Pablo Rodríguez | Mirador Provincial
Construirla llevó un año. Su inventor, tuvo que superar la marca de un canadiense de 5,10 metros. Para alzarse con el récord, la bici recorrió 30 metros. Aun se puede ver a la vera de la Ruta Nacional Nº 8 y Colón, donde se exhibe.
Pablo Rodríguez | Mirador Provincial
Con la particularidad de haber llegado al Libro Guinness de los records mundiales, una bicicleta instalada a vera de la Ruta Nacional N° 8 en Venado Tuerto, continúa siendo la “más grande del mundo”. Para alcanzar el preciado “galardón”, su inventor, Oscar Lerdez, tuvo que llevarla a la calle en febrero del 2007. Es decir: la bici anda y se puede usar.
Mide 5,50 metros de alto y tiene 9,50 de largo. Pesa 100 kilogramos y se exhibe en Ruta 8, entre Colón y Brown. Lerdez tardó un año en fabricarla. Lo más difícil fueron las ruedas, moldearlas y hacer rayo por rayo. Las cubiertas son macizas como las utilizadas por las sillas de ruedas y tiene 3,10 de altura.
Su creador, durante mucho tiempo fabricó bicicletas “raras”, por lo que buscó crear algo distinto. Tuvo en cuenta de que en Canadá una persona ingresó al Guinness por fabricar la bicicleta más alta del mundo (5,10 metros de alto) y tomó esa idea con la intención de superar la marca.
Lo más simple, fue el cuadro que lo tuvo listo en 2 meses. El día que la terminó de armar, la probó y anduvo unos 30 metros, donde fue difícil mantener el equilibrio ya que se balancea para ambos lados: “Es frágil y movediza, como un flan para que tengan una idea. Cuesta llevar el ritmo. Por eso para que ande me empujaron y superé la marca que habíamos hecho sobre la calle. Está todo documentado”, contó en exclusiva a Mirador Provincial su creador.
Para llegar al Guinness, Lerdez tuvo que inscribirse, firmar un contrato, mandar fotos de cada paso y por último una filmación con la bicicleta finalizada y en funcionamiento. A pesar de establecer el récord, Lerdez nunca recibió otro reconocimiento, ni a nivel local, provincial o nacional por su logro.
“Tenía muchos proyectos más. Pero eran todas cosas chicas. Quería algo que llame la atención, como la bici más grande del mundo. Verla hecha me llenó de satisfacción. La gente hasta el día de hoy se sigue sacando fotos. Y cuando les cuento que yo la hice, no me creen”. Y amplió: “Siempre me gusto hacer cosas raras. Me gusta mucho lo que es distinto a lo común”.
También había hecho una bici para andar en el agua, una eléctrica con taladro de 12 voltios y batería a tracción delantera. “Era una risa. Todo el mundo corría o caminaba y yo andaba en bicicleta eléctrica”, dijo.
En el momento de mayor difusión, recuerda que muchas comunas y municipios se la pedían para mostrarla. “La llevaba en un carro con la camioneta. Pero después paso el furor y ya no quiero llevarla o volver a andar”, sostuvo. Y agregó: “Mi invento creo que es un ‘símbolo de la ciudad’ al que me gustaría que le den más importancia o interés”.
Actualmente, está fabricando un triciclo de 14,50 metros de alto, por 12 de largo y 10 de ancho. Terminó las ruedas y horquillas. Le falta el cuadro y necesita ayuda por la altura, una pluma y espacio donde guardarlo.
“Una vez me ofrecieron un auto a cambio de la bici. Pero no puedo venderla. Es como tener un chico. No lo voy a canjear por nada. Me da lástima. Si algún día la tuviese que vender lo hago, pero ahora no”.