Danilo Chiapello
Los hechos se producen en viviendas particulares. Hay 60 familias afectadas. Reclaman mayor presencia policial.
Danilo Chiapello
Buscaban tranquilidad, pero hallaron exactamente lo contrario.
Son cerca de 60 familias que residen en Colastiné Norte y que desde hace un tiempo han perdido la paz a manos de la delincuencia.
Robos en viviendas y en vehículos particulares (incluidos algunos destrozos); “repentinas” muertes de mascotas; chicos amenazados en plena calle, son algunos de los males que han sumido en un estado de profundo desasosiego a los pobladores de esta localidad.
Perros muertos
* “Los problemas comenzaron durante el verano y la primera señal que advertimos fue el envenenamiento de animales”, dijeron hoy los vecinos en diálogo con El Litoral.
“De repente advertimos que los perros de algunas familias estaban muriendo de manera un tanto ‘extraña’. Decimos extraña porque eran muertes repentinas. Después supimos que esas mascotas habían sido envenenadas y que eso en realidad escondía una modalidad delictiva. Porque en los días posteriores a la muerte del animal, a esas viviendas les cortaron el alambrado y les entraron a robar”, explicaron.
* Otro de los consultados agregó que “después hubo casos de robos a plena luz del día. Ingresaron al patio de la casa. A mí me hicieron estallar los vidrios de mi camioneta y robaron las mochilas de mis hijos. Eso pasó a las 5 de la tarde”.
Evitar una desgracia
Más adelante indicaron que “ésta es una zona súper habitada y muy transitada. Con familias que residen de manera permanente. No es que hay casaquintas que se ocupan los fines de semana nomás”.
“Lo que nos preocupa es que se están intensificando los robos y también la impunidad. Porque los hechos se cometen a plena luz del día, sin temor a que los descubran,... en fin. No queremos que pasen cosas más graves. ¿Qué hacés si te encontrás con un ladrón en el patio de tu casa? ¿O si tu hijo viene caminando y para robarle la mochila le dan un puntazo?”, se preguntaron.
* Otra vecina apuntó que los robos no sólo son durante la noche, sino en gran parte del día. “Han entrado a casas donde había chicos de 11 y 12 años solos, porque sus padres habían ido a trabajar. Nosotros pensábamos que acá no era la locura que se vive en la ciudad, pero no, estamos igual. Los robos en las propiedades son permanentes. Tenemos un grupo de whatsapp donde todos los días alguien avisa ‘me robaron la bicicleta’; ‘me robaron la bomba’; me rompieron una ventana; y así...”.
Reunión con la policía
Esta mañana los vecinos mantuvieron una reunión con el jefe de la subcomisaría 4a.
* “Entregamos una gran cantidad de denuncias, porque hemos decidido hacer algo en común con los vecinos. También pedimos que equipen mejor a esa subcomisaría. Que tengan más personal, más vehículos, en definitiva una mejor logística para actuar. Y por último vamos a iniciar gestiones para que esa subcomisaría pase a ser comisaría, porque la jurisdicción que debe cuidar es muy grande.
Pedimos más presencia policial en la zona, pero nos dicen que eso es imposible porque tienen un solo móvil. Y muchas veces ese vehículo ni está acá porque queda afectado a operativos que se hacen en la ciudad”.
Acordamos que una vez por mes vamos a hacer una reunión de seguridad. Vamos a llamar al jefe de Zona y también al fiscal en turno. En un momento se nos dijo que iban a nombrar un fiscal de la costa, pero esto también quedó en la nada”, recordaron.
Un asentamiento en el ojo de la tormenta
Más adelante los vecinos apuntaron que en el ojo de la tormenta se encuentra un grupo de familias que usurpó unos terrenos formando un asentamiento irregular. Dicho asentamiento se ubica sobre calle Corondá, entre San Francisco de Asís y Callejón Bioquímico.
“En ese lugar se estableció un grupo familiar, pero como el terreno es muy grande les van vendiendo lotes a malvivientes que llegan desde la ciudad. Entonces ahora hay un foco desde donde parte toda la delincuencia que se sufre en Colastiné Norte. Allí se cometen todo tipo de delitos; venta de motos robadas; venta de drogas, amenazas con armas de fuego, etc.”, aseguraron.
Por último se quejaron porque “el Estado está ausente. Acá no toman cartas ni el municipio, ni la provincia, ni nadie. Hemos tocado todas las puertas y nadie se ocupa. El asentamiento no tiene gran antigüedad, comenzó hace 2 años nomás. Pero como nadie actúa sigue creciendo cada vez más. Y eso es lo que ahora tiene acosado a todo el barrio”, cerraron.
Gestiones
“Vamos a ir a hablar con el fiscal regional y también con el concejal Martínez Kerz que vive acá. Él ya inició algunas gestiones. Por ejemplo se avanzó con el desmalezamiento de algunos terrenos que eran lugares donde se ‘fondeaban’ cosas robadas. Pero hace falta más”, dijeron los denunciantes.