Impulsado por Aapresid

Buscan producir algodón certificado en Argentina

Se trata de una licencia “BCI”, la iniciativa de sustentabilidad de algodón más grande del mundo que apunta a la trazabilidad del cultivo.

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Trazabilidad. Como la industria alimenticia, la textil apunta ahora a ofrecer al consumidor toda la información relativa al origen del producto.

 

Aapresid/Campolitoral

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El acceso a la información hace que muchos consumidores estén alerta sobre posibles riesgos asociados al consumo de distintos productos. La industria alimenticia fue de las primeras en lanzar iniciativas de trazabilidad para ofrecer al consumidor mediante un simple “click” toda la información relativa al origen del alimento.

La industria textil sigue el mismo camino y puso la mira en el sector algodonero, que ha sido blanco reciente de reclamos por algunas publicaciones que alegan que se pueden encontrar rastros químicos en productos femeninos en Estados Unidos y Europa.

En este contexto, Aapresid impulsa el logro de la licencia BCI (Better Cotton Initiative), una iniciativa que apunta a certificar el 30% de la producción mundial de algodón.

En Argentina, argumentan desde la asociación, la certificación permitiría comenzar “la implementación del Estándar a nivel local y la capacitación a productores para hacer frente a las distintas problemáticas que enfrenta la producción de algodón: marginalidad geográfica, los problemas climáticos y ambientales, la inestabilidad política, la legislación, la educación y los niveles de pobreza”. Para esto, “Aapresid necesitará del apoyo de todo el sector, desde los productores hasta la industria, pasando por la articulación público-privada y referentes técnicos”, enfatizaron.

¿Cómo se benefician los productores?

La certificación BCI propone un sistema de mejora continua apoyado en un enfoque holístico y contando con herramientas que permiten trazabilidad en los procesos de campo. La certificación cubre los tres pilares ambiental, social y económico, y tiene la particularidad de estar diseñado para asegurar el intercambio de prácticas y alentar la acción colectiva entre actores.

Si bien en nuestro país el consumidor no paga un “plus” por acceder a información relativa al origen del producto, son las empresas quienes traccionan la cadena hacia atrás, entendiendo el concepto de “costo de transacción” como fundamental para la sustentabilidad de su negocio. Esto significa que las iniciativas de certificación sirven como apalancamiento para el correcto funcionamiento de su cadena comercial.

Bajo este concepto, “aquellos productores que entienden su rol dentro del ecosistema de agronegocios se embarcan de forma proactiva en estas iniciativas, que les permiten tomar la delantera transparentando sus procesos y logrando un equilibrio entre producción y ambiente que asegure la continuidad del negocio”, apuntó Aapresid.

“Un productor que lleva adelante normas de calidad es aquel que tiene un enfoque hacia la eficiencia, la protección de su producción y recursos. En un cultivo exigente en agua e insumos como el algodón, la medición de principios activos, calidad de suelo y agua, las rotaciones, la siembra directa, la protección y capacitación a los empleados son acciones clave para una producción eficiente”.

Para Aapresid, Argentina tiene la oportunidad de asumir un “rol proactivo” y es necesario comenzar a trabajar en forma conjunta para adquirir la licencia como país productor de BCI.

En todo el mundo

Hasta el momento, 2 millones de productores cuentan con la licencia BCI en 21 países incluyendo Brasil, Estados Unidos, Israel, Australia, India y China.

El comercio de algodón BCI

El comercio de algodón BCI se realiza por “cadena de custodia” o “Mass Balance” (balance de masas). Al no requerir la segregación física del producto a lo largo de la cadena, esta metodología resulta simple, rentable, y por lo tanto alienta a la compra de mayores volúmenes de material certificado.

Cada fardo BCI cosechado es identificado, y cada kilogramo equivale a 1 crédito BCI. Dichos créditos serán requeridos por los actores de la cadena que quieran suministrar algodón certificado para, por ejemplo, confeccionar una prenda. Así, es la compra y venta de créditos la forma en que las marcas aseguran el apoyo a la producción de algodón sustentable, independientemente del destino final del algodón físico.