Joaquín Fidalgo
Los jueces del tribunal, por mayoría, lo sentenciaron a 15 años. Los fiscales habían pedido 28. El presunto criminal seguirá en libertad hasta que la condena quede firme, según dispusieron los magistrados.
Joaquín Fidalgo
Gabriel Ignacio Chialva tenía 23 años cuando fue asesinado, en febrero de 2016. Fue ejecutado por la espalda, cobardemente, a quemarropa. Lo acribillaron a balazos con una pistola calibre 9 milímetros. Lo mataron dentro de su propia casa, en la cuadra de calle Bolivia al 4000, en el barrio Barranquitas, en la zona oeste de la ciudad de Santa Fe. Por ese crimen, se realizó este mes un juicio oral y público que llegó a su fin este miércoles, cuando el tribunal halló culpable al único acusado, Cristian Sebastián Ruiz, un joven de 27 años oriundo de Villa Hipódromo.
Chialva trabajaba como contratado en la Legislatura provincial y el día que murió había sido nombrado en la planta permanente. Su padre, Luis, no tiene consuelo. “Mi hijo era un muchacho que amaba estar con su familia, con sus amigos. Sólo deseaba vivir la vida, con felicidad. Era una persona muy especial. Tenía una relación muy especial con su madre, mi esposa que ya falleció. Él era de esos chicos que le llevan flores a la mamá”, recordó el hombre luego de conocer la sentencia.
En un fallo dividido, los jueces sentenciaron a Ruíz a la pena de 15 años de prisión efectiva, pero desestimaron un pedido de prisión preventiva de la fiscalía. El condenado -que tiene como defensor al penalista Néstor Darío Pereyra- llegó en libertad al proceso oral y continuará de la misma forma hasta que el fallo quede firme, según dispusieron los magistrados. El monto de la pena es mucho menor que el que solicitaron en su momento los fiscales del caso, Jorge Nessier y Cristina Ferraro, quienes señalaron que aguardarán a que se conozcan los fundamentos de los jueces para evaluar una posible apelación.
>>> La pena fue impuesta, por mayoría, por el tribunal pluripersonal compuesto por los jueces Jorge Patrizi (presidente), Susana Luna y Eduardo Pocoví.
Preocupación
“Evidentemente, el tribunal ha valorado que Ruíz cumplió todas las etapas del proceso. Se presentó siempre que se lo requirió. Consideró que no había peligro de fuga. Pero esta decisión (la de que permanezca en libertad) nos intranquiliza. Llegamos a dudar de que la justicia cuide a la familia de las víctimas. El autor de esta atrocidad, este crimen cometido con saña y alevosía, anda libre y circulando por el mismo barrio que nosotros. Es una barbaridad. No sé qué criterio judicial se empleó, pero los jueces pusieron en riesgo a toda mi familia”, se lamentó Luis Chialva en diálogo con El Litoral.
“El mayor problema de todo esto -agregó- es la inseguridad que genera. Yo tengo más hijos y pienso cómo actuará este sujeto, que sigue gozando de una libertad que a todas luces no merece”.
Sobre la pena impuesta por los jueces, el padre de la víctima opinó: “El fiscal solicitó 28 años. No sé cómo valoró judicialmente el tribunal la vida de un joven de 23 años. Yo hubiera deseado la perpetua”.
La moto
Durante el juicio, algunos testigos situaron a Ruíz dentro de la casa de Chialva en el momento del crimen. En los momentos previos, cuando se escucharon los disparos y en los instantes posteriores, cuando se lo habría visto salir a bordo de una moto. Este vehículo era propiedad de Ruíz, pero estaba en poder de Chialva como “garantía” de un préstamo de dinero. Aparentemente, Ruíz llegó hasta la casa de la víctima con el pretexto de saldar su deuda para poder recuperar el rodado. Para los fiscales quedó demostrado que el asesino se aprovechó de la confianza que le tenía la víctima para matarlo a traición.
Tres disparos
El homicidio fue cometido el viernes 9 de febrero. “Entre las 17.30 y las 18.30, Ruiz le disparó intencionalmente a Chialva. El ataque fue cometido con una pistola 9 milímetros en el interior de la vivienda de la víctima. Ferraro y Nessier detallaron que “Chialva recibió dos impactos de bala en su cráneo y otro disparo en la región de hemitórax izquierdo. A raíz de las lesiones que sufrió, murió en el lugar en el que fue agredido”.