Sergio Ferrer
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Así se expresó la intendenta santotomesina durante la inauguración del servicio de agua potable de río, que la provincia proveerá a la ciudad a través del sistema del Acueducto Desvío Arijón. Al acto lo encabezó el gobernador Miguel Lifschitz, quien hizo hincapié en la “importancia histórica” de la obra.
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Este lunes, exactamente a las 12.33, con la apertura de la canilla de la cisterna principal que se encuentra situada en el Tanque de Agua Central de Santo Tomé, quedó en funcionamiento el servicio de agua potable provisto por el denominado Acueducto Desvío Arijón. Por medio de éste, la ciudad empezará a recibir un suministro proveniente directamente desde el río Corondá.
Tras las presentaciones protocolares de rigor, el gobernador Miguel Lifschitz, la intendenta Daniela Qüesta y el ministro de Infraestructura y Transporte, José Garibay, firmaron el convenio de provisión de agua a través del Sistema Acueducto Norte I Desvío Arijón, Departamentos La Capital y San Jerónimo (tal cual el nombre oficial de este emprendimiento). A través del mismo, Provincia se compromete a suministrar a la Municipalidad de Santo Tomé agua potabilizada, en cantidad y calidad suficiente, para cubrir el servicio de agua potable de la red de distribución que será alimentada desde los tres tanques cisternas construidos a tal fin: la Cisterna Norte (o Principal, en el Tanque de Agua Central), la Cisterna Sur (Vecinal General Paz) y la de Adelina Oeste. Por su parte, el municipio acepta el suministro de agua potable extraída de río y se compromete a realizar la distribución domiciliaria.
Al tomar la palabra, la intendenta Qüesta destacó que este servicio implica “un aporte concreto para mejorar la calidad de vida de los vecinos”. “Agua potable teníamos, pero agua de calidad no... A partir de ahora sí”, resaltó luego, sin dejar de diferenciar los dos procesos de potabilización, el viejo (de perforación y cloración) y este nuevo, con agua de río. También agradeció “profundamente al Gobierno de la provincia”, por “todo el apoyo, la comprensión y la paciencia”.
“Creánme, nos han aguantado de una manera increíble, porque somos intensos desde Santo Tomé cuando gestionamos alguna obra”, agregó. Como ejemplo, recordó que en el transcurso de los trabajos por el acueducto se incorporó una tercera cisterna (Adelina Oeste), no contemplada en el proyecto original. “Puedo asegurar que hemos sido escuchados y acompañados, por eso nuestro sincero agradecimiento”, acotó.
Momento histórico
Gracias al esfuerzo y financiamiento de la provincia, prosiguió la intendenta, se pueden lograr mejoras de envergadura que los municipios deben saber aprovechar. “Ello significa llegar con estos logros a la mayor cantidad de vecinos para que cada centavo de inversión, cada peso, cada millón, cada uno de los cientos de millones que invierta la provincia, puedan beneficiar a la mayor cantidad de vecinos posibles”, manifestó, no sin antes destacar a este como “un momento histórico” y catalogar a esta obra, en la cual ya se han invertido unos 850 millones de pesos, como parte de “una política de Estado en serio, de verdad, haciéndose cargo de los problemas, independientemente de quien está en el gobierno”.
A su turno, Lifschitz hizo notar que el día, con 36 a 37 grados de calor, era el más apropiado para poner en marcha un servicio de estas características. Asimismo, recordó que las primeras plantas potabilizadoras y primeros sistemas de agua potable en la provincia de Santa Fe surgieron a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, hace más de un siglo, en Rosario y Santa Fe.
Pero, como contrapartida, también remarcó que “en un siglo se avanzó poco, porque muy pocas ciudades se fueron incorporando a esa posibilidad de obtener agua de calidad y en cantidad suficiente, desde nuestra mejor fuente de provisión que es el río Paraná”.
“El resto de las 363 localidades de la provincia permanecieron durante casi cien años sin tener un sistema apropiado de provisión de agua potable”, agregó el gobernador, que también se refirió a la importancia de la sanción de la Ley del Agua, que establece que el agua es un derecho y que los gobiernos deben garantizar su acceso por medio de emprendimientos como éstos, que no sólo son muy importantes, sino que -además- reflejan “la forma de sentar las bases de una provincia moderna y desarrollada”.
Presencias
Además de Miguel Lifschitz, Daniela Qüesta y José Garibay, de la inauguración participaron —entre otros funcionarios y legisladores— el ex gobernador Antonio Bonfatti (presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia), el ministro provincial Pedro Morini (Obras Públicas) y los diputados provinciales Fabián Palo Oliver y Paco Garibaldi. También estuvo presente Sebastián Bonnet, titular de Aguas Santafesinas S.A. (Assa), la empresa que tendrá a su cargo la administración, operación y mantenimiento del servicio, así como Oscar Hugo Pintos, presidente del directorio del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress).
Explicación técnica
La explicación técnica de la obra estuvo a cargo del secretario de Aguas y Saneamiento de la Provincia, Cristian Martínez. En su descripción, Martínez enfatizó en que el acueducto consta de un tramo de agua cruda, con la toma sobre el río Corondá, desde donde se llega a la planta potabilizadora. En función de ello, en esta primera etapa se hizo un tren de potabilización con una capacidad de producción de más de 500 litros por segundos, es decir 2.000 metros cúbicos por hora.
Desde ese punto se distribuirá a las localidades de Desvío Arijón, Sauce Viejo y Santo Tomé, por un ducto de casi 30 kilómetros de longitud. Este primer centro de distribución alimenta a unas 12.000 conexiones, después se habilitarán los otros dos. Con los tres en servicio se llegará a un total de 15.000 conexiones, lo que significaría el beneficio unas 50.000 personas.
El Gobierno provincial ha invertido unos 850 millones de pesos en la obra, con la que considera que “se está saldando una deuda de años”.
El próximo 15 de febrero está prevista la licitación de la segunda etapa del acueducto, para llevar agua hasta Rafaela y ampliar su cobertura a otras ocho localidades más.