Entrevista a la presidenta del Colegio de Farmacéuticos, Adriana Cuello
"Una publicidad no puede ser suficiente para que un paciente se automedique"
Para la tos, para la acidez, para el malestar estomacal, para la pérdida de peso... Para todas esas cosas, en la pantalla chica se ofrecen medicamentos de venta libre. La postura del Colegio de Farmacéuticos.
Archivo El Litoral A TENER EN CUENTA. Ningún medicamento es inocuo, hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de decidir su administración.
A la hora de publicitar, para luego vender, un producto en televisión no importa sobre qué se esté hablando, ni quien lo haga. Hasta es común observar, por una cuestión de respetar el horario pautado, que los conductores corten abruptamente una entrevista para ofrecer un producto.
Las publicidades no tradicionales, famosas como PNT, gobiernan la pantalla chica; es que por ellas se pagan fortunas. ¿Pero está bien que bajo este formato se pretendan vender remedios para la tos o para la pérdida de peso, en definitiva, vinculados a la salud? Si bien es cierto que se trata de remedios de venta libre y que la publicidad de los medicamentos está regulada por la ANMAT, ¿es correcto ir a comprarlo sin consulta previa con un profesional? La presidenta del Colegio de Farmacéuticos, Adriana Cuello, concedió una entrevista sobre el tema y dejó en claro que “una publicidad no puede ser suficiente para que un paciente se automedique”.
— Sólo basta con prender el televisor para escuchar publicidades de productos para la tos, para el dolor de cabeza, desinflamantes, descongestivos... ¿Cuál es la posición del Colegio de Farmacéuticos sobre este tipo de anuncios que se hacen por la TV, y por los que además se pagan fortunas?
— Nuestra posición como agentes sanitarios es abogar por el uso racional de los medicamentos, en ese sentido, el médico debe ser el prescriptor de los medicamentos y el farmacéutico tiene a su cargo la dispensa. No obstante, los medicamentos de venta libre no requieren receta médica y pueden ser recomendados por el farmacéutico y dispensados en farmacias. Hay que destacar que están destinados al tratamiento de síntomas menores y por corto tiempo.
Ningún medicamento es inocuo, hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de decidir su administración, tales como enfermedades preexistentes, interacciones con otros medicamentos, dosis, horarios de administración.
La publicidad de los medicamentos está regulada por la ANMAT. Por lo antes mencionado, consideramos que una recomendación publicitaria no puede ser suficiente para que un paciente decida administrarse un fármaco, debería necesariamente consultar a un farmacéutico.
Archivo El Litoral CONSULTAR Y DESPUÉS COMPRAR. Desde el Colegio de Farmacéuticos recomiendan que antes de tomar cualquier medicamento, por más que sea de venta libre, es importante la consulta con un profesional. En la foto, Adriana Cuello, la presidenta de la entidad.
CONSULTAR Y DESPUÉS COMPRAR. Desde el Colegio de Farmacéuticos recomiendan que antes de tomar cualquier medicamento, por más que sea de venta libre, es importante la consulta con un profesional. En la foto, Adriana Cuello, la presidenta de la entidad.Foto: Archivo El Litoral
—Si uno, por ejemplo, tiene tos o se siente hinchado y hace caso al producto que le ofrecen por televisión simplemente porque “describe los síntomas que tiene y cree que le hará bien”. ¿Podría estar ocultando el verdadero motivo de su afección y, por ende, complicar el cuadro?
—Cuando tratamos un síntoma, no debemos olvidar que el cuerpo nos está expresando que algo no anda bien. En ocasiones el síntoma es leve y responde a un problema menor, pero en otros casos el problema persiste (por ejemplo dolor de cabeza, acidez, dolor estomacal). Si se continúa tomando medicamentos para tratar ese síntoma sin buscar el origen, se puede estar enmascarando un problema de salud potencialmente serio, o generar un nuevo problema derivado de su administración indiscriminada.
—¿Cuáles son los peligros de comprar estos productos de venta libre que se ofrecen por TV, sin consulta previa al médico?
—Varios son los problemas derivados de administrarse medicamentos sin la supervisión del médico o el consejo del farmacéutico, a los mencionados anteriormente (interacciones, contraindicaciones de uso, uso incorrecto) se suman los problemas inherentes a cada individuo en particular; es decir, una persona puede presentar un efecto no deseado frente a un fármaco que no ocurre en la mayoría de la población (idiosincrasia) o presentar una reacción alérgica o tener incompatibilidades para determinados medicamentos por sus excipientes, por ejemplo pacientes celíacos, con intolerancia a la lactosa, diabetes...
—Desde el Colegio impulsan distintas campañas. Una de ellas fue que no hay que automedicarse. ¿No es la difusión de medicamentos a través de la TV una forma ‘encubierta’ de incitar a la automedicación?
—La automedicación, un mal de nuestro tiempo, se ve estimulada por la publicidad que exalta los beneficios de los medicamentos y no menciona que pueden ocasionar problemas cuando no son supervisados por un profesional. Eso contribuye a un uso inadecuado de los medicamentos.
—¿Cuál es la recomendación principal, entonces?
—Nuestra recomendación es que las personas no se administren medicamentos sólo en base a la publicidad, sino que consulten siempre al farmacéutico.
—En las farmacias, ¿es común que la gente vaya en la búsqueda de ese medicamento de venta libre que vio por la televisión? ¿Cuáles son los más buscados?
—La gente consulta frecuentemente por los medicamentos que tienen publicidad. En las farmacias se requieren principalmente soluciones para el dolor de todo tipo (óseo, estomacal, de cabeza); los antiinflamatorios son los productos de venta libre más pedidos. Aunque, en esta época del año, por los problemas respiratorios estacionales, se buscan también los antigripales y antitusivos.
—Me quiero detener en el rol del farmacéutico en estos casos... ¿qué hace o debería hacer al enterarse que el paciente va en búsqueda de ese producto porque lo vio por televisión y escuchó de su conductor favorito?
—En estos casos, el rol del farmacéutico es fundamental; se debe realizar un breve cuestionario en la entrevista con el paciente para evaluar si estos medicamentos aportarán solución al problema o es necesario derivarlo al médico. Se debe hacer hincapié respecto de que no se puede exceder el tiempo de la terapia medicamentosa, por encima de los días recomendados y que no hay que repetir la toma por tiempos indefinidos. El profesional, en caso de corresponder, le informará cómo debe tomarlo y le especificará horarios y dosis. También podrá alertarlo respecto de los síntomas que podrían presentarse por efectos adversos.
—Por último, la recomendación del Colegio frente a las personas que están frente el televisor y quieren venderle estos productos medicinales.
—A la población hay que recomendarle que más allá del efecto beneficioso de los fármacos ninguno tiene un poder “mágico” y siempre la decisión de consumirlos debe surgir luego de realizar un balance entre los riesgos y beneficios de consumirlos.
Varios son los problemas derivados de administrarse medicamentos sin la supervisión del médico o el consejo del farmacéutico.
Fármacos y TV
Por el Dr. Antonio Saleme (*)
La publicidad persuade a mucha gente para que confíe en una empresa, sus productos o servicios. Al hablar de salud, percibimos que su concepto está relacionado a la enfermedad, o a la amenaza de muerte, o al dolor. Estas condiciones negativas hacen que la salud real se torne en algo deseable y los medicamentos aparecen como una solución a estas dolencias, los avisos publicitarios de medicamentos, principalmente de venta libre, abusan de esta situación particular y muchas veces informan una cosa, que luego resulta ser otra muy distinta o promueven soluciones inmediatas a situaciones que generalmente son complejas de resolver, todo esto sin ninguna evidencia científica del supuesto resultado obtenido.
Los medicamentos poseen un papel importante en la recuperación de la salud. Sin embargo, los productos farmacéuticos rompieron los límites de la salud y pasaron a ser como la solución de prácticamente todos los aspectos de la vida, sea en la estética, en la conducta o en la calidad de vida, apelan a la desesperación, ansiedad o frustración de las personas ante situaciones determinadas y se ofrecen por medio de anuncios en los medios de comunicación que muchas veces no se respeta la diferencia que debería existir entre la propaganda de medicamentos y la de otros productos. Esta diferencia es importante porque se trata de un producto cuya ingesta puede acarrear efectos adversos en lugar de los eventuales beneficios. Además se les atribuye una inocuidad y efectividad desmesurada, incitando al autodiagnóstico, la autoprescripción y una trivialización de lo que supone tanto enfermar como tomar un fármaco.
Muchos de los productos publicitados son inocuos pero el púbico consumidor accede al pago de una solución mágica, inmediata y desmedida que en la mayoría de las veces no requiere de ningún esfuerzo personal, lo cual lo hace definitivamente atractivo para esas personas.
Las enfermedades crónicas no transmisibles, como por ejemplo la obesidad, diabetes, hipertensión, etc. requieren de compromiso, paciencia y esfuerzo por parte de la persona para cambiar hábitos inadecuados que muchas veces son el resultado de un consumismo desmedido y es justamente ese consumo sin sentido donde quieren buscar la solución mágica e inmediata.
En nuestro país funciona el denominado Programa de Monitoreo y Fiscalización de Publicidad, un espacio que busca evitar el abuso o el engaño a la hora de publicitar medicamentos.
Los consejos finales serían: no creer en soluciones inmediatas que no requieren del más mínimo compromiso del paciente para lograr la mejora en su salud, consulte a su médico o farmacéutico que le podrán evacuar las dudas.
Allí los que caen en un juicio de valor ético por los mensajes que emiten son: los anunciantes, agencias de publicidad, medios de comunicación y también el público consumidor que con su compra avala los contenidos de las campañas publicitarias.