En el territorio provincial

Proponen crear áreas protegidas para preservar aves y serpientes

Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral y el Conicet detectaron zonas prioritarias a proteger a lo largo del río Paraná, al sur de Santa Fe sobre la región Pampeana, y en los Bajos Submeridionales en el noroeste de la provincia. Relevaron que hay alrededor de 20 especies de aves y tres tipos de serpientes bajo amenaza.

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Investigadores. Los biólogos Alejandro Giraudo, Vanesa Arzamendia y Juan Andrés Sarquis son parte del equipo de científicos que realizaron el relevamiento de aves y serpientes que habitan en la provincia.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Tomás Rico

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Mantener en equilibrio la naturaleza es una de las prioridades que debería tener el ser humano para el presente y la posteridad. La rica flora y fauna que se extiende de norte a sur y de este a oeste de Santa Fe maravilla a propios y extraños. Es por eso que para conservar esta riqueza natural es necesario preservar los recursos y el hábitat donde viven las diferentes especies.

Para ello, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet estudian la biodiversidad hace más de 25 años y en este año dieron a conocer resultados de un relevamiento que realizaron sobre la distribución de aves y serpientes de la provincia de Santa Fe, y así poder indicar en el mapa provincial las áreas con la mayor cantidad de especies y, también, aquellos ambientes que ofrecen características únicas donde habitan aves y serpientes raras, algunas también amenazadas.

El biólogo Alejandro Giraudo, investigador del Conicet y profesor de la Licenciatura en Biodiversidad de la UNL, uno de los referentes del equipo de investigadores, dialogó con El Litoral y comentó los detalles del estudio y los resultados revelados.

“Registramos los lugares donde viven las especies más importantes, entre raras y amenazadas, más impactadas por el hombre. En estos momentos, el hombre está provocando grandes modificaciones ambientales en destrucción de hábitat que no existió nunca con esta rapidez, y la tasa de extinción de especies aumentó entre 100 y 1.000 veces a la tasa de extinción que hubo cuando cayó el famoso meteorito que extinguió a los dinosaurios”, comparó Giraudo y contó que con los datos que relevan, generan prioridades territoriales para establecer dónde se deberían poner los esfuerzos y así conservar con áreas protegidas o a través de usos sostenibles.

“Tenemos más de 300 mil registros de toda la región, ya que necesitamos estimar en Santa Fe y pero también necesitamos distribuciones más grandes. Podemos ver no solo cómo el cambio del uso del suelo está afectando las aves amenazadas, sino qué va a pasar en el futuro con el cambio climático. Hoy en día podemos relacionar la distribución de las especies con más de 20 variables climáticas que están disponibles a nivel mundial, por eso estamos viendo cómo va a cambiar esta distribución porque va a haber especies que van a perder casi toda su hábitat en Santa Fe”.

Áreas prioritarias

Los investigadores, que trabajan en la biogeografía de la conservación —consiste en la aplicación de datos espaciales de la distribución de especies y así detectar las áreas de mayor biodiversidad— determinaron áreas importantes para la preservación en el norte santafesino sobre el río Paraná en el departamento General Obligado donde se ubica el Sitio Ramsar Jaaukanigás (ver recuadro), el cual tiene casi 500.000 hectáreas. Al mismo tiempo se detectan áreas prioritarias a lo largo del río Paraná, al sur de la provincia sobre la región Pampeana, y por último en los Bajos Submeridionales en el noroeste de la provincia. “Con las priorizaciones espaciales nosotros podemos ser más eficientes y lograr que se extinga menos biodiversidad”, destacó Giraudo.

“Cuando utilizamos la influencia humana —como factor de estudio— se denota que el río Paraná y su valle de inundación continúan siendo fundamentales para las aves y serpientes que habitan la provincia de Santa Fe. Los Bajos Submeridionales cobran una importancia fundamental. El sur de la provincia por el avance de la frontera agrícola presenta menos prioridad en comparación con otras regiones”, analizó el investigador.

Situación de las especies

“Nuestro objetivo principal es conocer la gran biodiversidad que tenemos en Santa Fe y el Litoral, y tratar de conservarla. Las medidas de conservación no las tomamos nosotros, por eso sería bueno que haya una transferencia a organismos del Estado. Lo importante es lograr un uso de la tierra sostenible y hacer actividades que no perjudiquen el ambiente”, indicó la investigadora Vanesa Arzamendia, quien se encargó de hacer el relevamiento de las serpientes que habitan en la provincia y también confeccionó áreas para protegerlas.

“La idea es tratar de conservar la mayor diversidad posible. En la provincia de Santa Fe hay 52 especies de serpientes, hicimos una categorización y hay algunas que están en amenaza como la curiyú, la boa acuática —ambas en la zona del río Paraná (departamento de General Obligado)— y la boa vizcachera —habitan en el nordeste en la región del Chaco Seco, una de las zonas prioritarias que establecieron—”, comentó Arzamendia.

En relación a la avifauna, Giraudo comentó que en la provincia ya se extinguieron cuatro especies de aves: “Han desaparecido en nuestro territorio, eso lo tenemos bien visto porque contamos con datos históricos. Las aves extintas son: la mutún; el yetapá de collar; la loica pampeana; y el cachilo de antifaz”.

En la investigación —cuyos resultados han sido publicados por los científicos Maximiliano Cristaldi, Juan Andrés Sarquis, Vanesa Arzamendia, Gisela Bellini y Alejandro Giraudo este 2019 en una revista de importancia internacional llamada “Biodiversity and Conservation”— observan que hay 20 especies de aves en peligro. “Que estén en peligro significa que tienen una probabilidad de desaparición en el corto plazo”, aseveró Giraudo. Ante la consulta de qué es lo primero que hay que hacer para salvarlas, el experto sostuvo que crear las áreas protegidas es primordial. “En Santa Fe es necesario poner guardaparques e infraestructura para cuidar las áreas protegidas, que están dictaminadas por ley las reservas pero no han tenido infraestructura para que se conserven efectivamente”, exigió el biólogo.

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Preservación. Proteger áreas naturales de Santa Fe es fundamental para sostener la biodiversidad.

Foto: El Litoral

El sitio Ramsar santafesino

El sitio Ramsar Jaaukanigás, es el primer sitio de Santa Fe y el noveno en Argentina. Fue declarado como tal en 2001, Posee una superficie total de 492.000 hectáreas y está ubicado en la zona de islas y costas del departamento General Obligado. Contiene una muestra representativa del bioma llamado Delta e Islas del Paraná, caracterizado por el tipo de vegetación de bosques y selvas en galería. Es una de las porciones de este bioma mejor conservadas en la provincia.

Este espacio está incluido en la lista de humedales de importancia internacional, que incluyen sitios cuya relevancia hace que sean considerados por la comunidad internacional como dignos de ser preservados, mediante un uso sustentable que no modifique sus características hidrológicas, biológicas y ecológicas.

Proyección al 2050

En la proyección a unos 30 años, los investigadores expresan que las áreas que proponen como prioritarias en la actualidad, lo continuarán siendo en 2050. “Seguirán siendo importantes el valle de inundación del río Paraná, una pequeña zona pampeana al sur de la provincia y los Bajos Submeridionales. Con el índice de la huella humana continuarán siendo importantes las mismas áreas antes mencionadas”, destacaron.

Empezar ya y no perder más tiempo es crucial, es por eso que Giraudo opinó: “La gente debe entender que la parte ambiental forma parte de sus problemas y tiene que pedirle a los gobernantes que lleven adelante las gestiones para que los problemas ambientales no se agraven”.

Enriquecerse a costa del ambiente

Algunas de las prácticas humanas, en torno a los modelos productivos, devastan sobre medida vastas áreas naturales. “Hay modelos productivos que transforman completamente los ambientes en grandes territorios. Antes los productores mantenían su pedazo de monte o una laguna, entendían la importancia de los árboles para la absorción del agua. Ahora como las decisiones son fundamentalmente económicas se transforma totalmente el paisaje y se desmonta por completo”, criticó el biólogo Alejandro Giraudo.

En cuanto a la afectación de los recursos, Giraudo alertó que los nutrientes de la tierra de Santa Fe ya disminuyeron un 50%, según el Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria). “A su vez se tiran toneladas de agroquímicos que contaminan, provocan problemas a la salud humana y eliminan un montón de animales. Todas esas cosas para ellos son externalidad, el productor no las paga sino toda la sociedad con inundaciones y pérdida de fertilidad de los suelos, por ejemplo”, resaltó.

Para darle solución o buscar una vía menos devastadora y más “amigable” con el ambiente, el biólogo sostuvo que “estos problemas no lo vamos a resolver solo los biólogos, en estos casos son necesarios los medios de comunicación, el sector político, económico y el cultural”, y agregó que las dificultades que sufre el ambiente involucran a toda la sociedad: “Un problema ambiental trae problemas sociales, uno social trae problemas políticos, es algo sistémico, y la solución debe ser integral”.