La política en foco

Los caminos del agua

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¿Cuán atrasadas están las tarifas de Aguas? ¿Y de la EPE? ¿Cambiará el próximo Enress de mayoría opositora? Urgencias, corto y largo plazo de la gestión que viene.

Ilustración: Lucas Cejas

Luis Rodrigo

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A fines de 2018, cuando todavía no había clima electoral, en Santa Fe se pusieron al día las tarifas de la EPE y Aguas. Ambos aumentos se hicieron a sabiendas de que durante 2019 no se podría volver a tocarlas, justamente por lo anterior, por los comicios. Lo que no se sabía era que los niveles de inflación y devaluación superarían todos los cálculos.

Sea porque fue un compromiso de campaña o porque el actual gobierno está en retirada, está claro que ambos servicios no van a aumentar. Son problemas que quedarán para la próxima gestión.

La Empresa Provincial de la Energía ya se comió dos aumentos del nivel mayorista (del 3% cada uno y acumulativos) que van a generar atrasos en la inversión y, sobre todo, algún tipo de deuda con Cammesa que, para Santa Fe, será la forma menos cara de financiar la EPE.

Como es una de las pocas provincias que está al día con los generadores, ahora que lo necesita podrá atrasarse. El uso de ese “crédito” ya se da por descontado entre los funcionarios que tienen a su cargo la difícil tarea de explicarles a los técnicos de la EPE que no se puede aumentar. “No es justo pensar en una EPE desendeudada a costa de un sistema productivo también afectado por el costo de la energía”, se sintentiza.

Sin audiencia

Con el agua pasa algo parecido, el aumento queda para la próxima gestión, pero hay un detalle especial: Aguas Santafesinas -como los demás prestadores municipales, comunales y cooperativos- deben explicar sus números al Ente Regulador de los Servicios Sanitarios, el Enress, algo que no existe en el caso de la EPE.

En noviembre de 2018, el dólar no llegaba a los 40 pesos que había tocado unos meses atrás y se calculaba que la inflación iba a ser del 30%, o al menos eso decía el gobierno nacional.

Controlados y controladores calcularon por entonces que con un aumento de entre el 43 y el 48% podía actualizarse la tarifa del agua, de forma de respetar el criterio del gobernador Miguel Lifschitz de poder bajar un 10% el aporte estatal a Assa (un subsidio del conjunto de los santafesinos a los usuarios de los 15 distritos concesionados).

Al cabo de la audiencia pública del 28 y 29 de noviembre del año pasado hubo un aumento bastante menor al que se esperaba: 18%, pero con la posibilidad de producir otro retoque (de hasta el 20%) más adelante.

En otras palabras, hoy el gobierno tiene la autorización de volver a aumentar otro 20% sin llamar a audiencia pública, y en Aguas de eso se habla bastante... aunque también se les ha indicado que esa tarea no será parte de la actual gestión. Quedará -si se hace- para la próxima.

Enress

Hay un detalle relevante: por primera vez desde su creación, el Enress tendrá en su directorio una mayoría designada durante una gestión de otro signo político.

Es verdad que en 2007, cuando llegó el Frente Progresista al gobierno, esa fuerza no había podido designar a ninguno de los integrantes del directorio, pero debe recordarse que desde diciembre de ese año hasta el mismo mes de 2009 el Enress estuvo acéfalo.

Tres de los cuatro directores actuales (el cuerpo tiene cinco lugares) seguirán en sus cargos por dos años y medio más. En diciembre se va el único director que proviene del PJ, el ex diputado provincial, Oscar Urruty.

La presidente, Anahí Rodríguez, como los directores Oscar Pintos y Horacio Bertoglio continuarán durante casi la mitad del mandato de Perotti.

El Ejecutivo podrá cambiar el presidente e intentar completar los dos lugares vacantes (en un caso el director de origen obrero que se consensua con los gremios), pero esas designaciones requieren del acuerdo de la Asamblea Legislativa, de mayoría opositora.

En el Enress, al panorama inédito que se presenta se lo ve como la oportunidad de demostrar que más pesará el profesionalismo de sus cuadros técnicos, especializados en la regulación, que las discresionalidades políticas.

Pero las tarifas no son lo único que se ha atrasado en materia de agua potable y cloacas. Mucho más preocupante es el atraso en inversiones de largo plazo, en infraestructura.

Liquidez

Los problemas de la estatal Aguas Santafesinas SA son similares a los de las demás empresas, cooperativas y municipios que prestan esos servicios en Santa Fe. Y algo parecido pasa en el resto del país. Sin planes de renovación periódicos, las empresas se están comiendo el capital, en especial las redes de distribución, hoy obsoletas o insuficientes respecto de una demanda que se ha multiplicado.

La gira de Omar Perotti por Kuwait y Emiratos Árabes -para iniciar la gestión de nuevos créditos para la realización de obras de infraestructura- muestra que hay una voluntad por ir más allá de las urgencias tarifarias.

Santa Fe puede darse una política de Estado en la obtención de financiación con esos países, precisamente porque así se llevaron adelante esas negociaciones: con legisladores de la oposición justicialista que acompañaron a gobernadores progresistas.

Es curioso, los caminos para resolver los problemas del acceso al agua potable y el saneamiento en Santa Fe, que goza de recursos hídricos envidiables, llevan a los gobiernos santafesinos a buscar soluciones en países muy pobres en ellos, pero ricos en algo más líquido: petrodólares.

Las dificultades políticas siempre estuvieron fuera de la bota, tanto durante el kirchnerismo como con el macrismo. Por ejemplo, el visto bueno de la Casa Rosada para el préstamo para el acueducto de Desvío Arijón demandó más de dos años de espera.

Largo y corto plazo

La próxima gestión provincial enfrentará urgencias y problemas de largo plazo. Más allá de la inseguridad, que tendrá condimentos de ambos y seguramente será central durante los cuatro años.

De las urgencias ya se ocupan los negociadores de Omar Perotti, en las reuniones por la transición con los funcionarios salientes. Exponen la preocupación del gobernador electo por el déficit fiscal y los rígidos gastos corrientes, con advertencias que los gremios estatales que apoyaron su candidatura -hasta ahora- han podido disimular, el fin de la cláusula gatillo entre otras.

Y sobre los segundos, sobre los temas mayores, aquellos que pueden a un gobierno darle su impronta, por estos días también se muestran iniciativas concretas más allá de las dificultades macroeconómicas que conspiran contra cualquier plan de gobierno.

Mientras Perotti se ocupa de renovar el vínculo con fondos árabes para el desarrollo (que proviene del gobierno de Carlos Menem cuando la Argentina participó de la Guerra del Golfo), en Santa Fe sus operadores avanzan en la Legislatura en busca de dos leyes clave para problemas de largo plazo: una nueva ley de endeudamiento (para cuando el país tenga condiciones algo más parecidas a la normalidad) y una norma que haga sustentable el Iapos, con más aportes de sus beneficiarios.