Juan Ignacio Novak
La película británica de 1994 arrasó en las taquillas gracias a su original historia de amor entre un joven inglés aferrado a la soltería y una norteamericana. Su protagonista, Hugh Grant, ganó un Globo de Oro y repercusión internacional.
Juan Ignacio Novak
La comedia romántica más original de los ’90 no se forjó en Hollywood ni llegó a las salas con mucha expectativa. Fue, por el contrario, una modesta producción británica que optó por una historia simple. Un joven aferrado a su soltería conoce en un casamiento a una hermosa estadounidense. Ambos se enamoran e inician una saga de encuentros y desencuentros que los conduce a otras tres bodas (incluida, irónicamente, la de ella con un millonario) y al velorio de un amigo en común.
A pesar de su simpleza -o gracias a ella- “Cuatro bodas y un funeral”, que tuvo su premiere el 20 de enero de 1994 en el Festival de Sundance, hace 25 años, alcanzó un lugar privilegiado en la memoria colectiva de los cinéfilos.
El director Mike Newell realizó el rodaje en apenas 35 días. Utilizó pocas locaciones y logró extraer todo el potencial del guión de Richard Curtis, nominado al Oscar. Para eso, resultó clave la versatilidad de los actores protagónicos. Hugh Grant, quien alcanzó la fama tras este film, encarna al inseguro y estructurado Charles y Andie MacDowell, a la misteriosa Carrie, que se convierte en su interés romántico. Pero el auténtico encanto proviene de la pintoresca galería de personajes secundarios, que incluye a la gélida Kristin Scott Thomas, al extrovertido Simon Callow, al reflexivo John Hannah y a Rowan Atkinson como desmañado sacerdote.
El film posee un tono ligero y optimista, pero también tramos emotivos, como aquel en que John Hannah lee un verso de W.H. Auden durante un velorio. Esto funciona a la perfección como contrapunto de aquellas secuencias que están más centradas en el humor. También contiene cierto carácter reflexivo sobre el género y, cariñosamente, desafía ciertos esquemas.
Famoso
A mediados de los ’90, Hugh Grant no era conocido para el gran público. Había realizado papeles diversos, pero sin un sello de identidad bien definido. Sus intervenciones más importantes habían sido en “Privileged” (1982), “Remando al viento” (1987) y “Maurice” (1987), de James Ivory. También bajo las órdenes de Ivory había formado parte del elenco de “Lo que queda del día” (1993), junto a Anthony Hopkins y Emma Thompson.
Pero su interpretación del inseguro Charles en “Cuatro bodas y un funeral” le confirió reconocimiento mundial y marcó también las características que, durante largo tiempo, adquirieron sus personajes: galanes divertidos, entradores y bonachones con algunos toques de sarcasmo y autoindulgencia. Más adelante, se reinventó a través de roles menos empáticos, más canallescos o en decadencia como los de “El diario de Bridget Jones” (2001), “Un gran chico” (2002), la satírica “American Dreamz” (2006) donde encarna al presentador de un concurso televisivo para jóvenes estrellas, “Letra y música” (2007), donde encarna a un cantante pop en declive y “Escribiendo de amor” (2014), que lo tiene como un guionista de cine, ganador de un Oscar muchos años antes, que no encuentra inspiración. Este año, llegará a los cines “Toff Guys”, de Guy Ritchie, donde Grant compartirá elenco con Matthew McConaughey y Colin Farrell en la biografía de un narcotraficante de estilo británico que trata de vender su imperio a unos multimillonarios de Oklahoma.