El próximo viernes 6 de septiembre subirá a escena en La 3068 (San Martín 3068) la obra teatral entrerriana “Grietas (o lo profundo del ser)”. Dirigida por Jorge Fillastre relata la vida de Sarah, quien forma parte de Abuelas de Plaza de Mayo. A partir de esta historia, la puesta invita a un recorrido por diferentes etapas de su vida, desde su Polonia natal donde nació y sufrió en carne propia las atrocidades de los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial hasta su llegada a la Argentina, donde formó su familia, luego destrozada tras el Golpe Militar de 1976. “Su relato se convierte en acción para transformarse en nuestra historia viva”, manifestaron desde el Colectivo Teatral Mixturarteatro.
En los días previos a su llegada a Santa Fe, el director de “Grietas” Jorge Fillastre comentó detalles sobre el proceso creativo y las búsquedas artísticas y argumentales que dieron lugar a la génesis de la obra.
—En la obra decidieron narrar la vida de una Abuela de Plaza de Mayo ¿Por qué y con qué objetivo?
—Hace 7 ú 8 años atrás en un taller que dictaba comenzamos la búsqueda de monólogos con temáticas de la última dictadura militar y la vida de una familia judía que haya pasado por la Segunda Guerra Mundial y la dictadura argentina. Fue así que construimos una intertextualidad de diferentes autores. La obra no se pudo realizar en su momento. Al regresar a los textos el año pasado, incorporamos la vida de Sarah Rus, sobreviviente de los campos de concentración de Polonia y venida a la Argentina, a quien los militares le secuestraron un hijo, que está desaparecido. Decidimos cortar la trama de su vida en ese punto ya que incorporamos los demás textos colocando dos hijas desaparecidas y una de ella embarazada.
—Para el título, apelaron a una figura de dolorosa actualidad en la Argentina como la “grieta” y también plantean la necesidad de que la memoria “perdure y jamás muera”. ¿Es posible que esta situación actual de división tenga relación, justamente, con la falta de memoria?
—“Grietas” fue el título desde el principio del proceso, hace ocho años. De todos modos, en la Argentina siempre han existido grietas. Ahora, podría decirse, se le ha puesto un nombre a eso que estaba escondido, oculto y de lo que no se hablaba. La Argentina es una sociedad espasmódica. Si tuviéramos más memoria no repetiríamos los mismos errores, siempre pagamos caro lo que no recordamos.
—¿Cómo está resuelta la obra desde lo escénico? ¿De qué modo se cuenta la historia de Sarah?
—La obra es minimalista, si cabe la expresión. Son seis mujeres y la escenografía está compuesta por urnas para que, simbólicamente, nos muestre algo de lo que podemos hacer en estos tiempos. La obra consta de seis personajes femeninos donde aparece el poder, hay hermanas desaparecidas, está la hija apropiada, la apropiadora y la abuela.
—¿Cuando se estrenó, dónde y qué recorrido hizo la obra hasta el momento?
—Se estrenó el 21 de junio en la Casa de la Cultura de Entre Ríos, luego hemos tenido solo una función más. Los santafesinos estarán casi estrenando la obra y nos complace de algún modo ya que, si bien no está integrada dentro de Teatro por la Identidad, responde a él de algún modo y cuanta más gente de distintos lugares puedan verla suponemos que estamos cumpliendo con el objetivo de la obra.
En la obra actúan Graciela del Mestre, Marita Cabrol, Teresita Dimenza, Lucrecia Gaggion, Yanina Schiavo y Celina Zamero. La dirección es de Jorge Fillastre, la asistente de dirección es Daiana D’Elía y la técnica de iluminación y sonido está a cargo de Ricardo Montiel.