Luciano Andreychuk
Se estima una inversión de $ 4 millones, que está en el Presupuesto Municipal 2017.
Luciano Andreychuk
Nunca tuvo mantenimiento desde que se construyó. Su sótano se inundó en 2003 y, tras el tristemente célebre derrumbe de la sección 126 —en enero de 2015—, quedó en evidencia el muy mal estado en que se encontraba el histórico oratorio, todo vallado en aquel entonces por temor a derrumbes. Ahora, el municipio ha encarado su restauración tras la cual, pretende el gobierno local, se buscará que el lugar quede exactamente igual que hace 112 años, cuando fue erigido a la par de la necrópolis local.
Así lo aseguró el secretario de Control Municipal, Ramiro Dall’Aglio. Para eso, se contrató un arquitecto especializado en restauraciones de construcciones antiguas, con quien trabajan otras seis personas. “El monto que demandará la restauración será de unos $ 4 millones, que están incluidos en el Presupuesto Municipal 2017 (sancionado por el Concejo en diciembre pasado), en el marco del plan integral de reconstrucción de la necrópolis local”, dijo el funcionario.
¿Cómo se hará el proceso de restauración? La idea es dejar el entorno, las molduras de las columnas, paredes e interior, todo original. “En algunos sectores las paredes tienen 7 ú 8 capas de pintura. El oratorio no tuvo nunca mantenimiento, con lo cual en más de un siglo ha tenido un nivel de deterioro importante. Y es la primera vez que se pondrá en valor, a nuevo”.
Además, se intervendrá la llamada “linterna”, que está encima de la cúpula —techo semiesférico—, bajando luego por todas las paredes y columnas hasta el sótano del oratorio, que mide unos 2 metros de profundidad. También su entorno inmediato, ya que ese centro de religiosidad cristiana es una suerte de epicentro del cementerio desde donde se distribuyen las distintas calles hacia los sectores de pabellones.
“Partimos de un informe del Cecovi (departamento que depende de la UTN Santa Fe) el cual certificó que el oratorio no corría riesgo estructural (esto es, no hay peligro de derrumbe) y que puede ser restaurado completamente. La nobleza de una construcción de 112 años implica que se deteriora pero no se arruina al punto de una posibilidad de derrumbe. Se inundó en 2003 el sótano, y así y todo resistió”, recordó Dall’Aglio.
Respecto de cuándo podría estar inaugurado el remozado oratorio, el funcionario no aventuró tiempos precisos: “En este tipo de obras casi artesanales de restauración, es muy difícil estimar plazos. Por ejemplo, no se compra revoque común como para arreglar cualquier vivienda: el revoque que se utiliza es especial, se realiza tamizando arena y mezclando con cemento y cal. Esperamos que a principios del año que viene ya pueda estar abierto al público”, cerró.
Donación a pueblos originarios
El titular del área de Control adelantó a este medio que el municipio donará un predio a comunidades de pueblos originarios con asiento en la ciudad y zona metropolitana. Esa donación se efectivizará “esta semana o la otra”, dijo Dall’Aglio. El predio contará con 33 sepulturas disponibles y un sector de 10 por 10 metros para ceremonias. Las sepulturas serán gratuitas.
Deudas por mora, “altísimas”
Las deudas por arrendamientos de nichos “sigue altísimas”, admitió el funcionario. “En los cementerios privados también son altas, por lo que pudimos averiguar. La gente tiende a estar preocupada o dolida por la pérdida de sus deudos uno o dos años. Pero transcurrido ese tiempo, el pago de arrendamiento es un gasto del que luego se desinteresa y deja de abonarlo”, señaló.
En este sentido, “hay una muy alta cantidad de nichos vencidos sobre los cuales estaríamos en condiciones de hacer la notificación correspondiente y el trámite de cremación”, indicó Dall’Aglio. (Por ordenanza, deben pasar 20 años para que el municipio haga uso de la potestad de retirar los restos de sus nichos y cremarlos.)