Un testigo de la historia

Los 140 años del “ranchito de la 38”, una de las primeras aulas de la ciudad

  • Entre paredes de barro y bajo tejas un poco desvencijadas, se esconde uno de los tesoros más antiguos de la educación santafesina. En los festejos de un nuevo aniversario, la escuela primaria abrió las puertas de su emblemático edificio a la comunidad.
missing image file

Una institución emblemática, con el aporte de toda la comunidad.

Foto: Manuel Fabatía

 

Mauro L. Muñoz

[email protected]

El barrio Guadalupe no es el mismo que hace un tiempo. Desde fines del 1800, su apariencia fue cambiando: el territorio de quintas y campos se convirtió en una zona floreciente y residencial, y los protagonistas de aquellos años hoy son próceres que denominan sus calles -como el General Paz- e instituciones -como el caudillo Estanislao López-. Pero hay algo que todavía persiste, la escuela Nº 38 -que lleva por nombre el del Brigadier y está situada sobre dicha avenida- aún conserva su primera aula. “El ranchito”, como lo llaman cariñosamente los vecinos, cumplió 140 años desde su nacimiento. Y durante la mañana del pasado 8 de noviembre, la comunidad celebró el aniversario de uno de los espacios educativos más antiguos de la ciudad.

En un resquicio entre tareas y obligaciones previas al acto celebratorio, la escuela abrió sus puertas a El Litoral para dar testimonio de su importancia en el día a día del noreste santafesino. “Somos un punto de referencia muy importante para el barrio. Acá estudian jóvenes de María Selva, Coronel Dorrego, Guadalupe Oeste, Guadalupe y un montón de lugares más, donde la mayoría viene porque sus padres hicieron la primaria. Esa identidad es la que nos legaron y la que buscamos preservar”, contó Sandra Stessens, docente de hace más 30 años y actual directora de “la 38”.

Para cumplir con este mandato, Stessens consideró que el esfuerzo para realizarse como una institución emblema en la zona lo realizan entre todos. “A la escuela le damos vida el personal directivo, docentes, la cooperadora, asistentes sociales, padres, madres, hermanos. Pero lo que nos une son los niños y niñas que vienen a clase, donde su aprendizaje y seguridad son los compromisos comunes por los que trabajamos”, meditó.

missing image file

“Somos un punto de referencia muy importante para el barrio”, dice la directora Sandra Stessens. Foto: Flavio Raina

Detalles que dicen mucho

Conforme al paso del tiempo, la institución se fue transformando. Con el cambio de siglo, la escuela dejó de ser municipal para integrarse a los establecimientos públicos de la provincia de Santa Fe. Se le asignó el número 38 y recibió el nombre de Brigadier General Estanislao López.

Luego, al igual que todo Guadalupe, el establecimiento fue creciendo. Desde aquel primer grupo reducido de los hijos de familias de la zona, llegó luego a cobijar a más de 900 alumnos. Al día de hoy, la escuela 38 cuenta con una currícula de 400 estudiantes de primaria. Además, extiende sus lazos a la comunidad con la banda de violines y violonchelos de “SOS Música” y con una pileta semiolímpica que, en época de verano, también funciona como colonia de vacaciones para más de cien jóvenes del barrio.

En adelante, Stessens comentó que el desafío será “permanecer como institución que es elegida por sus integrantes”. Si bien muchas cosas han cambiado, lo que no se transformó fue el afecto. “Hay familias enteras que han pasado por estos pasillos. Hasta nos sucede que aquellos que hoy son padres y se encuentran con los que fueron sus docentes, y lo son de sus hijos, les dicen: ‘Te acordás que a mí tampoco me gustaba educación física’. Son detalles que dicen mucho”, se emocionó la docente.

Hacia el final del acto por los 140 años, este sentido de pertenencia institucional fue reflejado en forma de deseos por parte de los niños y niñas que hoy cumplen su etapa escolar, y a modo de recuerdos por hombres y mujeres que en otro tiempo transitaron sus aulas. De distintos modos, todos coincidieron en hablar del sentimiento hacia su escuela primaria: “Somos una escuela muy querida por todos, los de ahora y los de siempre. Estamos orgullosos de que seamos preferidos por las familias según lo que encuentran y se les ofrece”.

Acervo patrimonial de educación en la ciudad

missing image file

El ranchito de la 38 abrió sus puertas para mostrar a la comunidad sus 140 años de historia. Foto: Flavio Raina

En 1879, unas cincuenta familias suizas, alemanas y brasileñas que habitaban la villa de Guadalupe plantearon al -recientemente establecido- Concejo Deliberante Municipal la necesidad de tener una escuela pública en la zona para la educación de sus hijos e hijas. Así fue como, meses después, se otorgó un terreno sobre el que se construyó la primera aula.

Al día de hoy, el “ranchito” -como lo denominan en la escuela- permanece inmutable en medio del patio. “Con sus tejas medio flojas y sus paredes de barro, el ranchito sigue siendo una gran representación de nuestra identidad; y si bien hoy ya no funciona como aula, ahí tenemos nuestro museíto con distintos elementos simbólicos de la institución”, sostuvo Stessens.

Además, para consolidar la historia institucional, la directora comentó que cuentan con un vasto archivo que les permite remontarse a mucho tiempo atrás: “Los libros históricos de la institución son maravillosos. Están año a año todas las promociones, con registro de apellidos, condiciones físicas, de comportamiento y calificaciones de todos los alumnos. Tenemos hasta el folio y número de la creación de la escuela”.