De los “cuatro frentes” —torneo local, Copa Sudamericana, competencia de Copa Santa Fe y la Copa Argentina— que repite a cada rato Vignatti es al que todos le quieren prestar un poco más de energía y atención en el Mundo Colón por estas horas. Es que Lavallén está en semifinales de la Conmebol, en octavos de final de la copa criolla después de golear a Sol de Mayo y en las semifinales de la Copa Santa Fe donde intentará dar la vuelta la serie ante Sportivo Las Parejas. Pero en el promedio, sólo un punto arriba del rival dominguero, este convulsionado Rosario Central que se vio obligado a vender a su “joyita” Maxi Lovera al fútbol de Grecia y que casi provoca el portazo de su entrenador.
Con 15 meses sin ganar fuera de Santa Fe y con el antecedente que el 2-1 a Gimnasia marcó la primera alegría en casa en seis meses, los números de Colón en la Superliga están en baja. Y, por ende, el promedio. Desde ese punto de vista, la de este domingo será la madre de todas las batallas.
Es cierto que la gran ilusión es la Copa Sudamericana y el suelo continental frente al Mineiro por las semifinales en el mítico Mineirao, pero antes de llegar a ese escenario hay que jugar tres partidos y nueve valiosos puntos pensando en los promedios del descenso.
El cruce de sabaleros y canallas siempre es especial, mucho más en este tipo de circunstancias, donde los dos descuidaron los puntos del promedio y se encuentran cerca de la zona roja.
Es real que Lavallén tomó noto, puso un alternativo por la Copa Argentina ante Sol de Mayo en cancha de Rafaela y cuidó a la mayoría de los titulares para la batalla de los promedios que irá a las 11 en el Cementerio de los Elefantes con el siempre especial arbitraje de Espinoza en Colón.
Sin dudas que desde afuera, el microclima sabalero tomó este partido frente a Rosario Central con tips de “final anticipada”, por más que es mucho lo que falta. El secretario técnico, Francisco “Pancho” Ferraro, ideó una concentración extendida, a tal punto que Colón ya anoche quedó “guardado” en el hotel de campo, algo que hace tiempo no ocurría en el campamento sabalero. Los dirigentes, rápidamente, lanzaron una gran moratoria de socios, para que la gente vuelva a la cancha y empuje a Rosario Central contra su arco para ganar el partido. Y el entrenador, como ya se dijo, hizo descansar a la mayoría de los elementos titulares.
Son tres claras señales que la del domingo a las 11 es “la madre de todas las batallas”. Llegó el momento de una “súper-liga” para este Colón copero: empezar a sumar mirando el promedio.
Por una decisión del mánager Francisco Ferraro, a quien el presidente José Néstor Vignatti le asignó “poderes totales” en el rubro fútbol profesional, anoche quedó concentrado el plantel profesional sabalero; es decir dos días antes del partido de mañana contra Rosario Central.
Además de los posibles once titulares (Leonardo Burián; Gastón Díaz, Lucas Acevedo, Emanuel Olivera y Marcelo Estigarribia; Christian Bernardi, Federico Lértora, Fernando Zuqui y Marcelo Estigarribia; Luis Rodríguez y Wilson Morelo), quedaron concentrados los siguientes jugadores: Ignacio Chicco, Damián Schmidt, Guillermo Ortiz, Gonzalo Escobar, Santiago Pierotti, Matías Fritzler, Tomás Chancalay, Nicolás Leguizamón y Mauro Da Luz.