El viernes

Misa por los presbíteros Albino Chiaffredo y Hugo Catalano

Trasladarán sus restos mortales a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús.

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Terminada la celebración eucarística, se procederá a la sepultura de los mismos a su lugar definitivo dentro del templo.

Foto: Archivo El Litoral

 

Redacción de El Litoral

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La Comunidad de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús (4 de Enero 2452) invita a todos los fieles, y en especial a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, a la misa que se rezará por el eterno descanso de quienes fueran sus pastores: los presbíteros Albino Chiaffredo y Hugo Nelo Catalano. Será el viernes 6 de diciembre, a las 20. Terminada la celebración eucarística se procederá a la sepultura de los mismos a su lugar definitivo dentro del templo.

El padre Albino había nacido en Italia, pero venido de muy niño a nuestra patria, ingresó al Seminario de Guadalupe en marzo de 1911 y fue ordenado presbítero el 9 de octubre de 1921.

En 1924, fue llamado por el Obispo Boneo para el cargo de Cura Párroco de la Catedral Nueva, llamada entonces de San José y en la actualidad del Sagrado Corazón. Falleció el 20 de septiembre de 1971.

Su bondad, sabiduría y exquisita paternidad lo hizo el amigo y consejero de todos los sacerdotes de la Arquidiócesis. Su casa era la casa de todos. Su parroquia una escuela de iniciación pastoral para muchos sacerdotes.

El padre Hugo había nacido en la ciudad de Gálvez el 21 de diciembre de 1927. Fue ordenado sacerdote 26 de junio de 1955. El 20 de febrero de 1968 es nombrado vicario coadjutor con derecho a sucesión de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, por entonces pastoreada por Albino Chiaffredo.

“Fue un verdadero pastor con olor a oveja, un hombre de Dios que, como sacerdote, supo estar en medio y delante de su pueblo. Un apóstol de las confesiones, que pasaba largas horas en el templo sentado frente a una pequeña mesa llena de libros, esperando como el Padre Misericordioso de la parábola a quien quisiera reconciliarse con Dios”, recordaron desde la parroquia.

“En los últimos años de su vida, conoció el dolor y la enfermedad sin quejarse, y sin que la sonrisa se le fuera de la cara. La unción de su ministerio sacerdotal no sólo perfumó a los fieles de la comunidad, sino que bondad y mansedumbre hizo que de todos los rincones de Santa Fe la gente lo buscara para confesarse”, añadieron.

El 18 de diciembre de 2004, a la edad de 76 años, y después de haber estado más de 36 años al frente de la parroquia, el Padre Celestial lo llamó para gustar de lo que él mismo predicó y celebró.