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El gobierno pagó la última cuota del compromiso de U$ S 9.600 millones.
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El gobierno giró al Club de París 459 millones de dólares y saldó la última cuota de la deuda contraída con ese conjunto de países.
Dicha deuda había caído en default en 2002 y su renegociación, en 2014, quedó en manos del ex ministro y actual candidato a gobernador bonaerense Axel Kicillof.
La semana pasada, se habían girado por esta deuda 1.409 millones de dólares, también al Club de París.
El plan de Kicillof era a cinco años, con pagos puntuales al 28 de enero de 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019, luego de una liquidación original importante. El monto acordado para los intereses del plan ascendía a 3% para los saldos de capital durante los 5 años, al tiempo que el acuerdo establecía un pago mínimo que debía afrontar Argentina cada año y se fijó un criterio de pagos adicionales en caso de incremento de las inversiones provenientes de los países miembros del Club. Algo que, obviamente, no ocurrió. Ni con el gobierno anterior, ni con el actual. Curiosamente, el motivo de la negociación y pago (sin descuentos, quitas ni perdones), por parte de Kicillof, fue para cumplir con el mandato de la entonces jefa de Estado, que buscaba que una vez cerrada la liquidación comenzaran a llegar inversiones desde los miembros de la UE. O que, al menos, se le permitiera a la Argentina volver a recurrir a los mercados internacionales. Nada de eso pasó.
En la agenda aún estaba abierto el “juicio del siglo” contra los holdouts y fondos buitre, con lo que el país mantenía vedada la posibilidad de colocar deuda voluntaria.
Antecedentes
Con el pago concretado ayer, el país cierra su historia de endeudamiento con un organismo al que, curiosamente, bautizó la Argentina como Club de París. Reúne a 19 países con los que Argentina contrajo diversas deudas desde el año 1956 en adelante. Hubo renegociaciones en 1962, 1965, 1985, 1987, 1989, 1991 y 1992, y en 2001 se cayó nuevamente en incumplimiento, como consecuencia de la crisis que determinó el fin de la convertibilidad. Ahora sólo queda un último pago para 2020 que no es de capital y corresponde a otro plan de aproximadamente U$ S 1.900 M.
Una buena noticia es que, al menos con este plan de pagos, hubo continuidad en las políticas financieras de los gobiernos de Cristina de Kirchner y Mauricio Macri. Es de país serio sostener los acuerdos, frase que vale para la gestión que suceda a la actual; especialmente si incluye un cambio de signo político y un eventual regreso del kirchnerismo.
Alivio
Abril emitió una señal de alerta en el frente cambiario. El nivel de atesoramiento (salida de capitales) del sector privado aumentó fuerte a U$ S 2.341 millones (un 32,2 % más que en marzo).
El dato generó la expectativa de que la “dolarización electoral” que los analistas descontaban iba a aparecer en el trimestre julio-agosto-septiembre se había adelantado. Sin embargo, en las últimas horas la cúpula del BCRA tuvo un respiro, y por ende el gobierno, al constatar que en las primeras tres semanas de mayo el nivel de atesoramiento había menguado en forma significativa.
Según los datos con que cuenta el ente monetario, el nivel de atesoramiento, que en abril mostró un pico, en mayo habría vuelto a los niveles de febrero, incluso, señalan desde el BCRA que está por abajo de febrero. Lo que llegó a ser un monto diario de U$ S 250 millones en los máximos de la crisis (los picos fueron de U$ S 400 millones diarios, entre gastos por viajes al exterior y compra de billetes), en la actualidad ronda los U$ S 40 millones diarios. El mes pasado, en promedio, el atesoramiento diario rondó los U$ S 118 millones.