Eugenia Delorenzi | [email protected]
En Concepción del Uruguay funciona hace siete años un taller de básquet en silla de ruedas. La incansable lucha por incluir a los deportistas con capacidades diferentes los llevó a ser elegidos para dar a conocer su historia en la televisión nacional.
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El deporte adaptado es todavía en algunas localidades, sobre todo del interior de Entre Ríos, una realidad incipiente. Sin ir más lejos, recién en 2009 surgió como un proyecto en Concepción del Uruguay, y en 2011 comenzó su actividad específicamente en relación al básquet.
Luego de varios años de incansable lucha que habla de deporte, inclusión y costosos equipos, el taller fue elegido como posible “sueño a cumplir” dentro de un reconocido programa televisivo a nivel nacional, conducido por Marcelo Tinelli.
En este contexto, en una entrevista con Mirador Entre Ríos, el profesor Joaquín Erramuspe, referente del proyecto y entrenador del taller de básquet adaptado, contó el desarrollo, los logros y las necesidades del equipo.
Respecto a su acercamiento al deporte adaptado, poco conocido a nivel profesional en la zona en su entonces, Joaquín contó: “Con el básquet adaptado estoy vinculado desde que comencé la carrera como estudiante del Profesorado de Educación Física en Santa Fe, donde se encuentra el Centro de Integración Libre y Solidario de Argentina (CILSA), una ONG que se dedica a hacer ayudas ortopédicas para personas con discapacidad. Allí se practicaba básquet y tenis en sillas de ruedas y fútbol para ciegos, y el instituto donde yo estudiaba había lanzado un voluntariado que se llamaba ‘aprendiendo a enseñar deportes adaptados’. Ahí me acerqué al deporte adaptado, siempre pensando en poder traer a Concepción del Uruguay algo de eso, sin saber cómo me iba a ir”, recordó.
El desafío
Joaquín presentó un proyecto a la Municipalidad de La Histórica para hacerlo realidad. “En 2009 me aprobaron el proyecto y ahí empezamos despacito, al principio trabajamos con personas con discapacidad visual haciendo algo de caminatas aeróbicas, participando de maratones”, indicó.
Pero también su anhelo era instalar deportes para personas con discapacidad motriz, como básquet o tenis en sillas de ruedas, pero la traba era que son deportes caros. “Mientras que alguien para jugar al básquet convencional tiene que comprarse unas zapatillas, que según el tipo y la marca pueden costar entre $ 1000 y $ 3000, una silla de ruedas de fabricación nacional, y de las más económicas cuesta alrededor de $ 35.000, entonces es muy difícil”, ejemplificó.
Ahora bien, en 2011 el municipio a través de la Ley de Cheques del Conadis logró conseguir unas sillas de ruedas pre-deportivas, que se acercan a la realidad, pero que todavía están lejos. “En ese momento nos servía igual porque eran todos niños de entre 6 a 12 años. Hoy esos chicos ya tienen entre 16 y 19, y nos están quedando un poco cortas esas sillas, es decir no nos permiten poder desarrollar el deporte con la mayor calidad posible”, explicó el docente y añadió: “Entonces en función de eso sabemos que es muy difícil poder ir a solicitar ocho sillas de ruedas a un municipio o una empresa, porque las que estamos necesitando valen en total más de $ 300.000”.
Más que un deporte
Desde el inicio a esta parte el equipo fue en constante crecimiento: “Comenzamos con 5 nenes y hoy estamos con 12 chicos entre 6 y 12 años, y tenemos otro grupo de 12 personas de entre 14 y 50 años”, dijo Erramuspe.
Respecto de la realidad del deporte comentó: “Lo que tiene el deporte adaptado y sobre todo el que es en conjunto, a diferencia del convencional, es que el papá y la mamá no lo va a sentar a hacer básquet a su hijo de 8 años en la silla de ruedas con todos de la misma edad, el deporte adaptado es mucho más heterogéneo, y dentro de esa heterogeneidad hemos podido formar dos grupos en el que coinciden intereses y necesidades bien focalizados”.
Este año, desde el taller presentaron a los intendentes de Concepción del Uruguay y Villa Elisa un proyecto en conjunto, para formar un equipo de básquet adaptado que represente a estas localidades a nivel nacional en la tercera categoría de la Liga Nacional, y así empezar a competir.
“También con los más chicos hemos viajado en junio a Santa Fe, tuvimos la posibilidad de que los chicos fueran entrenados por el entrenador de la Selección Argentina”, señaló y destacó: “También los chicos han viajado por primera vez solos sin sus papás, son todas cosas que ayudan al desarrollo integral de la persona. No sólo desde lo deportivo, sino desde lo social, lo humano y ser independiente”.
La ilusión de seguir creciendo
Ahora Joaquín y todo el equipo fueron seleccionados para cumplirles un sueño (si resultaran ser ganadores) del programa Bailando 2018. Sobre esta novedad el entrenador sostuvo: “Los chicos están muy ilusionados, y creo que algunos padres mucho más. Tratamos de bajarles la ansiedad porque si llegamos al final bienvenido sea, pero si no llegamos, es una puerta que se abrió, que nos ayudará a visibilizar nuestro trabajo y que quizás conozcamos gente que quiera ayudarnos”.
En relación al sueño del equipo el entrenador dijo que llegar a una Liga Nacional “no es poca cosa, pero sin dudas es una necesidad contar con silla de ruedas para que los chicos puedan practicar el deporte de la mejor forma posible, con mayor naturalidad”, destacó y agregó: “Por ejemplo, cuando vamos a jugar un torneo con la Liga, nosotros hoy tenemos 8 sillas que pertenecen a la Municipalidad de Villa Elisa que fueron hechas en el corralón de manera casera por un herrero de allá, pero son de fierro y pesan una tonelada y nos encontramos con sillas de ruedas que son de fibra de carbono y pesan menos de diez kilos y las nuestras unos 40. Entonces siempre estamos en desventaja deportiva”.
Por último, el profesor agradeció por el apoyo durante seis años de distintas dirigencias políticas, a María Rosa Pinget y Ángel Salamoninide, del área de Discapacidad de Concepción del Uruguay , “sin ellos sería muy difícil sostener una Liga Nacional de básquet sobre silla de ruedas, entre otras cosas. Y tampoco podríamos viajar si no fuera por el gran compromiso y dedicación del chófer Rubén Ayala”, concluyó.