La princesa Cristina de Holanda, de 72 años, ha fallecido este viernes en el palacio de Noordeinde, en La Haya. La noticia ha sido comunicada por la Casa Real Holandesa a primera hora de la mañana. Se cumplían 14 meses después de la noticia de que la hermana pequeña de la princesa Beatriz padecía cáncer de huesos. Cristina de Orange catalogaba la enfermedad como algo crónico y afirmaba que podía vivir con ella.
La princesa será despedida en un funeral privado y sus restos serán trasladados a Cúpula de Fagel, en el jardín del mismo palacio real, según un comunicado del Servicio de Información del Gobierno (RVD).
Tenés que leerLa reina Máxima cantando "El elefante Trompita" a AlexiaMaria Christina, princesa de los Países Bajos, princesa de Orange-Nassau y princesa de Lippe-Biesterfeld, nació el 18 de febrero de 1947 en el Palacio Soestdijk en Baarn. Cuarta hija de la reina Juliana y el príncipe Bernardo, en 1963 adoptó el nombre de Cristina y abandonó Marijke, que era por el que se la había conocido hasta entonces. Un rasgo más de la fuerte personalidad de una mujer que también renunciaría a sus derechos sucesorios cuando se casó en 1975 con Jorge Guillermo, un exiliado cubano por el que se convirtió al catolicismo en 1991. La pareja tuvo tres hijos, Bernardo, Nicolás y Juliana, y se divorció en 1996.
La enfermedad que ha acabado con la vida de la princesa no era la primera patología que sufría. Su madre, la reina Juliana, padeció rubeola durante el embarazo, lo que provocó que Cristina naciera con graves problemas de visión, por culpa de los cuales era prácticamente ciega.
Debido a que en los años 40 y 50 del siglo anterior no había grandes avances médicos con respecto a la afección que la princesa presentaba, su madre decidió confiar en una curandera, Greet Hofmans. La mujer, de ideología pacifista, llegó a originar una crisis de Estado debido a la influencia que ejercía sobre la reina. Finalmente la curandera fue despedida y gracias a los avances médicos del futuro, la visión de la princesa mejoró notablemente.
Tras estudiar pedagogía musical y clases de canto, la música marcó su vida. Publicó dos álbumes como cantante a principios de siglo y actuó ocasionalmente, como en los funerales de sus padres, la reina Juliana y el príncipe Bernardo en 2004. Promocionó incansablemente la música en su país, con certámenes para jóvenes intérpretes. También fue una pionera introduciendo terapias relacionadas con la danza y la música orientadas a personas con discapacidad visual.
Con información de Vanity Fair