Llegan exhaustos al final de sus mandatos; con la lengua afuera de rascar la olla, y los bolsillos más flacos que en años anteriores de gobierno. La Nación (el “abuelo”) le debe dinero a la Provincia (el “padre”); la Provincia, a los municipios (los hijos); la crisis macroeconómica impactó de lleno en las arcas estatales, como en la de cualquier “hijo de vecino” argentino, y esta semana sacaron todos los “trapitos al sol”.
El ministro de Economía, Gonzalo Saglione, eligió esas metáforas de “familia” para excusar parte de la deuda que le reclama el municipio: “Imaginen que el abuelo le da dinero a su hijo para que le haga regalos a todos sus nietos, pero el padre solo se lo entrega a uno de ellos... Eso es lo que ocurre con los ATN a nombre de la Municipalidad de Santa Fe: no pueden venir a nombre de una administración”, dijo. La secretaria de Hacienda, María Belén Etchevarría, recogió el guante y contestó de inmediato en los mismos términos: “Imaginen un abuelo que le da a su hijo plata para un nieto que necesita un remedio, pero el padre se lo gasta en cualquier cosa. En este caso, la plata era para la emergencia climática por la tormenta, uno de los fundamentos legales de los ATN”.
Ya no son socios, están en veredas opuestas, y los “pactos de caballeros” que supieron acordar en los primeros años de gestión están rotos, y quedaron expuestos.
El primero en reclamar fue el intendente José Corral quien, en la mesa de transición hacia la próxima administración de Emilio Jatón, advirtió una deuda millonaria que mantiene el gobierno de Miguel Lifschitz con la Municipalidad de Santa Fe. Deuda que éste desconoce, por lo cual el próximo titular del Ejecutivo no podrá reclamar.
Será un arranque financiero complicado el que le espera al nuevo intendente, en medio de una economía general debilitada, con menos recaudación de recursos genuinos por la caída de la actividad en la ciudad, y con un déficit aún no cuantificado, pero ya advertido por el propio Corral: “Siempre que Provincia nos pague la deuda, vamos a pagar a los proveedores, sino quedará cierta deuda al próximo intendente que tendrá que conversar con el próximo gobernador. Provincia nos retiene la plata y el problema lo tiene la ciudad de Santa Fe, esta gestión y lo tendrá la próxima”, dijo esta semana.
Algunas de las dificultades que están teniendo con los proveedores quedaron expuestas esta semana en el conflicto con las empresas que recolectan la basura: por los atrasos en los pagos, los empleados no tenían garantizado el cobro de sus salarios, con lo cual no recogieron los residuos durante varios días. Si esto sucede con uno de los servicios esenciales que debe garantizar el Municipio, es seguro que el listado de proveedores esperando para cobrar en las ventanillas del gobierno local es largo.
Parte de la deuda que reclama la Municipalidad al gobierno provincial se saldó la semana pasada. Es la que corresponde a excedentes de coparticipación federal de 2016, 2017 y 2018, y comenzó justo cuando socialistas y radicales dejaron de ser aliados políticos, por el paso del intendente Corral a las filas de Cambiemos. La tardía transferencia de recursos, con atrasos de hasta 780 días, desfinancia las cuentas municipales, en función de la desvalorización monetaria asociada a la inflación y a la variación del dólar.
En tanto, el ministro de Gobierno, Pablo Farías, se sumó a la pelea y le recordó a Corral la deuda millonaria que tiene la gestión de Mauricio Macri con la provincia de Santa Fe: “Corral sabe muy bien de esta situación, no dice una palabra porque justifica todo lo que hace Macri y echa las culpas a la provincia”.
A partir de diciembre, serán otros los que tengan que lidiar con estos problemas financieros. Y en el medio de la pelea política, están los de siempre: abuelos/as, hijos/as y nietos/as, cansados de vivir en esta Argentina turbulenta, que no da respiro y no logra despegar.
Será un arranque financiero complicado el que le espera al nuevo intendente, en medio de una economía general debilitada, con menos recaudación de recursos genuinos por la caída de la actividad en la ciudad, y con un déficit aún no cuantificado.