El final del sanjavierino, desde una visión diferente
Carlos Monzón y un libro que cuenta su última historia de amor
De los últimos años del ex campeón del mundo, o del femicidio de Alicia Muñiz, por el cual fue procesado, juzgado y condenado en 1989, ya se ha escrito y hablado mucho. Esta, en realidad, es una versión distinta de los últimos días del ídolo deportivo caído en desgracia, la de la mujer que lo acompañó cuando ya no era ni héroe del ring, ni millonario ni galán de cine.
El Litoral La escritora. María Laura Silvera, rosarina. Está escribiendo sobre una relación sentimental que Carlos Monzón tuvo en los últimos años de su vida.
María Laura Silvera es una joven escritora nacida en Rosario, que desde hace algunos meses le está dando forma a un libro que encierra una historia muy particular, distinta. Como ella misma explica, “una historia que merece y necesita ser contada”: la del último amor en la vida de Carlos Monzón, su última relación sentimental. De Monzón como ídolo deportivo y femicida se seguirá hablando y escribiendo infinitamente, mucho más desde que empezó a emitirse la serie televisiva que lleva su nombre y acapara la atención de millones de televidentes en todo el país. Pero la que refleja Silvera es otra versión del ex campeón de boxeo, la que recuerda y expresa la mujer que lo acompañó en sus últimos años, cuando él ya no era el héroe deportivo, el hombre con mucho dinero, o el que filmaba películas con reconocidos cineastas, como Daniel Tinayre y Leonardo Fabio.
Cuando la protagonista del libro comenzó su relación con Carlos, “él no tenía ni para invitarla con un café”, literalmente. Por eso ella, que vio y conoció otra cara de Monzón, confió en María Laura para que ese costado y ese aspecto de la personalidad del sanjavierino se conozcan, o al menos sean puestos a consideración de la gente. En diálogo con El Litoral, Silvera aclaró que, si bien ha estado trabajando algunas ideas, el libro aún no tiene definido el título, entre otras cosas porque falta ultimar algunos detalles relacionados con su edición, publicación y promoción, así como por la posibilidad de utilizar, o no, la palabra o la figura de Monzón en la tapa.
La escritora se preocupó en aclarar, además, lo que ella está haciendo es narrar la etapa que incluye el último noviazgo real y concreto de Carlos, es decir verdadero. Una relación íntima, sincera y franca, que no fue para nada secreta, pero tampoco mediática, por lo que es desconocida por el público en general (“sé que hubo periodistas que se esforzaron para mantenerla en reserva”, dijo). También señaló que este romance ocurrió entre 1993 y 1994, extendiéndose hasta dos meses y medio antes de la muerte del ex boxeador, el 8 de enero de 1995. Y que en su momento la propia familia Monzón estuvo en conocimiento de la existencia de esta compañía en la vida de Carlos. “Incluso compartieron cumpleaños y cenas con ella, varias veces”, remarcó María Laura. Es decir que los hijos de Carlos conocieron la existencia esta relación y hoy en día, al menos tres de ellos, saben acerca de este trabajo que viene haciendo la escritora.
Archivo El Litoral Monzón en 1994. Imagen captada en la Unidad Penal de Las Flores, ciudad de Santa Fe.
Monzón en 1994. Imagen captada en la Unidad Penal de Las Flores, ciudad de Santa Fe.Foto: Archivo El Litoral
Testimonio serio y sincero
Está claro que el libro en cierne, bastante avanzado por cierto, no es ficción y tendrá un fuerte contenido testimonial biográfico. Por eso, al ser consultada sobre la identidad de la protagonista, Silvera aclaró que forma parte de las cosas que por ahora tanto ella como su confidente prefieren no revelar y mantener a resguardo, fundamentalmente por la preservación de la fuente. En especial por “los tiempos que corren”, en los que la emisión de la serie que emite el canal Space les sirve de disparador a muchos programas de chimentos y rumores, que aprovechan cualquier historia ligada al fenómeno Monzón, sea veraz o infundada, para buscar audiencia.
A propósito de ello, María Laura se esmeró en aclarar que cuando se conocieron con la protagonista y decidieron llevar adelante el proyecto de contar sus vivencias, ninguna de las dos sabía que se estaba filmando “Monzón”. Y que no la siguen, para no verse desbordadas o avasalladas por la vorágine que la misma le imprime al tema de la vida de Carlos. Y en tal sentido, Silvera destacó la veracidad de la historia en la que se basa su libro y la credibilidad del relato de la protagonista, porque sabe que el tema de la relación de Monzón con las mujeres es un gran mito en sí mismo y sobre ello existen muchas suposiciones, inventos y especulaciones. “Este caso es distinto, porque a medida que nos fuimos conociendo con la protagonista, ella misma me fue acercando las pruebas que confirman y corroboran la etapa que vivió con Carlos, o relacionadas con el tiempo que compartieron juntos”, enfatizó la escritora.
Sin entrar en demasiados detalles, María Laura confirmó que la protagonista de su historia fue modelo y promotora, que en la actualidad tiene 63 años y que conoció a Carlos en dos momentos de su vida. Primero, circunstancialmente, en 1977, cuando él todavía era campeón del mundo. Y después, quince años más tarde, ya en la cárcel de Las Flores, donde estaba cumpliendo la parte final de su condena. “Desde un principio ella me envió una gran cantidad de fotos, cartas, tarjetas personales, documentos legales, recortes de diarios... no sé, infinidad de cosas que prueban cada anécdota, cada hecho”, aclaró después. “Yo fui la primera en pedírselas, porque no nos conocíamos y para comprobar que me hablaba en serio”, concluyó.
“No se conoce nada”
María Laura Silvera remarcó que conocer a “su” protagonista “la llenó de curiosidad” desde un principio, porque ella tenía para contar una historia completamente distinta sobre Carlos Monzón, “de la que nadie conoce absolutamente nada”. Él ya era un hombre preso, vencido, que había pasado por cosas terribles durante su encierro. “Yo tengo un comercio de antigüedades y otras cosas para el hogar. Frecuento mucho los remates en los pueblos y ciudades chicas del centro de Santa Fe. En uno de esos remates, allí la vi por primera vez. Me llamó en algún momento la atención.
Por mucho tiempo, nuestra única relación fue, de tanto en tanto, pujar por un mismo artículo y algún saludo. Hasta que un día nos pusimos a hablar y en algún momento le comento que me gustaba escribir, que ya me habían publicado algunas cosas”. “Se quedó mirándome y me preguntó si yo escribiría una historia cuyo objetivo sería, principalmente, rever la imagen de alguien que había sido condenado por un delito y con el que ella había tenido, hacía años, una relación. Cuando le pregunté por qué esa persona no se defendía hablando, no a través de un libro, me respondió: No, él ya está bajo tierra. Por supuesto, mi curiosidad se disparó. Ni hablar cuando mencionó que el hecho había ocurrido en Mar del Plata, en 1988. Yo no lo podía creer, esa señora, anónima para mí hasta entonces, me estaba hablando de Monzón”.
Un tema delicado
Ante la posibilidad concreta de que su historia sea tomada como una visión demasiado romántica o “suave” de Carlos Monzón y genere rechazo, María Laura Silvera expresó: “Quizás algunas personas se molesten, es probable, pero ni la protagonista ni yo hemos tenido la intención de provocar malestar. La consigna desde el principio ha sido contar la verdad, incluso a través de algunas situaciones que no dejan a Monzón en el papel de un santo, precisamente”.
“Ella no conoció a un golpeador empedernido, ni a un hombre grosero que menospreciaba a las mujeres, ni a un borracho que se volvía una fiera al tomar, imágenes que muchos quieren asociar con la figura de Monzón. No, ella tuvo una historia de amor con una persona muy distinta a la de ese supuesto monstruo”, acotó la escritora. “Muchos jóvenes quizás sólo conocen a Monzón por la muerte de Alicia Muñiz, por eso en algunos capítulos aparecen anécdotas que creo que pueden ayudar a tener un perfil más completo de su personalidad de todas formas, aclaro que de la vida de Monzón previa al inicio de la relación con la protagonista en el libro habrá poco. Otros escritores con mucho más conocimiento del tema ya han escrito lo suficiente”, redondeó.