“Trasfondo” es el nombre de la muestra que reúne fotografía digital, con objeto fotográfico y sonido, que se inaugurará en el Museo de Arte Contemporáneo (Bv. Gálvez 1578) el jueves 2 de mayo, a las 20.
Reúne fotografías del artista y quedará inaugurada este jueves, a las 20, en el Museo de Arte Contemporáneo. “Lo cierto es, con todas las letras, que Raúl Cottone es un artista que comunica”, escribió al respecto el crítico Jorge Taverna Irigoyen.
“Trasfondo” es el nombre de la muestra que reúne fotografía digital, con objeto fotográfico y sonido, que se inaugurará en el Museo de Arte Contemporáneo (Bv. Gálvez 1578) el jueves 2 de mayo, a las 20.
En distintos formatos y escalas, se expondrán fotografías del artista Raúl Cottone, donde lo real y lo irreal juegan y dialogan entre sí. Una cabina telefónica al estilo inglés en miniatura como objeto, y como fondo, los más bellos paisajes.
La entrada es libre y gratuita. La muestra permanecerá montada hasta el 30 de junio, y se puede visitar de martes a viernes, de 9 a 13 y de 16 a 20, y los sábados y domingos de 17 a 20.
El arte de comunicar
En un texto sobre la muestra, el ensayista, crítico e historiador de arte Jorge Taverna Irigoyen señala que “a Raúl Cottone le alcanza imaginar para que el efecto crezca más de lo que intenta. Le alcanza y sobra una cabina telefónica color rojo londinense, en la cual escucha una distancia hecha de sonidos. Una cabina en la cual asoma cierto personaje sin palabras. Una cabina roja que juegue a hacer contactos”.
“Se dirá que Raúl Cottone sólo es un fotógrafo. Pero, claro está, seguramente es de los buenos. Porque lo que se propone cae como fruta madura. O mejor expresémoslo más claro: llega a tocar lo que simplemente roza. ¿Cómo se logra esto? ¿Es cuestión de técnica? ¿Quizá agudización de la mirada? Debe sin duda haber otros trasfondos que uno desconoce. Y que él maneja ya por una razón genética o algo por el estilo. Lo cierto es, con todas las letras, que Raúl Cottone es un artista que comunica. Que si capta un paisaje, lo mete a uno dentro del mismo. Que si retrata una persona, resulta alguien que podríamos conocer, de tan intensa su mirada. Que si fija los ritmos de una fiesta regional, nos sentimos invitados. Que si son las máscaras del carnaval de Venecia, entramos al palacio”, escribe Taverna.
“El arte de comunicar es a la fotografía como la esencia de un perfume. Hacer entrar al ojo, pero fundamentalmente calibrando la emoción. Hasta aquí el espacio. Por este ángulo, un filo de luz. No descubrir del todo los planos posteriores. Que la forma no esté quieta y sugiera que se desplaza”, añade.
“El arte de comunicar (esto lo sabe bien Cottone) hace que la imagen se multiplique. Como una coralidad de voces. El plano fotográfico crece, entonces. Y genera otros sentidos a la estampa. Entonces, sólo entonces, el artista siente que la creación está viva, no inerte. Y apuesta por ella y la defiende y la proyecta y la firma”, explica.
“Estas cabinas telefónicas sugieren más allá del tema. Sin duda. Apuestan a una dimensión casi onírica, surrealista, como si hubieran viajado de quién sabe dónde para llegar acá. Estas cabinas tienen mensaje (palabra que ya no se usa) y sólo basta abrirles la puerta para que la ceremonia se complete. Es lo que está esperando Raúl Cottone. Hagámoslo”, finaliza el crítico y miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes.