La historia de un chico trans que se animó a ser más feliz
"A partir de hoy quiero que me digas Fede"
En la provincia de Santa Fe, cerca de 900 personas han rectificado su DNI por cambio de género. Una parte de esa experiencia colectiva es la historia de Federico Cortella, quien hace días recibió un nuevo documento que refleja la identidad masculina que él mismo eligió.
“A partir de hoy quiero que me digas Fede”. Esas fueron las palabras que encontró para hacer saber a la gente que lo rodeaba su identidad de género. Si bien es una frase simple, fue necesario transitar un largo camino de dudas y miedos, que de fácil no tuvo nada.
Federico Cortella tiene 20 años y es una de las 870 personas que, en la provincia de Santa Fe, han rectificado su DNI para modificar el género. “En un principio, modificar el documento no era prioridad. Para mí lo que tenía que cambiar ya mismo era el trato con la gente, que empiecen a verme como yo me veía. Lo burocrático no era algo que necesitaba hacer urgente”, sostuvo, y confesó que le daba “fiaca” porque es un trámite bastante largo.
“Cuando lo dije, noté los cambios automáticamente. La gente te adjudica un rol en la sociedad, rol de mujer, de hombre. Cuando dije Soy Fede, me pusieron encima toda la carga de cómo debería ser, más masculino o lo que sea que esté asociado al rol de hombre”, se afirmó.
¿Por qué cambiar?
Primero porque es un derecho, pero en el caso particular de Federico, el cambio de DNI fue su "presentación de forma legal ante cualquier cosa", explicó. "Desde salir a un boliche, para pagar en el supermercado o anotarme en una carrera universitaria” agregó, y admitió que no tener un documento que refleje su realidad fue un freno muy grande que le impidió inscribirse para continuar sus estudios: “No quería estudiar porque no quería mostrar mi documento viejo. Ahora me decidí a hacer lo necesario para tener confianza” sostuvo. “No soy sólo trans, soy un montón de cosas más”.
“Cuando fui a buscar el documento estaba muy emocionado, ansioso, casi llorando. No sé bien cómo explicar lo que sentí, una mezcla de alivio y confianza. Abrí el sobre y lo ví, no me salió otra cosa que reírme, mucho. Quería que lo vieran, no sé a cuánta gente se lo habré mostrado”, recordó.
Mauricio Garín.
Foto: Mauricio Garín.
Pedir ayuda para poder ser
Federico resalta la importancia de encontrar apoyo, de contar con alguien que los ayude a preguntarse cosas, que enseñe a no enojarse con la gente. En su caso particular, su psicólogo fue fundamental. Porque “me bancó tres años y cuando le dije finalmente que era Fede, me dijo ‘era hora, lo tenías guardado y no lo decías’. Fue muy paciente con mi proceso”.
A su vez, admite que tuvo suerte, ya que es consciente de que no todas las personas que atraviesan procesos de transformación tan profundos, tienen en su círculo quienes comprendan y acompañen. “Primero conversé con mi mamá quien afortunadamente respetó mis tiempos, no me andaba atrás preguntando. Ella dejó que sea, como debería ser. Después charlé con mis abuelos, entre llantos y nervios”.
"Cuando me presenté como Federico en mi trabajo me dijeron que estaban esperando que se los diga. Doy clases de funcional y CrossFit, tengo muchos alumnos y nunca un problema, el cambio fue inmediato. Me sentí respetado. Cuando el cambio es de género necesitás decirlo porque esperás algo de la otra persona, no queda otra que contarlo”, señaló.
En 2012, cuando se aprobó la ley de Identidad de Género, hubo un pico muy fuerte de chicas trans que solicitaron el cambio de DNI. El porcentaje de varones fue aumentando con el correr del tiempo y el año pasado fue casi mitad y mitad. Esto se debe en gran parte, a la visibilidad que han adquirido en este último tiempo los colectivos de chicos trans.
Para aquellas personas que no sepan por dónde empezar, Cortella recomienda hablar con el grupo @translucidxs en Instagram. Está formado por personas de Santa Fe y Santo Tomé, y según su propia experiencia, son muy compañeros en todo. “Con mi nombre anterior les fui haciendo preguntas, para sentirme acompañado porque yo pensaba que era el único y no, está lleno. Ahora vamos juntos para todos lados”.
Si bien cada experiencia es personalísima, cuando se pone en jaque todo, hasta el propio género, es inevitable sentir temor. Federico sostiene que el miedo no debería ser impedimento para la acción: “Diría que tengan miedo, pero que lo atraviesen. Que se pongan nerviosos, que piensen todo lo que tengan que pensar y que no se apuren. Donde algo te da miedo, donde algo te mueve, es porque hay algo importante. Si lográs atravesarlo ya hiciste lo más importante. Ahí no es que todo se vuelve fácil, pero sobrepasaste lo más difícil. Cada vez que le digo a la gente que soy Fede, lo digo con una sonrisa en la cara, ¿qué me van a decir?”.
“Sentí miedo constante durante años. Fui a terapia. Miedo no tanto con uno mismo sino con la gente. ¿Miedo a ser qué? ¿más feliz? Lo primero que sentí cuando le dije a la gente “soy fede” fue felicidad y tranquilidad, me relajé en un montón de sentidos. Ahora me doy cuenta de que sin dudas fue para bien, pero en ese momento no sentía nada más que miedo, lo postergaba, no lo quería hacer”.
Mauricio Garín.
Foto: Mauricio Garín.
La “carga social” de un pedazo de tela
Al mirar hacia atrás, Federico reconoce que el camino fue difícil. "Porque tenés que romper con todo lo que te enseñaron".
"Cuando sos chico te enseñan las cosas, no las aprendés porque te salen así, estás todo el tiempo escuchando a tus papás, a tus amigos, a tu escuela. Yo iba a una escuela sólo de mujeres así que fue difícil” sentenció, y recordó como triunfo personal de esa época el haber logrado, con la ayuda de su psicopedagoga, que le permitan usar pantalón en vez de pollera en el acto de fin de curso. “Mirá la carga social que tiene un pedazo de tela” reflexionó.
El esfuerzo por verse "como deberían" según su género es muchas veces frustrante. Sin embargo, el tratamiento hormonal ayuda, y mucho, a quienes deciden ir por ese camino. “Todavía me encuentro con obstáculos por los estereotipos, por cómo se supone que debería verse un hombre. Para las personas trans es una lucha constante con el espejo. El tratamiento hormonal me dio muchísima confianza, pero esa lucha sigue. Está en entender que todos somos distintos y no hay sólo una forma de ser hombre o mujer”.
“Cuando solicitás el tratamiento no te preguntan nada, respetan tu decisión sin pedirte que expliques, cuentes o justifiques algo. Es todo estrictamente médico, te piden análisis para decidir el tratamiento adecuado”, celebró Federico.
Actualmente hay dos métodos para masculinizar hormonalmente: un gel que se aplica en la piel tipo ungüento, que a menudo resulta un poco peligroso porque todo lo que toma contacto tiene testosterona; la ropa, la cama, otras personas.
La segunda opción es un tratamiento a base de inyecciones que en un principio son cada 21 días y ahora, en el caso de Federico, con más frecuencia en base a sus necesidades particulares.
“Me pregunté todo, para poder volver a construirme tuve que pensar qué tipo de hombre quería ser. Quienes quieran cambiar de género deben preguntarse qué tipo de persona quieren ser, más allá del género que elijan”.
¿Cómo es el trámite?
Primero, se debe iniciar el trámite de rectificación de partida de nacimiento en el Registro Civil en el que se encuentra registrado el nacimiento. En la misma deben figurar los datos nuevos (nombre, género). Una vez obtenida, se podrá iniciar el trámite de rectificación de DNI, donde se toma la foto y la huella digital. Después de 20 días hábiles, llega el nuevo documento al domicilio indicado.