“¿Saben cuál es el problema?, que no estábamos acostumbrados a pasar por esta situación”. De esta manera, un alto directivo rojiblanco graficaba el momento de Unión, algo absolutamente cierto desde que Madelón se hizo cargo del equipo hace casi cinco años, salvo el interín de 8 o 9 meses en los que dirigieron Juan Pablo Pumpido y Marini.
Pero en estos últimos dos años, la realidad fue todo lo opuesto en Unión. El equipo gozó siempre de buena salud y así se fueron cumpliendo y superando los objetivos. A la pretensión inicial, hace dos temporadas, de recurrir nuevamente a Madelón para sumar puntos y salvarse del descenso, llegaron dos clasificaciones contínuas para jugar la Sudamericana. No es poco lo que se logró y es bastante lo que se perdió, sobre todo en confianza, con esta seguidilla de cuatro derrotas al hilo.
Por eso, Madelón movió el tablero y produce, en total, siete modificaciones: 5 de nombres, una de corrimiento y otra de esquema. Vuelve al 4-4-2 histórico bajo su mando, corre a Corvalán para que juegue de central y entran Milo, Martínez (que cumplió la suspensión), el uruguayo Javier Méndez, Juan Ignacio Cavallaro y Nicolás Mazzola son los que entran en el equipo titular.
Madelón se fue muy disgustado el sábado de la cancha de Arsenal. El equipo jugó mal de principio a fin, entró dormido, cometió errores, a los 4 minutos perdía 2 a 0 y nunca se pudo recuperar. Por eso, intenta algo que no es habitual en él: hace muchos cambios.
Tiene problemas para contar con la totalidad del plantel. A eso se suman los jugadores que no están en un buen nivel y otros a los que le está faltando. Por ejemplo, Carabajal está afuera por lesión, Cuadra tiene problemas físicos, Cavallaro todavía no está ciento por ciento, Acevedo había tenido una gran recuperación ante San Lorenzo pero decayó contra Arsenal. Quizás en este último caso, Madelón aplica cierta dosis de rigurosidad al sacarlo, porque, en realidad, el trabajo de todo el mediocampo fue flojo. Sin embargo, mantiene a otros jugadores como el caso de Bonifacio y Elías, en detrimento de Acevedo, Troyansky y Gastón Comas, que resignarán su lugar.
De todos modos, esta floja actuación y la seguidilla de derrotas moviliza y obliga al técnico. Madelón sintió que algo fuerte debía hacer. En consecuencia, cambia medio equipo y suma el corrimiento de Corvalán (el pibe Franco Godoy es otro de los que resigna su lugar) y el cambio de esquema, pasando del 4-1-4-1 que utilizó de arranque en Sarandí al tradicional 4-4-2 que se identificó durante casi toda su trayectoria en el club.
Rosario Central, el rival, es un equipo al que le está costando ganar, pero tampoco pierde. Su posición en la tabla de promedios es incómoda, pero viene sumando y es un equipo que si encuentra facilidades y resquicios en el rival, los aprovecha.
Una de las ausencias en el trabajo semanal fue la del “Colo” Gil, un jugador importante por lo que transmite metiendo y jugando en el medio, quien fue reemplazado por Pereyra. De todos modos, su participación en el encuentro de este viernes no está descartada y es una de las dudas que tiene Cocca para definir el equipo.
“Estamos recuperando gente y así como los buenos momentos alguna vez se terminan, lo mismo pasa con los malos momentos. Tenemos que encontrar otra vez el equipo y confío en la capacidad del plantel que hemos formado”. Leonardo Madelón. Entrenador de Unión
“Vine a hablar yo porque hay que liberar a los jugadores de responsabilidades en este momento malo e incómodo. Tenemos que recuperar la identidad de equipo que perdimos. Estamos bien y queremos salir cuánto antes de esta racha negativa”. Leonardo Madelón, Entrenador de Unión.