Enrique Cruz (h)
Horacio Elizondo reconoció que Unión fue perjudicado en los partidos contra San Martín de San Juan y Argentinos Juniors. Habló de Madelón y dijo que “su reacción el domingo, reclamando algo de Beligoy, fue una gota que rebasó el vaso”.
Enrique Cruz (h)
Es un tipo frontal Elizondo. Unión lo sabe más que nadie. Había pasado muchísimo tiempo, años diría, de aquél recordado partido con Newell’s en el Apertura 96 cuando le cobró un penal en contra por una supuesta mano de Lautaro Trullet que no fue. Y Elizondo, pasado mucho tiempo, le seguía pidiendo disculpas a todo Unión, empezando por el propio Lautaro, que había salvado en la línea una situación de gol. Y no es común escuchar al director de la escuela arbitral, que además llegó a la meca de haber dirigido una final de un Mundial (la del 2006, cuando echó a Zidane), reconocer que se estaban equivocando seguido con Unión. Una autocrítica que no siempre se escucha en otros actores de este bendito fútbol argentino.
—¿Es así Horacio?, ¿reconoce que los arbitrajes están perjudicando a Unión?
—Sí, por supuesto. Está bueno resaltarlo, remarcarlo y decirle a la gente que estamos detectando errores que la ponen de mal humor y es algo lógico y comprensible. Y siempre es bueno que a estas cosas nos lo hagan saber. Nos pasó con Unión, nos pasó en la fecha 16 cuando hubo muchos errores en general, nos pasó con River y hasta nos pasó con Colón, antes del corte del torneo en diciembre, en dos partidos en los cuáles no estuvimos bien con ese club.
—¿Cómo tomó aquellas declaraciones de Madelón luego del partido, cuando lo mencionó?
—Madelón habrá explotado porque hubo una gota que rebasó el vaso. Hay gente que está convencida de que el error de un árbitro es el que te hace ganar o perder un partido, pero si hacés un recorrido, en 90 minutos no sólo se equivocan los árbitros, sino los jugadores y los técnicos, porque también son humanos. Pero no tengo dudas que lo de Leo fue por una bronca que se venía acumulando.
—Vigliano y Lamolina fueron los árbitros con San Martín de San Juan y Argentinos Juniors, respectivamente. ¿Esos fueron errores determinantes?
—Sí. Cuando hay errores que tienen que ver con un gol o un penal, son determinantes. Mauro Vigliano no pudo captar una jugada sobre el final del partido con San Martín, con el Droopy Gómez, que era penal. Y Lamolina le cobró un penal a Argentinos Juniors, el primero de los dos que sancionó, que no fue. Son errores que pesan en el resultado.
—¿Cómo se interpretó lo de Penel en Independiente-Boca?
—El fútbol es un ámbito en el que parece que cualquiera puede decir cualquier cosa. Este fin de semana pasó en Independiente-Boca. Penel dirigió muy bien, hubo una jugada fatal y todos estamos viendo todavía si fue o no fue penal. Parece que pega en la mano pero ninguna imagen lo demuestra. Se generó una polémica tremenda en torno a eso. No se termina de interpretar que el error de cualquiera de los que está adentro de una cancha, es una circunstancia del juego. Los árbitros no tenemos hinchada y esa es la explicación que tengo a mano para entender tantas críticas, pero también veo que se le está entrando muy fuerte al jugador y al técnico. Veo que se hacen evaluaciones superficiales y dramáticas, a veces violentas. No se tiene reparo absolutamente en nada.
—¿Por qué Penel va a dirigir a la B Nacional?
—El partido de Quilmes con Boca Unidos es importante por el partido en sí. Tenemos 23 árbitros, hay que ver los momentos de ellos y el momento de los torneos. Hoy hay una pelea muy fuerte por entrar a las copas. ¿Cómo hacés para sacarlos de la línea de fuego si se equivocan?, ¿lo sacás de circulación?, ¿los ponés con el temor de que vuelvan a equivocarse?. Entonces, Penel y Trucco van a la B Nacional a partidos importantes, los saco de la línea de fuego y los tengo bien para las fechas que se vienen porque los necesito. Es algo parecido a lo que puede pasar en un plantel entre el técnico y los jugadores.
—Volviendo a la actuación de Beligoy ante San Martín, ¿cómo la evalúa?
—Madelón dice que tendría que haber vuelto atrás la jugada cuando se le cometió una infracción a Fragapane. Dio la ventaja porque pensó que era clara, no salió como todos pensaban que podía salir. Pero él se queja de una amarilla a un jugador, el que le cometió la supuesta falta, que no estaba amonestado. Es un error que no es importante. Insisto que lo de Leonardo va más allá, fue la gota que rebasó un vaso que venía casi lleno de antes. Lo de Beligoy fue pequeño, Madelón saltó por lo de antes.
—El domingo, Echenique dirigió a Colón. Más allá de las jugadas de los goles de Colón, ¿vio la acción de Vismara contra Estigarribia?
—La jugada de Vismara fue muy analizada por nosotros. Tuvimos discusiones. Es importante discernir si fue una patada o una zancadilla. La patada es a golpear, la zancadilla es a poner la pierna para derribar. Cambia el color de la tarjeta. Vismara va con la pierna arriba y puede haber un toque. Es una jugada discutible y quizás en nuestro fútbol tengamos grabado en la matriz que esa jugada es roja. No por un error lo vamos a colgar en la plaza. Si los errores no fueron determinantes, ¿por qué no puede salir a la cancha en el próximo partido?
—¿Y lo del asistente Verlotta en los goles de Colón?
—Uff... ¿Qué jugadas tuvo ese chico?... Nosotros le dimos la derecha en la primera porque es muy finita, son cuestiones de pocos centímetros, casi imperceptible. Esta fue la del gol de Estigarribia. En la segunda, la del gol de Correa, hay un gran acierto conceptual. El balón va a un jugador adelantado, pero un compañero, que es Correa, le gana la posición. No hubo interferencia en el juego porque el que estaba adelantado no la agarró, ni interferencia a un adversario porque no molestó a ningún rival.
—Ceballos dijo el otro día que el VAR hubiese salvado su carrera. ¿Coincide?
—Hubo goles anulados que se pudieron haber visto y el VAR lo hubiese corregido, como así también en el penal que vio y era afuera. Sí, no tengo dudas que el VAR lo hubiese ayudado.
—¿Cómo es el sistema de sorteo o designaciones, Horacio?
—La lógica que tenemos es cómo están, el día a día y qué tenemos para adelante. Vamos armando una especie de mapa y poniendo a nuestros “jugadores” de acuerdo al rendimiento que vienen trayendo. Es un trabajo complicado, no es fácil, los 23 quieren jugar y son 14 partidos. Pero el análisis que se hace es superior.
—Vamos al partido de Boca-Newell’s, ¿por qué Pompei?
—Todos están convencidos que es el partido más importante, pero faltan tres fechas más, no es un partido que defina todo. Tengo a Pitana y a Vigliano en un seminario cerca de Florencia. Tengo a Delfino sumamente agotado porque dirigió cinco partidos muy estresantes que dirigió en Superliga y el martes tuvo una designación por Conmebol. A Delfino lo hacemos descansar para tenerlo entero para lo que resta del torneo. Pompei dirigió 19 fechas de la Superliga. Les pregunto: ¿escucharon que estuvo en el eje de alguna polémica?
—No... Lo que se vé es que a Pompei se lo critica porque sí...
—Pompei está en un momento importante, tiene 50 años y tengo admiración por él. Tiene más resistencia física que muchos pibes. Posiblemente sea la última temporada y el de Boca es un partido en el que tiene la experiencia y capacidad para manejarlo. Me parece muy interesante para Boca-Newell’s. No puedo quemar las naves y quedarme sin “jugadores” para las tres fechas que faltan. Fijate la final de la Supercopa...
—La de Boca-River en Mendoza, ¿qué pasó?
—Empezamos en enero con ese partido y si haces un seguimiento de las designaciones, ninguno de los tres que estaba nominado jugó Boca o River hasta que empecé a deshojar la margarita y los dos que quedaron afuera, aparecieron dirigiendo a Boca y River, pero era porque ya tenía el hombre elegido. ¿Qué pasaba si a los tres los hacía jugar Boca o River y se equivocaban?, me quedaba sin árbitros.
—Dirigió Loustau. ¿Quiénes eran los otros dos?
—Rapallini y Pitana.
—¿Cómo puede equivocarse Hernán Maidana, que irá a su tercer Mundial, en una jugada como la del partido de Quilmes?
—Es una jugada rápida y la pelota va para atrás, Maidana corrió y no podía llegar nunca hasta la línea de fondo. Lo agarró a unos 11 o 12 metros del final de la cancha. Lo llamé y le dije: “Hernán vos tenés una referencia que es el cuerpo del jugador afuera de la línea de meta, ¿cómo no lo viste?”. Entonces, ¿qué hizo?, fue de vuelta a la cancha, estaban las luces encendidas y sacó una foto desde el lugar en el que lo sorprendió la jugada. La cancha de Quilmes está bombeada y la bajada hace que desde el otro lado no se pueda ver la línea opuesta. ¿Se entiende?. La de Independiente era así también.
Y así se llegó al final de la charla en La Primera de Sol, con un “bonus track” en el que Elizondo, apasionadamente, se “prendió”: la jugada del penal que le dan en el final del partido al Real Madrid contra la Juventus. “Para mí fue penal, pero lo digo desde la comodidad de mi sillón y viendo la jugada un montón de veces. El árbitro tiene que pitar en el momento y desde su posición, que no es la misma que la que tenemos mirando por TV. Y otra cosa: el VAR no hubiese ayudado. El VAR es para errores claros y obvios. No fue este el caso”.