Enrique Cruz (h)
Si Independiente construyó la goleada en el final, fue porque recién tuvo eficacia en la parte decisiva y Burián volvió a atajar un penal. Lo echaron a Alan Ruiz, que no estaba haciendo nada. De lo bueno que se vio ante San Lorenzo, no se repitió nada.
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Buenos Aires)
Si esa lectura lavada y hasta superficial de los protagonistas sirve o alcanza, se le van a encontrar justificativos a Colón. Pero no se comparte. Jugó con uno menos por la expulsión de Alan Ruiz cuando, en realidad, esta actualidad de Alan Ruiz no es desde hace mucho tiempo un aporte que le sirva al equipo. No juega de delantero, como el técnico lo ha dicho. No le da claridad al juego. No tiene un soporte físico que lo acompañe. Y de paso, deja al equipo con diez jugadores en un momento crítico.
Esa lectura lavada y hasta superficial, se argumenta en un par de cuestiones muy discutibles. Que Colón tuvo un pasaje del primer tiempo en el que emparejó el partido, es cierto. Pero no alcanza. Independiente siempre dio muestras de superioridad. Utilizó bien los laterales. Sánchez Miño fue imparable para Chancalay. Y acá hay otra falla del técnico.
No sólo que las oportunidades para Chancalay no abundan con Domínguez, sino que además lo pone a correr la subida de Sánchez Miño, que se convirtió en una de las grandes figuras del partido. Pero Independiente también ocupó bien la otra punta (alternando a Braian Romero y a Verón en su utilización) y tuvo más energía que Colón para presionar y empujar al rival.
Colón pretendió contraponer orden. Durante media hora lo logró, pero nunca llegó realmente a manejar el partido.
Mientras Campaña se preocupaba por un remate de Fritzler entrando al área, el travesaño lo salvaba a Burián por un cabezazo de Braian Romero que se repitió luego del gol, también de cabeza, que dejó al desnudo uno de los grandes problemas que tiene este equipo: le están cabeceando demasiado en el área.
Con uno menos y perdiendo, Colón apostó a una jugada que empareje el resultado y casi lo consigue, cuando le quedó a Leguizamón de cabeza, motivando una gran atajada de Campaña. Pero el penal atajado por Burián y un par de buenas atajadas del arquero, más el despliegue de siempre de Fritzler, era lo único que el equipo tenía para ofrecer y mantener así a Independiente a tiro en cuanto al resultado, pero muy lejos en el trámite, que ya en el segundo tiempo fue totalmente favorable al local.
Las diferencias de velocidad se hacían notorias. Domínguez sacó a Chancalay para ponerlo a Heredia; después a Mariano González para tratar de detener de alguna forma la subida constante de Sánchez Miño, pero ya a esta altura, Holan contestaba con un Silvio Romero desequilibrante. La superioridad en el trámite no se traslucía en el resultado hasta el final, cuando llegaron los dos goles que pusieron más realidad matemática a la que, futbolísticamente, se venía construyendo desde hacía mucho tiempo.
Colón tiró por la borda lo que había hecho bien ante San Lorenzo. Y hay cosas que el equipo ha perdido y que preocupan. Sobre todo esa solidez defensiva que antes alcanzaba para lograr resultados. Le cabecean demasiado y le convierten muchos goles. Si Domínguez no advierte esto rápidamente, las complicaciones agravarán un momento en el que los dos partidos con San Pablo siguen sosteniendo, casi de manera milagrosa, una estructura que no termina de armarse.
El DT se ha empecinado en mantener titularidades sin ninguna justificación, como la de Alan Ruiz. Y no hace nada para cambiarlo, para indicarle de qué manera puede ser más productivo para el equipo. Sus cambios permanentes tampoco ayudan. Y a veces quedan muy expuestas la lentitud de algunos jugadores.
Volviendo al principio, los protagonistas buscaron justificaciones y un análisis lavado de un partido en el que a Colón lo superaron. No es que se haya desmoronado todo por la expulsión; o que la falta de precisión o el no aprovechamiento de situaciones, haya desembocado en la derrota. Colón perdió porque se encontró con un equipo que jugó mejor, que lo apretó, que aprovechó sus debilidades defensivas, que mostró más ritmo, más carácter y mejor juego. Fue así. Un nuevo retroceso de un equipo al que le cuesta ser equipo.
Independiente 3 - Colón 0
Independiente: Campaña; Asis, Brítez, Burdisso y Sánchez Miño; Domingo y Gaibor; Braian Romero, Cerutti y Verón; Gigliotti.
Estuvieron en el banco: Álvarez (AS), Silva, Mercado y Molina.
D.T.: Ariel Holan.
Colón: Burián; Toledo, Godoy, Ortiz y Clemente Rodríguez; Chancalay, Fritzler, Estigarribia y Mariano González; Ruiz y Leguizamón.
Estuvieron en el banco: Chicco (AS), Olivera, Bastía y Bueno.
D.T.: Eduardo Domínguez.
Goles: en el primer tiempo, a los 32 m Gigliotti (I). En el complemento, a los 40 m Silvio Romero (I) y a los 43 m Gigliotti (I).
Cambios: en el segundo tiempo, a los 10 m Heredia (C) por Chancalay; a los 23 m Brian Galván (C) por Mariano González; a los 26 m Franco (I) por Asis; a los 32 m Chaves (C) por Clemente Rodríguez y a los 36 m Benavídez (I) por Cerutti y Silvio Romero (I) por Verón.
Incidencias: en el primer tiempo, a los 45 m expulsado Ruiz por doble amarilla. En el complemento, a los 9 m Burián (C) le atajó un penal a Gigliotti (I).
Amonestados en Colón: Godoy, Fritzler y Ruiz.
Cancha: Independiente.
Árbitro: Darío Herrera.
Bajo la lupa
BURIÁN (6): Poco y nada que hacer en los goles. Atajó un penal y eso mantuvo a Colón a tiro, pero sólo por la ínfima diferencia en el resultado. En el trámite casi siempre estuvo lejos.
TOLEDO (4): Complicaciones defensivas que nacían desde más adelante por la falta de marca para las subidas de Sánchez Miño. Se proyectó un poco más en el primer tiempo.
GODOY (5): Ordenado y sin complicarse. Tuvo buenas y malas dentro de un funcionamiento defensivo con fisuras.
ORTIZ (4): Descolocado en algunas jugadas, cometió un penal y estuvo muy lejos de ese nivel parejo y aceptable de casi siempre.
CLEMENTE RODRÍGUEZ (4): Muy complicado, máxime a medida que fue pasando el tiempo y que comenzaron a desbordarlo en base a velocidad. Le ganaron bastante las espaldas y también en el mano a mano.
CHANCALAY (4): Domínguez lo mandó al “muere” teniendo que marcar la subida de Sánchez Miño. Es un jugador que debe estar para otra cosa y no para correr a los rivales.
FRITZLER (5): Otro de los pocos que se pueden rescatar, como ocurre casi siempre. A veces quedó desairado por la velocidad que imponía Independiente en las réplicas, cada vez que recuperaba la pelota.
ESTIGARRIBIA (5): Arrancó de doble cinco y terminó por izquierda. No estuvo a la altura de otros partidos.
GONZÁLEZ (4): Echó por tierra lo bueno que había hecho ante San Lorenzo. Empezó por izquierda y terminó por derecha. Escaso aporte con la pelota en los pies, que es su fuerte.
RUIZ (2): Estaba jugando mal y, para colmo de esos males, cometió una doble falta pasible de amarilla y se fue expulsado. Hace rato que debía salir del equipo.
LEGUIZAMÓN (4): Tuvo un par de situaciones en el segundo tiempo, de cabeza ambas, que no pudo aprovechar. Ausente en el primer tiempo.
HEREDIA (4): Muy poco aporte. Se paró delante de Fritzler. Según explicó Domínguez, su ingreso fue para mejorar en la marca. Y el equipo perdía.
GALVÁN (5): Hizo algo más que muchos de los que estaban adentro de la cancha. Se paró por izquierda para molestar y preocupar a Sánchez Miño, de permanente subida al ataque.
CHAVES (-): Muy poca participación en el juego.