Sería el último partido de los titulares antes de la final del 9 de noviembre...

Colón va a River con un ánimo monumental

Salvo el Pulga Rodríguez, Lavallén pone lo mejor que considera para visitar al equipo del Muñeco Gallardo, que celebrará la obtención del pasaporte a la final de la Libertadores, dejando nada menos que a Boca en el camino. Gran partido en un Monumental que estará repleto.

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Wilson Morelo no tendrá esta noche el aporte del Pulga Rodríguez, con quien ha logrado un buen nivel de entendimiento, pero se espera que aparezca su capacidad goleadora.

Foto: Luis Cetraro

 

Redacción de El Litoral

El 9 está cerca para Colón; el 23 está un poco más lejos para River. Colón está a once días del partido de su historia. River está a 25 de coronar otra Copa Libertadores para sus vitrinas. Los espera la gloria, pero antes, deben pensar en la Superliga. River, porque tiene la ambición de ir por todo y está cerca de Boca (¡justamente de Boca!). Y Colón, porque si bien ha conseguido algunos puntos que lo desahogan en la tabla de promedios, su posición no es cómoda y necesita que esos puntos se multipliquen.

River Plate jugará con su mejor formación. El objetivo es el de seguir expectante y celebrar con su gente un nuevo éxito ante Boca en el plano internacional. El último campeón de la Copa Libertadores vive un momento histórico que refrendó el martes pasado con la clasificación a una nueva final, la segunda consecutiva por primera vez para el club, ante su clásico rival, Boca, al cual derrotó el año pasado en Madrid para la obtención de su cuarto título.

La clasificación a la final y la eliminación de Boca en la mismísima Bombonera se reconoce como un gran envión anímico para un plantel que bajo el mando de Marcelo Gallardo no admite el relajo.

Una prueba de ello se basa en la actualidad de un River defensor del título del máximo certamen continental, preparado para otra semifinal de Copa Argentina ante Estudiantes de Buenos Aires y con chances en la Superliga, a tres unidades del líder, Boca.

Gallardo dispondrá de la mejor formación posible. La misma que repitió en la serie exitosa ante Boca, con relevos de categoría como Ignacio Scocco, Lucas Pratto y Juan Fernando Quintero.

River buscará imponer su fútbol dinámico, de ataque, que no supo o no pudo emplear el martes pasado en La Bombonera en la derrota por 1 a 0. Los hinchas asistirán al Monumental para festejar otra gesta ante el rival de toda la vida, pero más allá de la celebración, River necesita los puntos ante Colón para mantenerse en lo más alto del campeonato y pulir su campaña como local luego de dos triunfos, un empate y dos derrotas.

El torneo local es hasta el momento uno de los pocos objetivos que Gallardo no pudo concretar en su ciclo exitoso, plagado de conquistas internacionales.

Enfrente estará Colón. Lavallén, un hombre plenamente identificado con la historia millonaria, compañero de Gallardo en la Copa Libertadores que obtuvieron en 1996, también piensa igual que él y pondrá todo. O mejor dicho, casi todo: no lo arriesgará al Pulga Rodríguez, quien estará “guardado” hasta la gran final del 9 de noviembre. Desde el punto de vista médico, el Pulga está para jugar ya mismo si Lavallén lo requiere. Pero no hay deseos de tomar una decisión de la que luego se tenga que arrepentir. Y es demasiado lo que se jugará en La Nueva Olla como para andar lamentándose.

El equipo ya tiene una base cierta y Lavallén ha encontrado una formación base sobre la que irá haciendo ajustes para llegar lo mejor posible. Es el equipo que jugó con Mineiro, que afrontó el clásico y que también disputó el partido con Godoy Cruz. Ahora llega este choque ante River. La última prueba en serio que Lavallén quiere para estos jugadores. Los que saldrán al Monumental serán, a excepción de Esparza (por él irá el Pulga) los que hoy tienen chances de entrar ante Independiente del Valle en Asunción, dentro de once días, a jugar el partido más importante de la historia futbolística de Colón.

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4 partidos

Sin perder ante River, acumulan los sabaleros. Fueron dos triunfos y dos empates.

4 años

Lleva River sin poder ganarle a Colón. La última vez que River se retiró ganador, fue con un 3 a 1 en la fecha 18 del Campeonato de Primera División 2015.

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River está de festejo luego de dejar nuevamente en el camino a Boca y llenará el Monumental. Se enfrentan los dos equipos argentinos que defenderán el prestigio futbolístico del país en los torneos internacionales del continente.

Foto: El Litoral

El Guasón Gallardo

Por Facundo Sava (*)

Había salido del cine y unas horas después, en la conferencia de prensa posterior a la serie Boca-River en la Bombonera, vi a Joker sentado con el buzo de entrenador de River. Ahí, con el pasaje a una nueva final de la Copa Libertadores en la mano y una sonrisa guasónica, única, de liberación.

Marcelo Gallardo le había apuntado con el dedo índice de su mano derecha a Wilton Sampaio apenas finalizado el partido, en pleno festejo por un nuevo éxito ante Boca y con la lucidez de saber que un resultado nunca debe condicionar un concepto. El árbitro, cuestionado por esas faltas que inventó y que terminaron condicionando el juego de su equipo.

—Lo suyo, lamentable.

El entrenador de River se abrazó con sus jugadores y luego bajó del túnel rumbo al vestuario dando pasos de zapateo americano y con un desahogo por la satisfacción de ser la resistencia frente al poder, en un escenario individualista y egoísta.

—Síiiiiiiiiii, siii, siii, siii.

Detrás de ese baile de Gallardo lo siguen otros tantos, los que se identifican con una persona que, desde su capacidad, su responsabilidad, la lealtad a sus ideas, el respeto y la cantidad de valores positivos que transmite, se sienten parte, sean o no de River. Da esperanza y purifica, en estos últimos cinco años de huella profunda.

Boca es pasado y la alegría parece mudarse a un rostro sin pinturas ni máscaras. “Tengo una felicidad que no entra en mi cuerpo”, dice.

En estos últimos años, la exposición que tuvo como entrenador de este equipo que jugó contra Boca en instancias definitivas de la Copa, lo puso en un lugar. Desde la noche del gas pimienta, la posición del club respecto a la Superliga, lo que pasó previo a la final de Madrid. Aquello de la “guardia alta” frente al poder pone de manifiesto un estado de rebeldía, muchas veces vinculada desde parte de la prensa servicial al poder como un llanto en busca de ventaja que intenta condicionar.

Se habló en la previa de este último clásico de los penales que le dieron a River vía VAR. Se habló muy poco de cuántas veces el funcionamiento de la idea le permite a los jugadores del equipo de Núñez llegar dentro del área en buena posición para la definición.

Se habló de videos donde sus futbolistas simulaban faltas dentro de la zona de riesgo para confundir al árbitro, se tiró un poco de barro a la cancha para que los especuladores del fútbol tuvieran elementos sin argumentos para minimizar su rol y la incidencia como líder integral de una institución que estudia las mismas materias desde la Primera hasta sus Juveniles.

Hay quienes, además, como pasaba con Bianchi, ensayaron y limitaron sus análisis a la suerte. Se habló del “culón de Gallardo” en la política nacional, como si un resultado proyectado en el tiempo se tratara de una moneda que cae de un lado o del otro según se le cante.

Tal vez sí, Gallardo tenga el mejor equipo de los últimos 50 años. En su edificación, este ciclo de 5 años, camina por la verdad de los valores y el juego.

La respuesta del Guasón Gallardo, a diferencia del personaje de la película, está en la cancha, en su trabajo en equipo día a día, en su resistencia afuera y en ese dedo índice que dispara y señala a los que lo invitan a jugar en el barro.

(*) Ex jugador de Ferro y Boca, entre otros. Ex entrenador de Unión. Sicólogo. Escribió este artículo publicado en El Furgón.

Motivaciones y precauciones

Enrique Cruz (h)

Hay que preguntarle a los que saben, a los que la vivieron desde adentro, a los que experimentaron en serio la situación. Nery Pumpido es una referencia diaria que, en mi caso, tengo la suerte de disponer. Y le pregunté en varias ocasiones sobre qué es lo que siente un jugador cuando debe disputar un partido cualquiera sabiendo que, en días nada más, afrontará una final tan importante para su carrera personal y para el club que lo ha contratado, como será la del 9 de noviembre para Colón. Y él dice que el jugador “siempre debe dar todo”.

Creo que el partido de esta noche en el Monumental es una motivación en sí mismo, porque si bien no lo marca actualmente la tabla de la Superliga, pero los hechos y circunstancias llevan a pensar que River es el mejor equipo del fútbol argentino y tiene al mejor entrenador.

Ganarle a este River agrandado sería el mejor entrenamiento anímico para este equipo antes de jugar una final. El tema es saber hasta qué punto el jugador de Colón se desliga, en pensamiento y actitudes, de la final del 9, ahora que está tan próxima.

Dejar todo en la cancha, ir a fondo en cada jugada y sudar hasta la última gota, es algo que le vendrá muy bien a estos jugadores. Ser precavidos podría ser una forma de autodefensa ante la posibilidad de una lesión. Pero como dicen, claramente, los que estuvieron adentro de una cancha en estas circunstancias, a veces, si vas más flojo o no tan firmes, el riesgo de lesión aumenta. Y eso es verdad.

Conclusión: piernas, corazón y mente con todo y durante los 90 minutos. ¿Qué mejor motivación sería, para Colón, llegar a la final del 9 con el aliciente de haberle hecho un gran partido al mejor equipo del fútbol argentino?