Domingo Sahda
Domingo Sahda
Recientemente fue abierta para su apreciación pública una exposición de trabajos plásticos resueltos en el plano pictórico bidimensional y en el volumen espacial creados por el artista plástico Eduardo Élgotas, colección a la vista en las salas del Museo de Arte Contemporáneo (MAC/UNL, bulevar Gálvez 1578), muestra que lleva por título “Manuscriptos Élgotas”. La muestra citada se recorta como manifestación de intensa subjetividad en obras de arte de particular configuración expresiva, de calidad manifiesta, con proyección y pertenencia propias del aliento creador de un auténtico creador que hizo del Lenguaje Visual un puente-vínculo sociocultural, cuya calidad y envergadura pone de manifiesto que el llamado “Lenguaje visual” cobra proyección universal sin fisuras, ajeno a cualquier “cursilería” autoasumida como “contemporaneidad”-.
El excelente catálogo de mano, con texto introductorio de la directora del MAC, al que se le suman otros textos de las profesoras Nydia Maidana, Alicia Galoppo y del artista plástico Kasutaka Ishikawa permite una valoración profunda de la creación artística a la vista, deviniendo el mismo impreso en una suerte de documento de proyección global.
El rigor de todas y cada una de las obras a la vista permite la apreciación valorativa y la trayectoria de quien articuló un vínculo personal, un camino expresivo propio destacando en el horizonte del Arte con perfiles propios.
Pinturas directas, la materia cromática sobre el plano que registran no sólo el gesto certero en el desarrollo del plano sino, también, en la construcción y cromatización de imágenes tridimensionales, acoplando formas planas a volúmenes, definiendo un imaginario propio de la poética expresionista que sin dudas enriquece el acervo cultural de nuestra contemporaneidad.
“Sombríos matices se contraponen a restallantes resplandores con resonancia de grito lanzado al espacio. Mirada admonitoria que detecta, transcribe y señala con la secreta esperanza de alumbrar amaneceres resplandecientes, hace de su hacer artístico un arma de batalla. Su pintura no es ornamento. Es descarnado testimonio social. Inmerso en el tráfago cotidiano entiende al arte como un lenguaje en el que amalgama un qué y un cómo comprometidos con su tiempo, con su conciencia, con el territorio en el cual va destilando su impronta de artista.
Sabio en su oficio, exigente hasta la obsesiva perseverancia por el logro buscado sin prisa alguna, sin pausa justificatoria, ha definido un camino de la forma y el color propios, sin parentescos subsidiarios. Es él mismo, de modo constante, de tal modo que su obra es él mismo, así como él mismo es su obra.
Dolido testigo social, poeta de agridulce resonancia, meticuloso trabajador del arte, febril constructor de ídolos de mordaz alusión, Eduardo Élgotas, el creador, teje paso a paso su testimonio en el telar del tiempo con la fuerza de la apasionada entrega ennobleciendo la cultura visual del arte santafesino”. (Domingo Sahda, “Creadores Santafesinos”, julio 2008).