¿Hasta dónde llegará, en los santafesinos, la sensación de fracaso que embarga a los argentinos?
¿Qué datos -además de los obvios- van a leer los dirigentes políticos, sus asesores y los periodistas? De las sonrisas de los (pre) candidatos, a las caras largas de los ciudadanos.
¿Hasta dónde llegará, en los santafesinos, la sensación de fracaso que embarga a los argentinos?
Aunque la mirada más atenta estará puesta sobre los votos que en estas Paso sumen los precandidatos que se convertirán en candidatos, también habrá que seguir con atención el voto bronca.
¿Podrá el descontento con los unos o los otros, o con los unos y los otros, manifestarse con alguna de las caras que ofrece la boleta única? ¿O será con ninguna? Se medirán el ausentismo, los votos en blanco y nulos, además de los discutibles recurridos e impugnados.
El escrutinio a mirar es, obviamente, en primer lugar el de los precandidatos a gobernador y la definición en el peronismo. Esa fuerza ha ofrecido en toda la bota una interna atractiva para gobernador y otra de múltiple choice para diputados provinciales.
En “Juntos” habrá que leer cruces a Perotti y a Bielsa, tanto como las marcas que recibirán las listas de precandidatos a diputados provinciales. Las dos elecciones (más los guarismos de las dos ciudades más pobladas) mostrarán el mapa del peronismo provincial. Hay diez listas de aspirantes a la Cámara Baja santafesina en el PJ. Esa elección es clave para medir potenciales preferencias locales para octubre.
El otro gran protagonista de la elección es el oficialismo provincial. El Frente Progresista, Cívico y Social que gobierna Santa Fe desde 2007 también dirime una interna aunque no la haya llevado a las urnas con diferentes propuestas electorales. Si para leer el escrutinio del peronismo hace falta un mapa, para medir el peso de los sustantivos propios en la Casa Gris (de los que están, de los que estuvieron, de los que quieren volver a estar) hay que usar algún instrumento de precisión.
Cuántos votos para gobernador a nombre de Antonio Bonfatti; cuántos para diputados provinciales en favor de Miguel Lifschitz. En ambos casos, con lista única. Se podrá medir con astrolabio, radar de última generación y hasta tener actualizado un Google Maps, urna por urna, pero siempre contando estas Paso y la elección general del 16 de junio.
En política se mira qué candidato tiene más votos en cada distrito electoral, más allá del cargo por el que compita. Y los comicios de gobernador y de diputados provinciales tienen el mismo padrón e involucran a todos los electores.
Las cruces que sumen cada uno de esos cuatro apellidos (Bonfatti, Lifschitz, Perotti, Bielsa) van a ser comparados con los votos que logre el candidato de Cambiemos, José Corral. Habrá comparaciones de partido a partido, pero también nombre por nombre.
Por otra parte, sólo con el escrutinio muy avanzado -y con datos precisos sobre candidaturas en los distritos a nivel municipal y comunal- se podrá diagnosticar qué radicalismo está mejor de salud. Si el que quedó junto al socialismo, los demoprogresistas, y otros aliados en el Frente que gobierna Santa Fe, o el que optó por unirse al PRO que gobierna el país y romper con el oficialismo provincial. Además de la suerte del candidato mencionado en quinto lugar, será clave lo que ocurra a nivel de las elecciones municipales en Santa Fe y Rosario. ¿En ese orden? (También en las internas del Frente para senador provincial, en especial en La Capital).
El proceso electoral santafesino de 2019 concluirá antes de que el país tenga alguna certeza sobre cómo será la elección que defina su futuro, con los nombres y apellidos de la carrera presidencial.
Recién el 12 de junio se conocerán -a nivel nacional- las alianzas, es decir, qué partidos estarán en qué frentes. Y el 22, los candidatos para la Casa Rosada. Los santafesinos volverán a las urnas unos días antes, el 16.