Roberto Lavagna está en carrera, por segunda vez, para la Presidencia de la Nación encabezando Consenso Federal. Su fórmula se completa con el actual gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. El binomio realizó esta semana su primera actividad en la provincia acompañados por el gobernador Miguel Lifschitz y gran parte del gabinete santafesino. Luego visitó la redacción de El Litoral en compañía del ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Pablo Farías.
- Desde antes de presentar su postulación viene reclamando salir de la polarización por el mal que le está produciendo al país. ¿Cree que es posible?
- Antes que nada es necesario, porque la polarización termina haciendo mucho daño; genera extremismo, tanto de derecha como de izquierda. Es posible salir, pero siendo realista. Está estudiado que cuando hay polarización el costo de perder de cualquiera de los dos polos es tan grande que hace que estén dispuestos a hacer lo que haga falta para no perder. Deterioran la democracia. Observo incluso a medios de comunicación con actitud benevolente a esos extremos que terminan haciéndole un daño importante al sistema.
- Ante el deterioro económico - social que atraviesa la Argentina pareciera que se requieren consensos para políticas a largo plazo.
- Así es, por eso insistimos con la necesidad de un gobierno de unión nacional. Unión nacional no significa unanimidad, pero si mayoría que ayude a formar masa crítica para las cosas que quiero hacer gobernando.
- ¿Es difícil construir esa unión nacional?
- Es difícil pero hay que hacerlo.
- Ustedes tuvieron muchos inconvenientes -muchos generados por terceros- para formar esta coalición que lo lleva como candidato
- Efectivamente. En el caso particular se hicieron todos los esfuerzos posibles para que no confirmáramos la candidatura. Estábamos terminando de armar las listas y todavía insistían con la no presentación. Todas noticias falsas que apoyadas por un gran aparato de redes hacen difícil refutarlas aunque después los hechos las desmienten y muestran la realidad. En el mientras tanto deterioran, genera dudas en gente no tan activa en la política diaria y generan dudas sobre el propio candidato.
- Como fue ministro de Economía se vivieron los últimos momentos de crecimiento continuado de la economía que había tocado fondo. Después vinieron años impares de crecimiento y pares de recesión. ¿Cómo se pude empezar a revertir esto?
- Dos cosas para empezar: ponerle más plata a los argentinos en los bolsillos, mejorar la capacidad de compra para que consuman. Ese dinero no va a fugarse o a las actividades financieras, va a compras. En el mismo momento bajar fuerte impuestos a la pyme que tenga que ver con creación de empleo y generación de inversiones. Las cosas deben ir juntos y serán nuestras primeras medidas.
- Poner plata a la gente y quitar impuestos puede generar un bache en las cuentas fiscales.
- La única duda que uno puede tener es cuanto tiempo lleva cerrar el bache. En 2002, el cierre fue muy rápido, apenas 18 meses y se entró en zona de superávit con la economía funcionando. Lo seguro es que solo políticas de crecimiento crean una situación fiscal de equilibro y sostenidamente. No se hace en un rato. Las cosas que se hacen en un ratito son como el actual modelo que hasta el acuerdo con el FMI bajó 16% los salarios y el año próximo va a tener que bajarlos otro 8 y 10% porque lejos de mejorar las cuentas, han empeorado porque llevan meses varios con reducción de la recaudación.
- La semana pasada usted se reunió con funcionarios del FMI. ¿Les planteo esto? ¿Lo entienden?
- Vinieron las máximas autoridades del hemisferio occidental. Dicen que sobre esas cosas podemos hablar, me dijeron que era razonable el planteo.
Mi pregunta fue pero si ustedes saben esto por qué sostienen el otro modelo y me respondieron que es porque el gobierno argentino lo pidió.
- ¿O sea que el gobierno eligió el programa, no lo impuso el Fondo?
- Fue la respuesta que me dieron, la verdad mucho no la creo. Un gobierno muy contra la pared fue a hacer un pedido y terminaron de esta manera. El gobierno argentino lo aceptó enseguida. Si hubiera resistido probablemente el acuerdo hubiera sido distinto.
- Santa Fe y Córdoba tienen una dinámica productiva bastante particular con respecto a otras provincias. ¿Qué se llevó de la reunión con empresarios locales?
- Los empresarios de Santa Fe son menos inclinados hacia la derecha que los empresarios cordobeses. Los cordobeses tienen un componente ortodoxo serio, mucho mayor a Santa Fe donde hay muchas empresas industriales exitosas. Tengo la sensación de que la influencia sobre la vida social del sector es mayor acá que en Córdoba.
- Cuando hay un auditorio grande las preguntas suelen ser muy interesantes -lo fueron- pero la capacidad de uno de poder medir el grado de preocupación es más difícil.
- En un gobierno de Consenso Federal que pueden esperar las provincias. ¿Habrá latigazos hacia ellas?
- Me acompañaron los gobernadores Lifschitz y Urtubey; eso es toda una definición. El nombre se cambió de Consenso 2030 a Consenso Federal; el armado de las listas de candidatos se hizo en cada una de las provincias sin intervención centralizada
- O sea ni en el Instituto Patria ni en la Casa Rosada?
- No va a encontrar nadie que fuera puesto a dedo. Mi visión es ultrafederal a pesar de no haber sido nunca gobernador. Creo en el valor del federalismo y en la capacidad del gobierno central de consultar de una manera seria ciertos temas. Le doy un ejemplo: sostengo que hay que volver a centralizar la educación en la Argentina; fue un gran desastre el reparto a las provincias sacándose la responsabilidad el gobierno central allá por los año 90. No es el dedo desde arriba, sino el hecho de decir que hay que tener un solo programa, una sola forma de nombrar educadores, una forma de examen para maestros y para los alumnos, no significa dedazo. El gobierno tiene que convocar al conjunto de las provincias y aceptar que hay que tener un solo programa educativo para todo el país y no educación de primera, de segunda o de quinta. En la formulación de ese programa el Consejo Federal tendrá toda su capacidad de opinar y decir. Se puede combinar una idea de recentralización con una idea de participación plena de tipo federal.
- El otro tema son los recursos en un país donde tenemos 162 impuestos.
- Es una cosa de locos. Desde noviembre de 2005 cuando dejamos el ministerio de Economía hasta ahora ha subido entre 8 y 10 puntos la presión impositiva. Esos puntos surgieron desde 2007 en adelante y representan por año 40 mil millones de dólares; casi un 40% acumulado en esos años del PBI argentino. La cifra es enorme, esa presión no es soportada sobre todo por la pequeña y mediana empresa que termina no pagando, no cumpliendo con sus obligaciones laborales en forma plena pero es su manera de vivir. Si tuvieran que cumplir con todo tendrían que cerrar.
- Se insiste mucho en que el próximo gobierno deberá realizar reformas previsional, laboral y tributaria. ¿Usted lo cree así?
- Son temas a discutir. La tributaria para nosotros es el primer día de gobierno. Todo lo que tenga que ver con Ganancias si están ligadas a la inversión y el empleo. Una fuerte baja en Ganancias si efectivamente hay un proceso de inversión y creación de empleo. Es una decisión básica de nuestro gobierno que va junto al consumo.
La laboral sí y no. Si la laboral consiste en ponerla como condición de que la economía arranque que es lo que hacen los modelos de ajuste y del Fondo, no. Le he hecho la pregunta a infinidad de empresarios para saber si les bajaran el costo salarial cambiarían su actitud, me dicen que no porque la economía está parada. Si con la economía en recuperación, uno apoya con esto, sí. El ejemplo es Vaca Muerta donde por iniciativa provincial y el jefe del sindicato de la zona hubo una flexibilización importante cuya contrapartida fueron entre 20 y 30 mil puestos de trabajo.
La previsional es más compleja, probablemente lleve un poco más de tiempo. Algunas de las cosas que se deberían analizar van a requerir acuerdo del Congreso, pero quizás mas importante, acuerdo de la Corte Suprema. Se los dije a los del Fondo. No pidan cosas imposibles porque tal vez avance en el Congreso, pero no en la Corte. Se necesita consenso para esto.
Solo políticas de crecimiento crean una situación fiscal de equilibrio sostenido.” Roberto Lavagna
El acuerdo Mercosur - Unión Europea
Lavagna fue secretario de Industrias durante el gobierno de Raúl Alfonsín donde se empezaron a tejer los acuerdos que dieron lugar ya durante el mandato de Carlos Menem al Mercosur. Luego, fue embajador argentino ante la Unión Europea.
- ¿Cuál es su opinión sobre el acuerdo anunciado el pasado viernes?
- Cuando allá por 2004, Brasil y Argentina cerramos la negociación de común acuerdo con la Unión Europea tras infinidad de reuniones con Peter Mandelson y Benita Ferrero Waldner llegamos a la conclusión de que era inútil seguir porque empezaban situaciones ríspidas en las delegaciones porque las miradas eran opuestas. En un acto de realismo dimos una conferencia de prensa en Bruselas y anunciamos que quedaba en suspenso la negociación. Pasaron algunos años, hay cosas que han cambiando. Hoy la Unión Europea es menos relevante que antes; Mercosur es menos atractivo para la Unión Europea porque no se fue desarrollando como se esperaba. Estas cosas pueden haber ayudado a redondear las aristas. Mi planteo es que todo proceso de apertura comercial, si no es ingenuo, en general es claramente beneficioso. Si este es ingenuo o no todavía lo sabemos porque falta conocer la letra chica. Opté por poner un twitt citando al presidente de Francia, Macron, que en actitud bastante reticente sobre el acuerdo dijo por ahora todo bien, después vamos a hacer un análisis exhaustivo de lo que convenga o no para Francia. Hay que hacer lo mismo acá. No rechazar la idea, apoyarla y cuando estén los datos determinar la actitud a tomar y si se puede incidir en los legisladores para que tomen una postura acorde al análisis de lo que se haga.
Vaca muerta y otras oportunidades
-Hay mucha expectativa sobre las inversiones y el desarrollo de Vaca Muerta. ¿Cuál es su mirada?
- Prudencia. Toda la información disponible es que hay reserva de una magnitud importante, pero creer que esto va a resolver los problemas argentinos es como ese viejo dicho de que una cosecha resuelve todo. Ayuda por supuesto. Argentina puede, en pocos años, volver a ser exportador de energía. Hasta dos años después de nuestra salida de Economía, la Argentina exportaba. Hasta ahora la inversión en serio la hizo una sola empresa, el resto hace discursos, pero no arrancó. Es maravilloso tener ese yacimiento pero debemos tener menos exitismo.
- Nos gusta enamorarnos de algo que supuestamente nos salva
- El otro día ante empresarios en un encuentro sobre Vaca Muerta les dije que se han hecho decenas de reuniones que ayudan pero les pedí que se hagan también sobre la otra cara de la moneda: el 52% de los jóvenes menores de 17 años que están en situación de pobreza. Hagan un cálculo para sus hijos y nietos. ¿Cómo creen que será la sociedad argentina si esa masa de jóvenes que no tuvo estimulación temprana, alimentación adecuada, educación, pasa a ser el grueso de la sociedad argentina? En Argentina se entusiasman con una de las caras de la moneda, pero no ocurre lo mismo con la cara negra que tiene el país. Si no se empieza a intentar de resolver ahora, dentro de 20 o 25 años será una sociedad totalmente distinta a esta y no mejor.