La marcha se había convocado para exigir a Lam que aceptase las otras cuatro demandas de los manifestantes: una investigación independiente sobre la actuación policial en las protestas, la puesta en libertad de los detenidos, la no consideración como "revuelta" de los disconformes y el sufragio universal para elegir al jefe del Ejecutivo.
El frente consideró que la retirada del proyecto de ley que originó las protestas, anunciada el pasado 4 de septiembre, llegaba "demasiado tarde" y era "demasiado poco".
"La administración de Lam, debido a su arrogancia, grave falta de cálculo político y aliento de la violencia policial y de las mafias locales ha elevado la crisis a un nivel tal que la mera retirada del proyecto no puede calmar a los hongkoneses", afirmó el movimiento civil.
En la carta de "objeción" policial, que recibieron los convocantes de la marcha, se asegura que durante las protestas convocadas desde el pasado junio "algunos manifestantes no solo cometieron actos de violencia, incendios provocados y bloqueos de carreteras, sino que también usaron bombas de gasolina y todo tipo de armas para destruir bienes públicos a gran escala".