Alejandro Longo

“No podemos quedarnos quietos a esperar que mejore el presupuesto”

Lo dijo el nuevo Director del Centro Regional Santa Fe de INTA. Indicó que buscará superar la escasez de recursos con el apoyo de otras instituciones que también aportan a los trabajos de investigación.

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La verdad. El funcionario admitió que en los últimos años se sufrió el recorte de asignaciones y “si bien no se despidió ninguna persona, tampoco se cubrieron vacantes”.

 

Juan Manuel Fernández

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“Lo peor que nos puede pasar como institución es inmovilizarnos y quedarnos quietos a la espera de que mejore el presupuesto”. La definición de Alejandro Longo, nuevo Director del Centro Regional Santa Fe del INTA, denota la determinación de no detener los trabajos que vienen realizando los técnicos en suelo santafesino pese a la escasez de recursos (que admitió públicamente).

Ingeniero agrónomo con 25 años en la institución, primero se orientó a la horticultura y luego al desarrollo rural, área que coordinó en la Estación Experimental Agropecuaria de Oliveros, donde en 2013 concursó y ganó la dirección. Allí se desempeño hasta mediados de octubre, cuando pasó a ser la máxima autoridad en la provincia.

Al arribar al cargo, que cedió José Luis Spontón, encontró a nivel provincial una situación “muy similar a lo que nos pasaba en Oliveros”: funcionando con “presupuesto escaso, pero con el espíritu de no inmovilizarnos y seguir laburando a pesar de...”, explicó.

Prioridades

Pese a esas limitaciones, relató que se establecieron “puntos críticos” que deben continuar “a pesar de la cuestión presupuestaria”. Para ello dijo que apelará a utilizar “el ingenio y las relaciones, como para poder seguir haciendo extensión o jornadas”. Esa capacidad de generar alianzas estratégicas, dijo en referencia a convenios con actores privados u otros órganos oficiales (gobiernos provinciales, municipales) “es el principal valor que tiene el INTA para seguir trabajando a pesar de las restricciones”.

Entre las líneas prioritarias a continuar mencionó ensayos agrícolas de larga duración con rotaciones superiores a 15 años; trabajos en calidad de leche; desarrollo de nuevos materiales de algodón o legumbres; investigación en ganadería. “Esos son los puntos críticos que debemos seguir a pesar de las restricciones”, remarcó.

“Generalmente dependemos del presupuesto, pero tenemos algunas herramientas que nos permiten obtener recursos desde otro lugar; obviamente no cubre todas las necesidades pero sí permite seguir trabajando en momentos difíciles”, dijo Longo en referencia a la cooperación con entidades o empresas. Y reflexionó que “muchas veces estas cuestiones (las restricciones presupuestarias) nos pueden servir de excusa para no hacer y nuestro espíritu es contrario a eso”. Por lo tanto, consideró: “lo peor que nos puede pasar como institución es inmovilizarnos y quedarnos quietos a la espera de que mejore el presupuesto”.

También admitió que en los últimos años se sufrió el recorte de asignaciones y “si bien no se despidió ninguna persona, tampoco se cubrieron vacantes” . Por lo tanto, “al no reponerse esas capacidades estamos un poco dificultados en el numero de personas que estamos trabajando”. Pero eso “viene dado”, dijo, y no es fácil de cambiar. “Quienes gestionamos sabemos que estas restricciones no son nada extraño”.

La cuestión fitosanitarios

Sobre cuestiones como la polémica por el uso de agroquímicos, consideró que tienen la complejidad de no depender de una sola disciplina o institución “y por eso generan conflictos”. Sobre este tema comentó que vienen trabajando en calidad de aplicación, un detalle “que no es menor”. Y que participan en las mesas de BPA’s que “si bien no es la solución de todo, creo que permite un ordenamiento muy importante de muchas cosas”.

Respecto de los distritos que han dictado restricciones periurbanas en la provincia de Santa Fe dijo: “no nos metemos en esa discusión porque no creemos que lo importante sean las distancias, sino hacer las cosas bien”. En esas zonas vedadas comentó que están trabajando alternativas con “módulos de transición agroecológica” y una alternativa con buenos resultados es combinar la agricultura y ganadería. Aunque la producción animal cerca de los pueblos es complicada porque, dijo, “sabemos que hay problemas de abigeato, infraestructura y alambrados, mano de obra”. Sin embargo planteó la necesidad de pensar cosas diferentes en esas áreas.

Por fuera de lo periurbano, propuso un enfoque agrícola ganadero sustentable en el tiempo “que debe tener una mirada económica, productiva pero también ambiental”. Comentó que la idea es empezar a trabajar en experimentación adaptativa en campos de productores donde se puedan probar prácticas para disminuir el uso de productos de síntesis química. “Y pensar, en unos años, en poder tener sistemas con menos uso de estos productos; hoy las tecnologías están adaptadas y habría que ver cómo lo ponemos en números”, propuso”Lo peor que nos puede pasar como institución es inmovilizarnos y quedarnos quietos a la espera de que mejore el presupuesto”.