Redacción de El Litoral
Eduardo Deheza, manager de la empresa de parapente Loma Bola, a quien había contratado la joven que murió al desprenderse del arnés en pleno vuelo, aseguró que “la principal causa del accidente fue la omisión por parte del piloto en el momento de preparar al pasajero”.
Redacción de El Litoral
Télam
“La principal causa del accidente fue la omisión, por parte del piloto, debido a una distracción en el momento de preparar al pasajero, de anclar las cintas de seguridad siendo el piloto, en definitiva, el responsable de acuerdo a la lista de chequeo preestablecida”, escribió Deheza desde la cuenta de Facebook de Loma Bola Parapente.
El 29 de diciembre pasado, Natalia Vargas, una médica tucumana falleció al caer desde unos 120 metros de altura durante un vuelo junto al piloto Ariel Salazar.
“Este lamentable hecho -agregó- fue reconocido por el propio piloto luego de ver el video (principal evidencia) presentado por el amigo de Natalia, Mario Zermoglio, filmado al momento de despegar”.
En el comunicado Deheza asumió la responsabilidad de “ser quien hizo el contacto con Natalia para realizar el vuelo y habérselo derivado a mi amigo y colega Ariel, siendo esto una práctica de costumbre entre los pilotos, cuando llegan grupos para realizar un vuelo ya que la idea es hacer vuelos simultáneos”.
Y respecto a su colega, admitió conocer “su capacidad, su seriedad y su experiencia” aunque “lamentablemente nadie está exento de cometer un error alguna vez. Si bien el sistema del auto chequeo por el propio piloto funcionó correctamente hasta este fatídico suceso, se puede concluir que el error humano se presenta en algún momento”.
Por su parte, en declaraciones publicadas por el diario La Gaceta de Tucumán, el propio Ariel Salazar admitió luego de hablar con el padre de Natalia que “pudo haber un error humano, una distracción”.
“Estoy consciente -dijo- y asumo las consecuencias que esto puede traer para mí. Ha sido una fatalidad, pero estuve y estoy a disposición de la Justicia, de hecho ayudé con la búsqueda desde un parapente en el que volé como pasajero el día de la caída”, resaltó
El padre de Natalia
El instructor que acompañó a la médica tucumana que murió tras un vuelo en parapente admitió que “no le colocó las perneras” a la joven, un dispositivo de seguridad que sujeta las piernas del pasajero, afirmó el padre de la joven tras reunirse con el guía.
“Ayer tomé valor y fui a reunirme con Ariel Salazar, el instructor. Le pedí, como padre, que reconociera el accidente y se retractara de las barbaridades que dijo en un primer momento, porque le está haciendo mucho daño a mi familia”, contó a Télam Juan José Vargas, padre de la víctima.
Vargas hizo referencia así a las versiones que trascendieron de que la joven había sufrido un “ataque de pánico durante el vuelo, por lo que presionó un dispositivo que provocó el desprendimiento de su equipo”.
“Todos podemos cometer un error, por eso le dije que lo perdonaba y que entendía que no tuvo la intención de asesinarla, pero que era responsable y se tenía que hacer cargo de su muerte”, continuó.
Además pidió a Eduardo Deheza, instructor que volaba en otro parapente detrás de la médica al momento del incidente, “que declare lo que pasó”, porque pudo ver cuando su hija cayó.
Vargas opinó que la organización de Loma Bola Parapente, el lugar desde donde despegó la joven, “tiene también gran parte de la responsabilidad, ya que no cumple con las medidas de seguridad necesarias para realizar ese tipo de actividades”.
“Quiero que las personas que vayan a volar en parapente sepan que en Tucumán esa actividad implica un altísimo riesgo y que les puede pasar lo mismo que a mi hija por la negligencia de esta organización”, agregó.
El hombre afirmó que “el gobierno de la provincia también es responsable por no regular la actividad, que es promocionada en aeropuertos de distintas ciudades del país por el Ente Tucumán Turismo como una práctica segura”.
Respuesta oficial
Sin embargo, desde el Ministerio de Transporte aclararon que el marco de regulación de vuelo con aerodeslizadores, como parapentes y alas delta, es competencia de la Federación Argentina de Vuelo Libre (FAVL).
En cuanto a la investigación, la Fiscalía I, a cargo del caso, ordenó el peritaje del equipo de parapente que utilizó la joven y su celular, además de la búsqueda en la zona donde hallaron el cuerpo de una cámara con la que habría filmado los momentos previos a su salto y el vuelo.
“La fiscal me dijo que aún no hay novedades, que no se puede hacer nada durante la feria judicial”, dijo Vargas, quien reiteró su pedido para que “se investigue y no se olviden del caso”.
El hecho ocurrió el pasado viernes a las 16, cuando Natalia Vargas y un grupo de amigos decidieron volar en parapente en el cerro San Javier. Minutos después de haber iniciado el vuelo, la joven cayó desde unos 120 metros de altura.
Según informaron fuentes de la investigación, la médica cumplió con el procedimiento para concretar su vuelo: firmó el contrato de deslinde de responsabilidades que dispone el club, se puso el equipo pertinente -que incluye el arnés de seguridad-, y se subió al biplaza que manejaba el piloto Salazar.
Tras la caída, el ministro de Seguridad de Tucumán, Claudio Maley, organizó de inmediato un operativo de búsqueda en el que participaron efectivos del Grupo Cero, Bomberos, servicios médicos y la Unidad Regional Norte.
El cuerpo fue encontrado tras varias horas de búsqueda en medio de la vegetación y a unos 200 metros de la pista de despegue en Loma Bola, en el cerro San Javier, a 6,7 kilómetros de la capital tucumana.
Natalia era oriunda de la ciudad de Concepción y vivía hace tres años en Alemania, donde realizaba una residencia médica. Había viajado a la provincia para pasar las fiestas con su familia.