” .

Quedo a su disposición si desea seguir conversando, con respeto mutuo.