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El ministro de Justicia deslizó que hay “privilegios” a la hora de juzgar e investigar a delincuentes de cuello blanco. Su par de Seguridad confesó que siente “impotencia” ante la decisión del magistrado.
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El ministro de Justicia, Ricardo Silberstein, reprochó públicamente el accionar de los magistrados provinciales, cuando se trata de investigar a “poderosos” o delincuentes de “cuello blanco”. Fue a propósito de la decisión del juez de Venado Tuerto, Benjamín Révori, de dejar en libertad a los 15 imputados de la denominada “megaestafa” que involucró a abogados, escribanos y otros profesionales en una operatoria que se dedicaba a adueñarse de manera irregular de campos y propiedades inmobiliarias por más de mil millones de pesos.
“Les estamos dando pasto a aquellos que plantean que el sistema penal solamente agarra a los más pobres”, dijo el funcionario en conferencia de prensa. “Los fallos son actos públicos que tienen un contenido político. Son actos de comunicación simbólica a la sociedad ¿Qué puede ver la sociedad sobre estos fallos en los que las organizaciones criminales que cometen este tipo de delitos, donde se prueba que tratan de parar y manejar las causas; que tienen una enorme capacidad de adulteración y de trabar las investigaciones y, sin embargo, quedan en libertad? ¿Tienen un trato privilegiado?”, se preguntó.
Sin ingenuidad
Indignado, Silberstein consideró que “el sistema penal argentino es particularmente benévolo cuando hay estructuras de poder, sobre todo si hay abogados y escribanos involucrados. No puede haber una interpretación ingenua ni descontextualizada de las leyes. Cuando usted tiene una organización criminal, no puede tratar la prisión preventiva de la misma manera que cuando está tratando un delito individual”, alertó. “Una persona -alertó- tiene muchísimo menos capacidad para poder adulterar e incidir en el desarrollo de un proceso, pero acá se trata de una organización criminal donde hay 30 ó 40 personas, de alta capacidad intelectual y económica, que han manejado miles de millones de pesos, lo que les da la posibilidad de poder entorpecer la investigación e incidir sobre testigos. Si uno no diferencia eso, realmente estamos teniendo una interpretación ingenua del proceso penal”.
Consultado por El Litoral sobre si existe en la Justicia una actitud deliberada para impartir dicho trato privilegiado, el ministro respondió que “los tratados de derecho penal, dentro del agnosticismo punitivo o dentro del abolicionismo, están llenos de casos donde generalmente los delincuentes de cuello blanco son tratados de una manera mucho más benévola que otros sectores más vulnerables. Creo que el derecho penal debe ser igual para todos. No comparto con aquellos que hablan del agnosticismo punitivo, pero tampoco el trato benévolo”, se quejó.
—¿Es una situación que genera impunidad? -insistió este diario.
—No tenga la menor duda.
Pullaro, también
También el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, criticó la decisión de Révori. “Da impotencia que ante tanta prueba contundente, resultado del trabajo de investigación que se realizó con el Ministerio Público de la Acusación para desbaratar a esta banda de guantes blancos, un juez decida que sigan libres”, reprochó. En el mismo sentido que Silberstein, Pullaro opinó que “a estas organizaciones delictivas hay que atacarlas y caerles con todo el peso de la ley porque muchas veces pareciera que sólo cae el ladrón de bicicletas. No queremos impunidad para nadie. Todos los poderes debemos entender que la sociedad nos pide señales claras de lucha contra las mafias. La medida del juez produce preocupación. Estuve en Venado Tuerto en las últimas horas y no hubo persona con la que me crucé que no mencionara el tema y me pidiera por favor que no queden impunes”, sentenció.