U$S 112.300 millones en rojo desde 2016

“El problema es el déficit fiscal”

En 52 de los últimos 59 años, el Estado recaudó menos de lo que gastó. Deuda e inflación son las consecuencias de un problema crónico. Y el origen de una “alquimia” política que nunca encuentra la solución prometida.

U-4-NADIN.jpg

Nadín Argañaraz. foto: archivo

 

Redacción de El Litoral

[email protected]

Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf)

“Argentina tiene un problema fiscal crónico y recurrente: de los últimos 59 años, en 52 se va a terminar con déficit fiscal. Es decir que en el 88 % de los años, los ingresos no han sido suficientes para financiar el nivel de gasto público ejecutado. Nadin Argañaraz, Ariel Barraud y Bruno Panighel son los autores de un informe del Iaraf abordando el “problema crónico” de las cuentas argentinas.

“De su financiamiento se deriva un sinnúmero de distorsiones y desequilibrios que tarde o temprano terminan sincerándose. Cada gobierno dice tener la receta para bajar la inflación (uno de los principales síntomas del déficit fiscal), pero con un set de alquimias que duran un tiempo determinado y que no evitan que las restricciones terminen materializándose. El problema de fondo es que, año tras año, crisis tras crisis y sin importar el color político, el Estado argentino gasta más de lo que recauda”.

Tomando como referencia dólares corrientes (promedio mensual, tipo de cambio mayorista) los autores señalaron que en 2016 el gasto público total del Sector Público Nacional No Financiero (SPNNF) fue de U$S 141.642 millones. Luego de hacer un pico de U$S 158.235 millones en 2017, se fue reduciendo hasta alcanzar los U$S 98.260 millones en este año 2019.

“La primera conclusión que se observa es que el gasto total se ha reducido en unos U$S 43.000 millones en los últimos tres años. Y la segunda conclusión es que en los últimos cuatro años, el gasto público ha totalizado unos U$S 520.000 millones”.

Como contrapunto advierten que al mismo tiempo “los intereses netos de deuda pública mostraron un incremento. Este hecho es un reflejo de la política de achique gradual del déficit primario en un esquema de financiamiento con deuda pública. Mientras transcurre el tiempo, el stock de deuda se agranda y los intereses que el stock devenga son cada vez más grandes”.

Por el lado de los ingresos

Al repasar los ingresos, los autores del Iaraf reseñan que para el SPNNF, en el año 2016 sumaron U$S 109.881 millones (U$S 7.116 millones por el blanqueo) y U$S 120.662 millones en 2017. “Durante este año 2019, los ingresos totales terminarían siendo de U$S 80.000 millones aproximadamente. Es decir que se han perdido ingresos por unos U$S 30.000 millones entre 2016 y 2019. En los cuatro años incluidos en el análisis los ingresos del SPNNF han totalizado U$S 407.000 millones.

“Analizando la dinámica diferencial de los ingresos entre 2016 y 2019, se puede cuantificar una caída de estos cuatro años que sería de U$S 29.900 millones aproximadamente. Al analizar los ingresos por componente se desprende que los ingresos por Aportes y Contribuciones a la seguridad social fueron los que tuvieron una mayor caída, por U$S 12.400 millones.

“Del otro lado, los ingresos de capital y las rentas de la propiedad netas fueron los ingresos que más subieron y, junto con los ingresos relacionados con el comercio exterior, contrarrestaron de manera parcial la fuerte caída de los ingresos tributarios habituales como Ganancias, IVA y el impuesto a los débitos y créditos”.

Según pasan los años

“En los últimos cuatro años, los gastos han superado sistemáticamente a los ingresos. Para el período 2016-2019 completo, el déficit primario (previo al pago de los intereses de la deuda) alcanzaría los U$S 61.400 millones. Al sumar los gastos en intereses, el déficit fiscal totalizaría U$S 112.300 millones. Su evolución acumulada se puede observar en el gráfico siguiente.

“En el año 2016 el déficit fiscal del SPNNF fue de U$S 31.800 millones, luego hizo pico en 2017 con U$S 37.600 millones y se ha reducido a U$S 18.300 millones durante 2019. Como puede apreciarse en el cuadro siguiente, durante los cuatro años hubo déficit fiscal, totalizando de manera acumulada unos U$S 112.300 millones, aproximadamente. Esta es la verdadera magnitud del déficit y la verdadera exigencia de financiamiento que se ha tenido en este período”.

¿Impuestos, inflación, deuda..?

“El gasto público requiere ser financiado. Se lo puede hacer con impuestos legislados, con impuesto inflacionario (vía emisión monetaria) o con endeudamiento. Concretamente, el déficit fiscal, que es la diferencia entre gastos e ingresos, cuando se financia con endeudamiento genera un aumento equivalente del stock de deuda del sector público”.

Exponen Argañaraz y su equipo que “el endeudamiento debe hacerse para cubrir el déficit primario y los intereses de la deuda. “Para cubrir el rojo fiscal de los últimos cuatro años (U$S 112.300 millones) se llevó a cabo una estrategia de endeudamiento en mercados voluntarios de deuda. Los bonos y Letras del Tesoro fueron emitidos tanto en pesos como en moneda extranjera. Como consecuencia de ello, el stock de deuda en moneda extranjera mostró un crecimiento de U$S 92.240 millones entre el último día del año 2015 y el 30/06/2019 (último dato oficial disponible).

Evalúan que “aún si no se hubiera recurrido a los mercados voluntarios de deuda, al déficit primario y a los intereses de la deuda iniciales igualmente habría que haberlos financiado. O bien frente a la imposibilidad de tomar deuda, tal vez la dinámica del gasto y de los ingresos hubiera sido distinta”. A fines de este 2019, el stock de deuda en moneda extranjera será más elevado que a fines de 2015, mientras que el déficit fiscal sigue siendo elevado.

Reestructuración

“La reestructuración de la deuda puede derivar en una baja del flujo anual de intereses, pero exige la generación de un valor actual positivo de superávit primario. La economía está en recesión y todo indica que seguiría en esa situación en 2020. Todos los frentes son complicados y se conflictúan entre sí. La reestructuración de la deuda exige superávit primario y las demandas sociales internas tienden a sostener el déficit primario”.

Pacto social

“La continuidad del déficit fiscal da continuidad a sus consecuencias. La discusión de la sociedad no debería ser cómo financiar el déficit sino cómo solucionar el problema del déficit, y así evitar las consecuencias permanentes sobre los indicadores socioeconómicos (pobreza, desempleo, desigualdad) que traen los brotes inflacionarios, las devaluaciones y los defaults. Los esfuerzos deberían centrarse en buscar una solución de fondo de forma sostenible en el tiempo, lo que necesita un consenso social básico.