Oficialmente, la automotriz comunicó que alcanzaron un acuerdo con Smata (el sindicato que nuclea a los trabajadores de la industria automotriz) para “hacer una parada tecnica de planta durante las primeras 2 semanas de septiembre para adecuar los volúmenes de producción a las circunstancias actuales del mercado y lograr un equilibrio para brindar certidumbre a nuestra operación, empleados y proveedores en los proximos 6 meses”.
Al regreso -precisaron también fuentes de GM-, el 16 de septiembre, “se mantendrán 355 suspensiones rotativas hasta febrero de 2020”. Los empleados suspendidos recibirán el 70% de su salario neto.
“Estas medidas no ponen en riesgo el plan de inversión que la compañía viene ejecutando y que tiene como objetivo la produccion de un vehículo de alto valor agregado durante 2021”, aseguraron.
El secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de Rosario, Marcelo Barros, en declaraciones a Radio 2, expresó que “la empresa pedía la suspensión de 350 trabajadores durante 6 meses. Consensuamos con la empresa que la suspensión sea rotativa. Todos cobrarán el 70% del salario de bolsillo. El proyecto de inversión se mantiene para el nuevo vehículo en 2021”.
También reconoció el dirigente gremial que “la producción bajó a 18 autos por hora. La caída de ventas alcanza el 50%. Tienen más de 20 mil autos en la playa”.
Por supuesto, la situación que ahora anuncia GM hay que ponerla en el difícil contexto que viven todas las automotrices en el país. En el caso particular de la multinacional, con planta fabril en General Alvear, ya había acordado paralizar su labor por un mes en junio.
Después de aquella paralización de su funcionamiento por más de un mes, la automotriz General Motors reabrió su planta y los 1.500 trabajadores directos y los 1.000 indirectos reanudaron las actividades en el primer turno y se esperaba entonces la normalización total de la producción. El secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de Rosario, Marcelo Barros había declarado en julio que “espereba que la situación se solucione antes de fin de año y no haya más suspensiones”. Obviamente, ello no sucedió.
Además, y con relación al plan que tenía proyectado la empresa para el año que viene, Barros indicó que “el nuevo producto que iban a incorporar en 2020 comenzará a fabricarse en 2021. No obstante -aclaró- continúan las obras del proyecto”.
En esa ocasión, Barros comentó que “nuestra prioridad es mantener los puestos de trabajo” y justificó ese acuerdo al señalar que “en abril la firma vendió solo 250 autos en todo el país, lo que implica un descenso también en los niveles de producción”.
Es evidente que las partes hicieron primar el mismo criterio que en junio: ralentizar tanto como se puede la producción, reducir salarios pero no despedir empleados.